Segunda Jornada Cimbelera

Bueno pues de nuevo este fin de semana tendremos oportunidad de salir al campo y esperar a nuestras amigas las torcaces en el interior de nuestros puestos. Ya inauguramos la temporada el domingo pasado en Salamanca, y este que se nos presenta lo haremos en Extremadura, en la zona de Torrejon del Rubio, donde actualmente tengo algunas fincas arrendadas exclusivamente para la caza de la paloma torcaz con cimbeles.

He desistido de coger ninguna finca en la sierra de San Pedro, por el motivo de que en ella la paloma se agrupa en enormes concentraciones, y la caza con cimbeles no es tan propicia como en la zona de Torrejon.

Yo he cazado durante toda mi vida en la sierra de san Pedro, ademas de en Torrejon, y? en algunas otras bonitas zonas de Extremadura, y he tenido jornadas espectaculares en ella, pero de un tiempo a esta parte poco a poco me he ido centrando en la zona de Torrejon, Una de las razones es que? aqu? la torcaz normalmente duerme en las encinas, y aunque no en? grandes concentraciones como ocurre? en? la sierra, no suelen faltar, l?gicamente unos a?os mas que otros, pero siempre hay algunas palomas. En dicha zona la paloma esta mucho mas suelta, lo que se traduce en que si practicamos la caza de esta con cimbeles es f?cil que sea mucha mas atractiva que en la sierra de san Pedro, aqu? la paloma se mueve mas en d?as soleados, y entra franca a los cimbeles, y es por lo que desde hace unos a?os solo cazo en la zona de Torrejon el Rubio,? tambieny en Salamanca, en la finca de mi buen amigo Jose Luis.

Seria sensato comentar que aun es pronto para que la paloma torcaz se asiente y se aquerencie en dicha zona de Torrejon, pero siempre hay alguna que llevarse a la plaza, mas adelante, a partir de mediados? de diciembre, y poco a poco la torcaz ira movi?ndose hacia el norte, y estableci?ndose aqu?.

De todos formas hay que salir, aunque solo sea para adiestrar a nuestros pichones del a?o, e intentar tener algunos bonitos lances, hasta que nos visiten en gran numero, si es que lo hacen

Me hab?an comentado que ya se ve?an algunas palomas por Torrejon, por lo que decid? ir el viernes a media ma?ana a ver si era cierto, con la idea de volver el s?bado y colocarme en alguna de las fincas, l?gicamente donde mas movimiento viera, si es que las hab?a.

Despu?s de toda la ma?ana trabajando a la una treinta sal? en direcci?n Torrejon, y treinta minutos mas tarde ya estaba abriendo la cancilla de entrada de una de las fincas. Fue cerrar la cancilla y moverme con el coche por el camino principal cuando comenzaron a salir palomas de muchas de las encinas que iba dejando atr?s, no es que fueran muchas, pero si que hab?a un palomeo muy bonito. Como el hambre ya apretaba decidi ir hasta el puesto de la charca y all? me tom? un bocadillo mientras arreglaba un poco dicho puesto, a continuaci?n cruc? toda la finca y segu? viendo palomas, como ya he comentado no es que fueran miles, pero era un palomeo que estaba bien. El motivo por el que las palomas solo sal?an cuando iba llegando a las encinas donde estaban con el coche, es por que hacia mucho calor y la paloma en estas condiciones no suele moverse.

Una vez sal? de la finca por la parte opuesta de la misma me dirig? a otra que esta a pocos kil?metros de all?, y ocurri? exactamente lo mismo, una vez que inici? el trayecto a trav?s del camino iban saliendo palomas de las encinas, igualmente no en grandes cantidades pero tambi?n hab?a un bonito palomeo.

Primeramente hab?a pensado en colocarme el s?bado en el puesto de la charca, pero ahora se me presentaban las dudas l?gicas de donde ponerme, si all? o colocarme en uno de los puestos que tengo en esta otra finca. Al final decid? que una vez que estuviera en Caceres ver?a la? predicci?n de los vientos predominantes para el s?bado, y dependiendo de donde viniera el viento me colocar?a en uno u otro puesto.

Una vez que llegu? a la tienda vi las predicciones y decid? por fin que me colocar?a en el puesto de la charca, en el primero donde vi el palomeo.

El s?bado en cuesti?n me levant? a las cinco de la ma?ana, y despu?s de pasar por la ducha y coger las escopetas fui al campo a por las palomas, y a continuaci?n a por el perro. Este a?o tengo un perro nuevo y quiero adiestrarlo en el cobro. Una vez cargadas las palomas y el perro me fui a desayunar a la Churreria en la que acostumbro hacerlo, y despu?s me fui a la finca.

Llegar?a a la finca sobre las siete de la ma?ana,? una vez all? mont? dos verticales a veinticinco metros del puesto y en diferentes encinas, un balanc?n en otra en la zona derecha delantera , y la vara Portuguesa pegada al puesto.A continuaci?n les coloqu? las caperuzas a los ciegos y los situ? en su posadero. En esta ocasi?n todos los cimbeles que he tra?do son pichones de este a?o, va a ser la primera vez que trabajen en acci?n de caza, tanto los de copa como los ciegos, ya veremos como se portan.

Una vez que el sol comenz? a despuntar las primera torcaces se dejaron ver, pero no fue hasta las nueve de la ma?ana cuando saque las escopetas de su funda. El perro vio a los cimbeles aletear y ya no dej? en toda la ma?ana de estar pendientes de ellos. Sobre las nueve y cuarto mat? la primera paloma que Rocco despu?s de casi pelarla cobr? y me la trajo hasta el puesto, a continuaci?n cobr? otras dos mas, y despu?s desaparecieron, dando lugar a una calma tensa.

Sobre las doce de la ma?ana ya no se pod?a estar al sol pues calentaba fuera de lo normal, y esto hacia que las torcaces no se movieran, con lo cual tuve que conformarme con cobrar otras tres mas y dar la jornada por concluida.

Mientras estaba desmontando me llam? Jose Luis para decirme que se ve?an algunas palomas en su finca, me anim? a ir al d?a siguiente a cazar, pero la verdad es que yo estaba muy cansado, y no tenia nada preparado, y entre otras cosas me hab?a tomado dos copas de vino comiendo y no pod?a irme desde all?, por lo que en principio le dije que no ir?a, pero que lo pensar?a, y si decid?a ir saldr?a a las cuatro de la ma?ana pero le llamar?a por la tarde.

Sobre las cinco de la tarde llegu? a la perrera a dejar a mi compa?ero Rocco, y a continuaci?n me fui al campo para dejar los cimbeles.

Durante todo ese tiempo no dejaba de pensar en lo que me hab?a dicho Jose Luis, que si me animaba cazar?amos al d?a siguiente pero si? fuera que no, el no cazar?a, pues no lo quer?a hacer solo. Despu?s de darle muchas vueltas a la cabeza a las siete de la tarde lo llam? para decirle que me esperara, que a las seis y media de la ma?ana estar?a en la finca.

Despu?s de coger unos cimbeles nuevos que no hab?a utilizado ese d?a y meterlos en el jaulon de trasporte me fui a casa a preparar el viaje del d?a siguiente.

A las nueve y media cenamos, y un poco antes de las once me met? en la cama, para despertarme a las cuatro de la madrugada casi sin despeinarme , aunque ya no tenga mucho que ser despeinado.

A las cuatro y veinticinco de la madrugada salia del garaje, y a las seis y media en punto llegaba a la casa de mi amigo que ya me estaba esperando en la puerta. Este me invit? a desayunar y a continuaci?n me acompa?o hasta el puesto, y se despidi? de mi dese?ndome suerte.

Ayudado por la linterna de cabeza pues aun era noche cerrada , arm? el puesto, mont? dos verticales, una horgadera y la vara Portuguesa, ademas de cinco ciegos y me dispuse a ponerle unas ramas de encina a dicho puesto, cuando estaba acabando ya se ve?an algunas palomas revolotear por las inmediaciones de la plaza cimbelera, pero mis escopetas aun segu?an guardadas en su funda. No me gusta disparar tan temprano pues estoy convencido de que con poca luz se espanta much?simo y te puedes jugar la jornada, me gusta comenzar cuando el sol ya esta fuera y la torcaz ya esta mas tranquila al tener bastante claridad.

Durante las dos primeras horas se movieron bastantes palomas, y de vez en cuando mis cimbeles hac?an de las suyas y me met?an torcaces picadisimas a huevo en el puesto, en algunas ocasiones muy fuertes, haciendo que incluso no llegara a tirarlas. Durante esos momentos cobr? una docena de ellas algunas en lances espectaculares que me hicieron disfrutar mucho, pero yo escuchaba a Jose Luis que tiraba muy a menudo. Al primer par?n habl? con el a trav?s de los walkies y le pregunt? que tal iba, que cuantas llevaba, y me dijo que ya hab?a perdido la cuenta, eso normalmente siempre es una buena se?al, cosa que me agrad? much?simo. Una hora despu?s Jose Luis segu?a disparando bastante, y yo por el contrario estaba en paro. Este me dijo que desmontara y que me subiera con el, algo que consider? que no proced?a y le dije l?gicamente que no.

Sobre la una y media volvimos a charlar de lleno, por que en realidad no dejamos de estar comunicados en toda la ma?ana, y me dijo que estaba bajando los cimbeles y que en diez minutos bajaba a mi puesto y dar?amos buena cuenta del taco.

Justamente un ratito despu?s lleg? Jose Luis, y despu?s de tomarnos una cerveza, dimos cuenta del taco mientras coment?bamos un sin fin de lances cimbeleros. Hacia bastante calor, incluso tuvimos que cambiar la mesa y las sillas a la sombra porque ya llegaba a molestar.

 

Una vez concluida la tan esperada comida sin pan, por que se me olvid? en casa, Jose Luis volvi? a su puesto y yo me qued? de nuevo en el mio.

La tarde fue mucho mas tranquila, yo tir? poco, y no sent?a los tiros de Jose Luis, por lo que pens? que el tiraba aun menos que yo, pero mas? pude comprobar que estaba equivocado

Sobre las cuatro treinta? de la tarde, y viendo el pajeo de las palomas comenc? a recoger el mucho equipo montado y cuando acab? de bajar todos los cimbeles de sus respectivos posaderos les di de comer y de beber, recog? todo el equipo y me sub? hasta la casa, cuando llegu? Jose Luis aun no? hab?a llegado, pero quince minutos despu?s apareci? con su puesto remolque tras el coche y sal? a recibirle. Lo primero que le pregunt? es que hab?a hecho, dando por seguro que se le hab?a dado? mal, pero me sorprendi? dici?ndome que hab?a cobrado quince palomas mas, cosa que me alegr? mucho, y aunque yo no hab?a escuchado los tiros, el me lo demostr? sacando quince palomas mas del maletero de su coche.

Al final de la tarde nos hicimos las correspondientes fotograf?as para inmortalizar la jornada, y despu?s de contarlas comprobamos que hab?amos cobrado entre los dos 56 palomas, aunque en esta ocasi?n Jose Luis me cort? las culeras bien cortadas.

Hab?amos pasado una jornada muy bonita, con movimiento de palomas, y con lances que costara olvidar, hab?amos comido bien, aunque sin pan, cosa que no me ocurr?a desde? hacia? muchos a?os, pero hab?amos comido bien. Pero como aun quedaban horas por delante decidimos que nos dar?amos una ducha y? nos ir?amos a cenar al restaurante del hotel. Entre otras cosas y? mas que por cenar lo que nos apetec?a era estar los dos sentados junto a una copa de vino comentando los muchos lances vividos durante toda la jornada.

Pasadas las diez, y despu?s de cenar nos despedimos,? Jose Luis volvi? a la finca, y yo me sub? a la habitaci?n. Estaba muy cansado por lo que prepar? las cosas para salir al d?a siguiente a las seis de la ma?ana y a continuaci?n me met? en la cama, y no creo que me moviera en toda la noche. Al d?a siguiente a las cinco treinta me levant?, me di una ducha y sal? hacia Caceres. Ya en el trayecto pens? que? en esta ocasi?n hab?a tenido una jornada para recordar, espero que nos queden muchas mas de estas, ya os contaremos.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

 

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