Un nuevo fin de semana Cimbelero

Una nueva jornada cimbelera se presentaba ante mi, este s?bado tenia la intenci?n de ir a cazar a Torrejon el Rubio, a una de las fincas, y el domingo repetir en otra y de paso cazar por primera vez en ella.

Me hab?an comentado diferentes informadores que se ve?an algunas palomas en la zona, no para tirar cohetes, pero si que se ve?an algunas moverse por la zona.

Mi? buen amigo Emilio me llam? el jueves? para decirme que vendr?a a pasar el fin de semana conmigo y l?gicamente a cazar, por lo que le suger? que si llegaba el viernes? a la finca con tiempo se diera una vuelta por ella para ver si las hab?a o no.

Sobre las tres de la tarde recib? la llamada de Emilio para decirme que acababa de llegar, y que sobre las cinco me informar?a sobre lo que hab?a visto. Justamente a las cinco de la tarde me volvi? a llamar para decirme que le hab?a gustado mucho como estaba la finca, hab?a visto bastantes palomas sueltas, no es que fuera una exageraci?n pero la cosa pintaba bien para poder cobrar al d?a siguiente algunas torcaces.

Emilio se encarg? de coment?rselo a nuestros compa?eros Jes?s y? Pepe, y al final los dos se animaron y quedaron que al d?a siguiente nos ver?amos? y cazar?amos en la finca los cuatro.

Al d?a siguiente y sobre las siete y media de la ma?ana llegu? a la finca y me fui derecho al puesto de la charca,? una vez baj? todo el equipo del coche, mont? dos cimbeleras de bomba en sus correspondientes encinas que tengo delante del puesto, una horgadera en otra, y la vara Portuguesa en la encina que me dar?a la sombra, les coloqu? las caperuzas a los ciegos y me dispuse a iniciar la jornada una vez que fueran las nueve de la ma?ana. Para entonces algunas palomas ya se mov?an por los alrededores, incluso algunas se posaban junto a los cimbeles.

Una vez que fueron las nueve de la ma?ana saqu? una de las dos escopetas de la doble funda, y tir? un par de torcaces que entraron ciegas a los cimbeles de bomba, l?gicamente a los tiros se levantaron algunas m?s y estuve bastante entretenido hasta las diez treinta que se pararon del todo. Para las once hab?a conseguido cobrar nueve palomas, pero para entonces ya no se ve?a ni una sola torcaz por los alrededores, mis compa?eros tambi?n hab?an tirado algunos tiros, no muchos, pero hab?an pasado como se suele decir el rato.

 

Sobre las once treinta de la ma?ana recib? un mensaje de Jose Luis dici?ndome que hab?a bastantes palomas en su finca de Salamanca, lo que hizo que r?pidamente llamara a Emilio y decidi?ramos que hac?amos, si irnos directamente desde all?, o nos qued?bamos, y al d?a siguiente cazar?amos en la otra finca que estaba junto a esta en la que est?bamos.

Emilio me dijo que nos fu?ramos y quedamos en que comer?amos algo con Pepe y Jes?s sobre la una y luego nos marchar?amos.

Una vez que nos reunimos los cuatro en el lugar donde solemos comer, Jes?s hizo una fogata y as? en la parrilla, unos secretos ib?ricos que estaban muy ricos, Emilio y yo tampoco quisimos comer mucho, y menos beber alcohol pues nos esperaban 200 kil?metros por delante. En cuanto a las torcaces cobradas en ese rato entre los cuatro fueron 38 , seg?n Emilio muy pocas, teniendo en cuenta las que hab?a visto la tarde anterior.

Una vez hab?amos comido nos despedimos de Jes?s y de Pepe, recogimos todo el equipo montado y decidimos que nos ?bamos a Salamanca. Yo me cambi? de calzado para ir mas c?modo, y emprend? sin prisas el camino, Emilio tenia que ir al hotel a recoger el bolso de viaje por lo que me dijo que en el hotel donde normalmente nos quedamos nos ver?amos.

Una vez juntos, y despu?s de habernos dado una buena ducha planeamos la estrategia del d?a siguiente, y cenamos algo en el restaurante del hotel, a las diez treinta nos despedimos y quedamos con Jose Luis en que nos recoger?a a las seis de la ma?ana en la puerta del hotel.

Sobre las cinco y cuarto de la ma?ana son? el despertador del tel?fono m?vil y me tir? de la cama, un poco antes de las seis est?bamos calentando el motor del coche y esperando a que llegara Jose Luis, A las seis en punto lleg? y desde all? y? despu?s de los oportunos abrazos nos fuimos a la finca, donde desayunamos los tres juntos un caf? calentito, y una rica tarta de naranja que nos hab?a preparado la mujer de nuestro amigo Jose Luis.

 

Una vez preparado todo el equipo llevamos a Emilio? a su puesto y nos despedimos de el dese?ndole suerte, Jose Luis y yo bajamos hacia el regato, el en el tractor para echarle de comer a las vacas, y yo en mi coche hasta mi puesto del regato donde me colocar?a ese d?a, al igual que lo he hecho las otras jornadas anteriores que he cazado en esta? bonita finca.

Ayudado por la linterna de cabeza, y poco a poco, fui montando todo el equipo cimbelero justo delante del puesto que ya hab?a extendido y tapado por las redes mimetizadas.

Al igual que en la jornada anterior mont? dos cimbeleras de bomba,delante del puesto una horgadera a mi derecha, y una vara Portuguesa esta en la encina del puesto, le coloqu? las caperuzas a los ciegos y recog? todo el equipo sobrante y lo guard? en el coche, lo llev? a una gran encina que estaba a trescientos metros y lo camufl? todo lo que pude debajo de la misma.

Una vez que comenz? a clarear, algunas palomas, mas bien pocas comenzaron a verse por los alrededores, yo no hice por coger la escopeta pues no me gusta tirar tan temprano, por lo que cort? unos mamones de encina y cubr? todo lo que pude el puesto para tambi?n mimetizarlo todo lo que pude poni?ndoselo dif?cil a las torcaces de que me sacaran.

Ya con el sol bien fuera vi venir dos torcaces direcci?n al sembrado por lo que pens? que ser?an las primeras de la ma?ana en tentar, las trabaj? con las dos cimbeleras verticales, y estas se picaron, insist? con la horgadera, y viendo que ven?an las dos cieguitas le di dos toques a la vara Portuguesa y estas cerraron las alas para posarse con ella, cuando comprend? que era el momento fui a coger la escopeta y no la encontraba donde normalmente la coloco, pens? que la tenia detr?s, pero tampoco, las palomas en cuesti?n se posaron con uno de los dos cimbeles de las verticales, y la escopeta sin aparecer.

Como iba a aparecer ? si no la hab?a sacado de la funda, y esta estaba en el coche, no me qued? mas remedio que re?rme y caminar de nuevo hasta donde tenia el coche a por una de las dos escopetas, Seguramente esto deben ser cosas de la edad….

 

De nuevo en el puesto, y ya con la escopeta, consegu? enga?ar a un par de torcaces seguidas, cobrando las dos primeras de la ma?ana, me extra?o que al tirar a estas salieran pocas palomas de los alrededores, pero fue as?, la cosa no me gust?, pero pens? que los cinco grados bajo cero que hab?a en ese momento pod?an tener algo de culpa.

Durante la siguiente hora y media consegu? cobrar otras siete mas, lo que hizo a las diez treinta de la ma?ana hubiera cobrado algunas m?s, la cosa fue trascurriendo demasiado tranquila, bonitos lances si que hubo, pero menos de los que los tres esper?bamos, Emilio, y Jose Luis tiraban poco, por lo que pens? que todas aquellas palomas que hab?a visto Jose Luis en d?a antes, hab?an continuado su camino migratorio y se hab?an marchado.

El caso es que sobre la una de la tarde prepar? una buena fogata para asar carne, y un momento despu?s bajaron mis dos compa?eros y nos dimos un homenaje de colesterol, y algo de alcohol, vamos que lo pasamos pipa tom?ndonos el taco y el pitarra.

Emilio no pod?a quedarse, pues al d?a siguiente tenia asuntos personales que resolver bien temprano por lo que decidi? que se marchar?a para estar lo antes posible en casa, teniendo en cuanta de que le quedaban por delante 400 kil?metros hizo mas que bien en marcharse despu?s de comer.

Jose Luis y yo no ten?amos prisa, por lo que decidimos que volver?amos a ponernos un rato por la tarde, aunque si nos hubi?ramos ido a tomar caf? hubi?ramos ganado mas,por que por la tarde las torcaces decidieron que no se mover?an, y no lo hicieron.

Resumiendo habr?a que comentar que al fin y al cabo, y? al menos yo? personalmente disfrut? del fin de semana cimbelero, no es que fuera para tirar cohetes para celebrarlo, pero el estar dos jornadas por desgracia demasiado? soleadas, pues falta mucha agua y ten?a que llover bastante, metido en el interior del puesto para mi es lo mas, esas horas transcurridas en su interior hacen que solo est? pendiente de las torcaces que pudieran volar por los alrededores, no pienso en nada m?s, en nada, solo pienso en intentar enga?arlas y ayudado por mis cimbeles intentar traerlas hasta la plaza cimbelera y disfrutar de ello. ?Se puede pedir algo m?s?? El pasar dichas jornadas con buenos amigos como son el bueno de Emilio, (Un cacho pan como dice Jose Luis) y el mismo Jose Luis que tanto nos aguanta, da gusto compartir estas jornadas cimbeleras con personas de esta calidad, espero que siga siendo por muchos a?os. El pr?ximo fin de semana seguramente m?s, aunque es posible que el agua nos lo impida, Ojal? sea as?.

Juan Manuel Alonso Rabazo.

 

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