Despu?s de la lluvia vino la calma

El s?bado de este fin de semana lo tuve que dedicar a trabajar, entre otras cosas algo normal, pero comento esto porque el s?bado estaba previsto que lloviera durante casi todo el d?a, y as? fue. Ya a las ocho de la ma?ana cuando me asom? a la ventana para ver si lo hacia el agua golpeaba con fuerza el doble acristalamiento de la misma, vamos que llov?a con ganas.

Aquello hizo que al menos me consolara el saber que hab?a hecho bien con quedarme en casa, me hubiera dolido que despu?s de no haber salido de palomas no hubiera llovido, y adem?s hace mucha falta el agua, por lo que ya hab?a que pensar en el siguiente d?a que seg?n las predicciones no iba a llover e incluso seria un d?a soleado.

Ten?a ganas de ir ?cazar a ?la cerca de abajo de una de las fincas en las cuales hay algunas palomas ?muy aquerenciadas hace alg?n tiempo.

Dicho y hecho, a las siete treinta de la ma?ana ya estaba en el camino de la finca, dudando? si cruzar los trescientos metros que me separaban del puesto donde pensaba montar con el coche, o dar tres viajes hasta el mismo para llevar todo el equipo en el coche de San Fernando, las dudas ven?an porque dicho trozo tenia agua acumulada del d?a anterior y corr?a el riesgo de quedarme atascado.

Al final me arriesgu? y caminando por lo m?s alto? llegu? con el veh?culo sin problemas hasta la encina donde en algo m?s de media hora ten?a ya todo el equipo montado.

Coloqu? dos cimbeleras verticales a unos veinte metros delante del puesto a derecha e izquierda del mismo, y una vara Portuguesa en la encina que me dar?a la sombra, y adem?s seis ciegos como auxiliares de los anteriormente mencionados.

Veinte minutos antes de la hora en la cual puedo comenzar a cazar, varias torcaces entraron en plaza al ver a los cimbeles de copa, incluso se posaron algunas con ellos, intentando que no me vieran para que no recelaran a lo largo de la ma?ana les tiraba de las cuerdas para que estos se levantaran y las torcaces posadas hicieran lo propio.

Sobre las nueve y diez la primera torcaz que entr? en plaza dio con sus plumas en el suelo, y l?gicamente al tiro comenz? un movimiento de torcaces por los alrededores que presum?a que algunas m?s entrar?an al enga?o.

Durante la siguiente hora y media las palomas no dejaron de moverse d?ndome la opci?n a cobrar diez bonitas torcaces todas cazadas en espectaculares lances cimbeleros.

Sobre las once de la ma?ana la cosa se par? en seco, y ya apenas se mov?an, por lo que no me qued? m?s remedio que mentalizarme sabiendo que la percha no aumentar?a en exceso.

Y as? fue, en la siguiente hora solo pude cobrar dos torcaces mas, y al final a la una de la tarde viendo que aquello no tenia futuro desmont? y me march? a la otra parte de la finca para ver si hab?a algunas palomas en la zona donde suelo ponerme, pero el paseo fue en vano porque all? no se vieron apenas palomas, por lo que despu?s de comer algo decid? que dar?a la jornada por concluida y me marche a casa.

Al final hab?a cobrado doce bonitas torcaces todas ellas enga?adas perfectamente al cimbel que hicieron que aunque sin tirar cohetes me sintiera ?plenamente realizado en esta jornada.

Ya solo quedaba esperar al pr?ximo fin de semana y hacer planes para poder cazar los dos d?as, espero que el tiempo nos acompa?e.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

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