Una vez metido en estos fregados de la caza de la Paloma Torcaz con cimbeles, sinceramente no suelo pensar en? practicar otra modalidad de caza que no sea esta, y cuando se inicia una nueva semana comienzo a preparar el fin de semana siguiente para? poder seguir practicando dicha modalidad.
Pero en este fin de semana las predicciones climatolog?cas no era favorables para cazar con cimbeles, nos dec?an que estar?a muy nublado, incluso daba algo de agua, tanto s?bado como domingo, por lo que pensamos en no cazar el s?bado y dedicarlo a trabajar, y cazar el domingo unas perdices al salto en una de las fincas de Torrejon.
Pues dicho y hecho, el s?bado hasta las dos de la tarde a trabajar, por la tarde a limpiar los dos palomares, y el domingo a Torrejon a las Perdices, y de paso le dar?a una gran alegr?a a Rocco, mi nuevo compa?ero canino.
El d?a antes llam? a mi compa?ero Andres para quedar a una hora al d?a siguiente y preguntarle si ?bamos a llevar cimbeles por si acaso, o por el contrario dedicarle en exclusividad la jornada a las perdices, este me dijo que yo tenia la? ultima palabra, que si decid?amos llevar cimbeles tendr?amos que quedar antes, y si no con que qued?ramos a las siete treinta ?bamos bien. Durante un momento dud? y estuve a punto de decir? que si que los ech?ramos, pero lo pens? de nuevo, y le dije que no, que como estar?a el d?a nublado, las palomas no querr?an cimbeles, y mejor dedicarle la jornada a dichas perdigochas.
Despu?s de quedar con el a las siete treinta, le dije que llamara a Jose, y yo llam? a Francis, para ponerle al corriente.
A las seis de la ma?ana ya estaba danzando por la casa, a continuaci?n fui a por Rocco, y a las siete y cuarto estaba desayunando en la churreria de la Mejostilla.
Al rato llegaron mis compa?eros, y una vez desayunados nos fuimos a la finca, ,media hora despu?s est?bamos abriendo una de las cancillas de entrada.
Y pas? lo que tenia que pasar, para empezar de d?a? nublado nada de nada, se presentaba ante nosotros un d?a soleado, fr?o, y ventoso, la tormenta perfecta para cazar torcaces con cimbeles. No hab?amos caminado por la pista de dicha finca unos metros cuando comenzamos a ver palomas sueltas , y algunos bandos revolotear por la zona.
Paramos los coches donde ten?amos previsto y comenzaron las lamentaciones, comenzaron los mira, y mira, y mira, y as? nos tiramos mas de media hora viendo numerosas palomas volando a consecuencia del viento muy bajas y precisamente por donde ten?amos los puestos naturales, aunque hay que decir que pasaban por todos lados, poni?ndonos de los nervios a los cuatro.
Mi primera intenci?n fue dejar all? cazando? a mis compa?eros y volver a? Caceres a? por el equipo y a por mis cimbeles, pero estos me convencieron y al final desist? y me qued? all? para en principio sufrir un mont?n con los vuelos de las torcaces, mientras cazaba las perdices en mano.
Estuvimos cazando las perdices hasta las dos treinta de la tarde que paramos para comer y dar por concluida la jornada perdicera, durante toda la ma?ana estuvimos viendo vuelos de torcaces muy cerca de nosotros y de los puestos, de hecho se me fue alguna perdiz que otra por estar mir?ndolas, pero bueno, al final me resign? e intent?? disfrutar con las posturas, y gu?as de Rocco tras las perdices.
La comida fue generosa, unos riqu?simos huevos fritos de campo, unos? famosos torreznos de Soria tambi?n fritos, Unas mollejas de pollo, y algo de cochinillo asado, todo ello regado con pitarra de Almoharin. vamos que no pasamos hambre ninguna, ninguna, y menos teniendo en cuenta que sobre las once treinta hab?amos parado un rato para tomar un peque?o tente en pie, vamos lo que se dice un pinchito, unas anchoas riqu?simas, y un poquito de morc?n ib?rico, acompa?ado de una? cerveza bien fr?a
Seg?n com?amos no dej?bamos de ver de vez en cuando alguna que otra torcaz haciendo de la suyas, pero ya hab?a decidido que no las mirar?a mas, que las dejar?a para el pr?ximo s?bado, y que? me vengar?a.
Comentar que pasamos una jornada muy bonita, nos re?mos de Andres al ver como fallaba una liebre a la cual disparo por tres veces, de mi cuando se me arranc? otra de los pies y no tenia la escopeta en las manos, y de nuevo de Andres al arrancarsele otra de los pies y al estar hablando por tel?fono no la pudo tirar, tuvimos muy buenos lances con las perdices, y como dec?a anteriormente comimos muy bien y disfrutamos de la jornada.
Pero eso? si, lo que esta claro es que vaya a lo que vaya, no volver? a dejar mis cimbeles atr?s.
Espero poder vengarme el s?bado, ya os contar?.
Juan Manuel Alonso Rabazo