De nuevo a Torcaces con Cimbeles

 

De nuevo a Torcaces con Cimbeles

 

Despu?s del par?n navide?o en ?el que moment?neamente? sustituimos a nuestros colaboradores los cimbeles por nuestros seres queridos, al menos para pasar juntos ?estas fechas tan se?aladas ?con ellos, de nuevo nos calzamos las botas, la ropa palomeril, y ?volvemos a necesitar a nuestros asistentes voladores para poder practicar esta bonita modalidad de caza que es la de la paloma torcaz con cimbeles.

A pesar de que las previsiones climatol?gicas no son todo lo buenas que nosotros quisi?ramos, ya llevamos varios d?as sin salir al campo y sinceramente estamos necesitados de ello.

Seg?n estas para el s?bado d?a de reyes en la zona de Torrej?n ?el Rubio se esperan nubes y claros, (por desgracia mas nubes que claros) y bastante viento, una media de 22 km /h con rachas superiores a los 33 km/h lo que entre otras cosas si hay palomas en la finca es f?cil que estas se muevan.

En principio tengo conmigo mismo un peque?o trato, y es el siguiente, saldr? temprano y esperar? que me amanezca en el puesto, montar? lo m?nimo, y esperar? a que se haga de d?a. L?gicamente si a primera hora se mueven palomas es f?cil que? lo hagan durante el resto de ?la jornada, y en este caso montar? algo mas y me quedar? toda la jornada, pero en el caso de que no se muevan palomas aguantar? dos o tres horas para matar el vicio y llenarme un poco de campo, y a media ma?ana me marchar? a casa y saldremos a comer mi mujer mi hija y yo. Al fin y al cabo es el d?a de reyes, y es normal el comer con la familia, pero sinceramente las torcaces van a decidir en esta ocasi?n el que un servidor se quede durante toda la jornada en el campo, o recoja pronto y se lo dedique a la familia.

Como ten?a que ir al campo a por los cimbeles hab?a puesto el despertado a las cinco treinta, y a esa hora justamente me tir? de la cama y puse los pies en el suelo.

Despu?s de pasar por la ducha para despejarme, me vest? y r?pidamente fui al sal?n para ver que me hab?an tra?do los Reyes Magos. All? hab?a un mont?n de regalos, unos para mi mujer y mi hija, otros para los hijos de mis sobrinas, otros ?para ellas mismas, y otros para m?. Con cierta ansiedad romp? los papeles de regalo en los que estaban envueltos los mismos y pude comprobar que deb? haber sido bueno durante todo el a?o porque sus majestades me hab?an tra?do una pareja de radio emisoras, entre otras cosas las utilizaremos para mantenernos conectados mientras cazamos en diferentes puestos de las fincas, tambi?n una radio port?til, unas zapatillas, y un teclado para la tableta, est? claro que soy un chico muy bueno.

Ya con la ilusi?n del que no la ha perdido nunca cog? algo de comida por si me quedaba, las escopetas y baj? al garaje a por el coche, lo guard? todo en su interior y me fui al campo a por las palomas.

En esta ocasi?n met? en la parte superior de la cesta de viaje cuatro palomas de copa, y seis destinados para ciegos en la parte inferior, y de all? a la churrer?a donde me tom? tres churros bien fritos acompa?ado de un caf? bastante caliente, y desde all? a Torrej?n.

Pasadas las siete cuarenta? ?entraba por la cancilla de la finca, y diez minutos m?s tarde estaba sacando parte del equipo cimbelero del interior del coche y dej?ndolo junto al puesto.

Ayudado por la linterna de cabeza mont? dos cimbeleras verticales en dos de las tres encinas que tengo delante del puesto, y la vara Portuguesa en la encina del puesto.

A continuaci?n les coloqu? las caperuzas a los ciegos y los situ? sobre su posadero en el interior del aguardo.

Mientras montaba dichas cimbeleras salieron una docena de torcaces de las encinas m?s cercanas, no eran muchas pero al menos alguna s? que hab?an dormido en las mismas, para m? que ocurran estas cosas es un indicativo de que alguna paloma pueda haber en la zona, pero la verdad es que tampoco eran muchas, pero bueno, peor hubiera sido que no hubiera salido ninguna, de todas formas hab?a que esperar un tiempo hasta que amaneciera para saber si las hab?a o no.

Y as? fue, las palomas tardaron en moverse, pero sobre las 9,15 comenzaron a hacerlo, y lo que m?s me sorprendi? es que a pesar de estar muy nublado y oscuro a primera hora las torcaces se picaban a los cimbeles escandalosamente bien, era toda una verdadera gozada verlas venir hacia los cimbeles para llegando a la plaza cimbelera cerrarse de alas y entrando a ella sin paraca?das. En pocos minutos ten?a en el suelo sin cobrar media docena de torcaces, y lo mejor es que sin ser muchas las palomas que se mov?an,solo algunas sueltas? no dejaban de hacerlo.

Mis dos compa?eros que estaban colocados,uno a unos quinientos metros de m?, y el otro a dos kil?metros respectivamente tampoco dejaban de tirar, por lo que se presum?a que si las palomas no se paraban en seco ?la jornada pod?a ser divertida.

Pero ocurri? lo que ten?a que ocurrir, y no fue otra cosa que comenc? a tener dudas sobre lo que deb?a hacer, si quedarme, o marcharme y comer con mi mujer y mi hija.

A las diez y cuarto ya hab?a cobrado una decena de palomas, adem?s muy bien cobradas, unos tiros francos y muy bonitos, no sab?a qu? hacer, le daba vueltas a la cabeza, y fue un peque?o par?n que tuvieron estas, lo que me anim? a decidir que recoger?a y me marchar?a.

A las once ya ten?a todo recogido y en el coche, pero aun as? las torcaces no dejaban de moverse por los alrededores de mi puesto, y mis dos compa?eros no dejaban de disparar de vez en cuando.

Me estaba arrepintiendo de haber recogido pero ya estaba hecho y no hab?a vuelta atr?s, pens? que mi mujer y mi hija se lo merec?an, y ?si Dios as? lo quiere me lo premiara con otra futura jornada entretenida, espero que lo tenga a bien,y que as? sea.

El caso es que despu?s de llevar las palomas al palomar y darles de comer, me march? a casa y llegu? a tiempo para ver como los hijos de mi sobrina llegaban tambi?n para abrir los regalos que les hab?an dejado all? sus majestades los Reyes Magos.

Sobre las dos treinta de la tarde llegamos al restaurante donde comer?amos, y despu?s de una deliciosa velada a las cinco de la tarde nos fuimos a casa a descansar y reposar dicha comida de reyes.

Sobre las seis llam? a mis dos compa?eros para saber c?mo hab?an acabado la jornada, y me dijeron que uno hab?a cobrado 38 y el otro 24, y que si me hubiera quedado seguro que yo habr?a cobrado algo m?s o menos, quiz?s m?s, pues los dos me comentaron que hab?an estado muy fallones.

Yo me alegr? por ellos, no as? por m?, aunque la decisi?n que hab?a tomado a las diez treinta de la ma?ana, pienso que fue la correcta, y como he comentado l?neas atr?s pase el d?a de reyes junto a mi familia directa, lo que si puede ocurrir es que el a?o que viene si Dios quiere puede que en lugar de comida de Reyes reservemos una cena de reyes??

 

Para el domingo ten?amos pensado ir a la otra finca a cazar en la zona de la reforestaci?n, a ver si hab?a algunas palomas, aunque las previsiones climatol?gicas no eran buenas, daban nublado todo el d?a y mucho fr?o, pero el vicio es el vicio, sab?amos que seguramente no har?amos gran cosa, aunque en esto de las palomas nunca se puede asegurar nada.

Hab?amos quedado mi amigo Andr?s, Francis y yo en desayunar en la churrer?a de la Mejostilla a las seis cuarenta y cinco, y al llegar, all? estaba otro amigo , el amigo Tonono al que le hab?a fallado su compa?ero y al cual le dije que se viniera con nosotros, este acept? sin dudadarlo e hicimos pandilla los cuatro.

Despu?s de desayunar salimos los cuatro en dos coches hacia Torrej?n, y treinta minutos despu?s est?bamos en la finca.

Quedamos en que Francis y Tonono se colocar?an en el puesto del cerro, y Andr?s y yo en el de los pinos, y as? lo hicimos.

Montamos todo el equipo en algo m?s de media hora y esperamos a que dieran las nueve en el interior del puesto. El d?a no pod?a ser m?s desagradable, totalmente nublado, oscuro, y con mucho viento, y sobre todo much?simo fr?o.

Las palomas brillaban por su ausencia, y no me extra?aba, yo si hubiera sido paloma no me hubiera movido tampoco, me hubiera quedado enramada en mi encina y esperar?a acontecimientos.

El caso es que solo se movieron algunas palomas sueltas al disparar sobre dos hurracas que sobrevolaron sobre nuestro puesto, y un par de bonitos bandos, observando? que todas llevaban la misma direcci?n, marchaban en direcci?n a cerca de la la torreta, por lo que me arrepent? de no haberme colocado all? con Andr?s en lugar de en el ?puesto de los pinos, que este hab?a sido el primer pensamiento.

Francis y Tonono tiraron en dos o tres ocasiones , pero segu?an sin verse palomas volar ni lejos ni cerca, por lo que llam? a Tonono para que me acompa?ara ver si hab?a palomas en la cerca de la torreta, y de paso para que la conociera.

Nada m?s entrar en la cerca, comenzaron a salir algunas palomas de all?, no es que fueran cientos ?pero hab?a un bonito palomeo.

Subimos a lo alto de la torreta para que Tonono ?la viera, cosa que me cost?, por que le dan miedo las alturas, y este me asegur? que no volver?a a subir nunca mas aunque se la regalara.

Una vez que Tonono baj? de la torreta subimos de nuevo al coche y seguimos camino abajo hacia la cerca donde estaban los cochinos, y de nuevo pas? lo que ten?a que pasar, aquello estaba lleno de palomas, palomas que est?n esperando que los cochinos se pusieran a comer para aprovechar el cacheo de las bellotas, algo que a estas les encanta.

Era precioso verlas tan cerca, tan tranquilas, posadas en el suelo en las encinas incluso en los cables que atraviesan la finca.

Dimos toda la vuelta a la cerca y no dejaban de salir palomas, en principio pens? en venirnos todos a la cerca y colocarnos pero luego lo pens? mas fr?amente y decid? que las dejar?a all? tranquilas, y que en breve me colocar?a en esa zona desde temprano, y era f?cil que hiciera una bonita percha, por lo que salimos de la cerca y dejamos all? tranquilas a las muchas torcaces que hab?a comiendo pl?cidamente el cacheo de las bellotas.

Cuando volvimos a donde estaban mis compa?eros? se lo comentamos y? l?gicamente estos quer?an que baj?ramos, pero yo los convenc?, y al final dejamos las cosas como estaban.

Como arriba ?la cosa segu?a ?igual decidimos que recoger?amos y bajar?amos a la cerca de la torreta y all? comer?amos, pues al estar situada en un bajo el aire nos molestar?a menos a la hora de hacer la fogata y comer.

Y as? lo hicimos, y una vez que terminamos de comer decidimos que Andr?s y yo nos subi?ramos a la torreta, y Francis y Tonono se quedar?an abajo en un puesto auxiliar que tengo al lado, de esta forma ellos cazar?an con los ciegos y yo desde arriba manejar?a tres cimbeles de copa.

Serian m?s o menos las tres cuando subimos a la torreta y estar?amos hasta las cuatro treinta. Palomas se movieron por la zona pocas, algunas sueltas y alg?n bando que metimos y se pararon a pocos metros, sin poder dispararlos. Francis y Andr?s dispararon algunas sueltas sin quedarse con ellas, y al final yo lo hice sobre dos? qued?ndome solo con una de ellas que entr? ciega a los cimbeles.

El d?a segu?a igual de desagradable por lo que est?bamos deseando marcharnos a tomar un caf? caliente, cosa que hicimos al llegar a C?ceres, parar despu?s despedirnos hasta la pr?xima, a ver si el tiempo nos deja y podemos disfrutar de las torcaces.

Y ya est?, ya acabo el fin de semana, el s?bado pas? lo que pas? y el domingo hacia un mal d?a y lo sobrellevamos como pudimos.

A ver si la semana que viene el tiempo mejora, aunque por las previsiones que dan a d?a de hoy es f?cil que est?n los dos d?as cazables malos.

Qu? le vamos a hacer, tendremos que resignarnos y esperar ?a que mejore, lo que si haremos es tener fe, mucha fe, aunque yo particularmente de eso ando sobrado.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

 

Marcar el Enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *