Luces y sombras

En esta ocasión estuvimos a punto de no hacer pandilla para este fin de semana debido a la climatología. Todos sabemos que en días oscuros, grises, o con agua la paloma no suele entrar bien a los cimbeles, aunque quiero dejar claro que en ocasiones no se cumplen los pronósticos y entran como locas, de hecho a mi me ha ocurrido  hace dos años en esta misma finca donde cazamos este domingo en un día muy gris, oscuro y todo lo feo que os pueda decir ver venir las torcaces mas bien altas, trabajarlas lo mínimo con mis compañeros alados y picarse como posesas, pero no en una ocasión si no durante toda la jornada, fue algo espectacular, y el día no podía ser mas feo.

El caso es que para este pasado fin de semana el pronostico era de agua el sábado, y muy gris y oscuro con muchos nublados para el domingo, por lo que estuvimos a punto de tirar la toalla y no cazar, aunque interiormente sabíamos que tenia que ponerse la cosa muy mal, muy mal para no hacer pandilla, y al menos pasar la ultima jornada de la temporada cazando juntos.

Ni que decir tiene que una semana antes ya tenia en el interior del coche todo preparado para una nueva salida, me quedaba por guardar las armas, mis amigos alados, y la comida, lo demás estaba donde tenia que estar, en el coche y listo para una nueva jornada cimbelera.

Al final decidimos que en lugar del sábado intentaríamos cazar el domingo por lo que entre otras cosas al menos no nos mojaríamos.

Dicho sábado lo dediqué a trabajar hasta las dos de la tarde, entre otras cosas algo normal. Una vez acabada la media jornada laboral me marché al campo a comer y a recoger los cimbeles, y también para hacer algo de tiempo y no llegar demasiado pronto a Salamanca.

Sobre las cinco de la tarde  después de haber seleccionados a varios de mis campeones alados me puse en marcha,  dos horas después aproximadamente ya estaba en el hotel donde suelo quedarme.

Después de colocar la ropa y demás en el armario de la habitación  me di una ducha y bajé acompañado de mi tableta al bar del hotel donde acompañado de una cerveza bien fría y unas olivas dejé pasar el tiempo informándome un poco de lo que ocurre en el mundo,  esperando que fuera un poco mas tarde para cenar algo. Llegada esa hora pedí algo para cenar y la acompañé con una copa de Ribera de Duero que me supo a gloria.

Como era algo temprano también para meterme en la cama decidí que me quedaría donde estaba entretenido con la tableta, y así fue hasta que escuché a alguien preguntar como se habían dado las palomas, automáticamente pensé que se refería a mi pero rápidamente me percaté de que la pregunta iba dirigida a un hombre que estaba al lado mio charlando con la dueña del hotel, ella se dio cuenta  rápidamente y le comentó a dicho señor que yo también era cazador  y que normalmente lo que cazaba eran torcaces, lógicamente nos presentó y charlamos durante unos minutos del tema palomeril. En todas las ocasiones que me he quedado en ese hotel nunca había coincidido con alguien que fuera también como yo a cazar torcaces, por lo que me agradó mucho el compartir con este hombre dicha charla palomera.

Nos dimos a conocer y yo le dije mi nombre y mi afición desmesurada por esta bonita modalidad de caza,  después de decirme que había estado con su hermano cazando durante todo el día que se iba a la cama pues estaba cansado, nos despedimos y volví a sentarme y seguí leyendo unos artículos en la tableta.

No habían pasado cinco minutos cuando de nuevo volvió este hombre esta vez acompañado de su hermano, que estaba sorprendido, pues cuando su hermano le dijo que había estado abajo hablando con un palomero y le dijo mi nombre automáticamente pensó en que podía ser yo.

Me comentó que había estado intentando en ponerse en contacto conmigo para hacerme unas consultas palomeras, que tenia mis libros y algunas dudas, y  quería que yo se las aclarara.

Como era lógico, los invité a sentarse en mi mesa y a compartir un café o lo que quisieran conmigo.

Estos dos palomeros eran de Castro Urdiales (Santander), y venían cuatro  veces al año a cazar a Salamanca palomas con cimbeles, concretamente una vez al mes durante la temporada cinegetica. Uno de ellos estaba muy interesado en hacerme algunas consultas y no se quedó con las ganas, yo le respondí dichas consultas dándole mi parecer y entablamos una conversación muy amena y agradable, hasta el punto que acabamos los tres en el aparcamiento del hotel montandoles un componente de mi equipo palomero que ellos no conocían.

Como era tarde dimos por concluido la agradable charla y nos despedimos deseándonos mutuamente suerte para la jornada siguiente.

Fue muy agradable encontrarse con estos dos aficionados cimbeleros, esperando que en futuras salidas palomeras volvamos a coincidir, desde estas lineas quiero mandarles un cordial saludo a Bernabé y Luis.

Es curioso que por la tarde pensé que me aburriría  me acostaría temprano, y al final me metí en la cama a las doce de la noche.

A las seis había quedado con Jose Luis, y quince minutos antes ya estaba esperándolo  calentado el motor del automóvil, un poco antes de la seis llegó Jose Luis  después de darnos un fuerte abrazo nos fuimos a desayunar a la finca.

 

Después de haber dado cuenta de una porción de bizcocho y de un café calentito llegó Paco el primo de Jose Luis que se había animado a venir a cazar con nosotros  se colocaría en la siembra de la finca, Paco era la segunda vez que se enfrascaba en esta modalidad de caza, Jose Luis le había dejado un puesto y algunos componentes cimbeleros y se colocaría el solo, nos despedimos y nos marchamos cada uno a nuestro puesto, yo como siempre al regato, Jose Luis al lado de la casa , Paco a la siembra.

En esta ocasión no pude colocarme en el puesto natural que me había hecho Jose Luis pues el viento vendría del suroeste y  este estaba preparado para norte, por lo que monté el puesto artificial colocando dos pértigas con sus respectivos verticales, una vara Portuguesa,y  varios ciegos.

Una vez que salio el sol esperaba que comenzaran a moverse las palomas, pero no fue así, para empezar de nublado y gris nada de nada, un día fenomenal sin nubes, y a la postre soleado, eso si una tremenda helada que fue la disculpa que tomé para pensar el por que no se veían palomas moverse por los alrededores.

El caso es que había transcurrido media hora desde que el sol joven y fuerte había vencido   a la luna que se había alejado impotente del campo de batalla , vamos que había amanecido, y no se había movido ni una sola paloma.

La primera que cruzó a mi izquierda la tenté y quiso cimbeles por lo que a pesar suyo no tuvo mas remedio que dar con sus bonitas plumas en el suelo después de haber entrado franca a mi plaza cimbelera.

A partir de entonces comenzaron a moverse algunas, no muchas como en otras ocasiones, pero dieron juego para abatir algunas en bonitos lances, pero muy poco a poco.

Yo no escuchaba los tiros de Jose Luis  y de Paco, pero a través de la emisora pude saber que Jose Luis estaba tirando algunas también,y que Paco muy poca cosa.

La mañana pasó sin pena ni gloria, aunque yo había disfrutado con las picadas de las palomas y estaba contento, cuando me quise dar cuenta eran las doce treinta y Jose Luis me llamó para decirme que estaban desmontando y que en breve bajarían para comer los tres juntos, por lo que salí del puesto y comencé a hacer la fogata para colocar la parrilla y asar unas chuletillas de cordero y unas carrilleras ibéricas internas que había traído Paco, y que por cierto estaban de lujo, tampoco estuvieron mal las anchoas que me había preparado mi mujer, ni los entrantes anteriores a las chuletillas, un poco de jamón ibérico, queso del Casar, morcilla patatera y algunas viandas mas.

El caso es que comimos como reyes, palomas habíamos cobrado menos que en otras ocasiones pero lo habíamos pasado bien, el que menos había cobrado fue Paco, que solo pudo abatir dos a pesar de haber visto bastantes palomas y haber fallado algunas, pero estaba como una moto, para el todo aquello era nuevo y estaba muy feliz  deseando terminar de comer para colocarse de nuevo.

Y así fue, una vez que terminamos de comer nos despedimos y cada uno volvió a su puesto, esperando que la tarde fuera mejor que la mañana, y el caso es que para unos lo fue y para otros no.

Yo vi como llegaban las cuatro de la tarde sin ver una paloma, me dio por llamar a Jose Luis y este me dijo que se estaba divirtiendo, no me lo podía creer pues no había escuchado ni un solo tiro, ni suyo, ni de Paco.

A continuación comenzaron a moverse algunas, por mis alrededores, pocas pero bueno, intenté aprovechar el momento que por cierto fue mas bien corto, cuando me pareció desmonté poco a poco y después de recoger todo en el coche subí a la casa llegando el primero.

Un rato después llegó Jose Luis con una bonita percha y Paco a continuación , este de nuevo solo había cobrado una pero según el tenia que haber cobrado al menos siete, pero bueno venia contento también.

Por la tarde  en esta ocasión Jose Luis me había cortado las culeras, me comentó que sin ser una locura le habían entrado bastantes palomas  y se lo había pasado como los indios.

Después de recoger en la casa lo que se tenia que quedar allí nos marchamos a tomar un café al hotel,  y un rato después nos despedimos hasta mas ver, vamos hasta la próxima temporada , al menos en Salamanca, por que quedaron en venir en el mes de febrero algún día a Torrejon a cazar conmigo si merecía la pena y entraban palomas al subir a sus cuarteles de cría.

El caso es que había terminado la temporada palomera en Salamanca, habíamos cazado solamente cuatro jornadas, muy poco para la afición que tenemos, pero debido al mal tiempo, a las nieblas, y por algunos motivos mas solo habíamos cazado cuatro días.

Cuatro días en que al menos yo había disfrutado mucho, siempre que vengo a cazar con mi buen amigo Jose Luis disfruto mucho, unos días cobraré mas torcaces y otros días menos, pero esta claro de DISFRUTAR DISFRUTO MUCHO.

Espero que  Dios permita que tengamos salud y en la próxima temporada sigamos haciéndolo

Hasta pronto.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo.

Marcar el Enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *