Finalizada la Temporada 2017-18

Bueno, ?pues como suele decirse a todo le llega su fin, y en este caso ha sido a la temporada cineg?tica 2017-18.

Aun recuerdo cuando comenz?, las ?buenas expectativas que ten?amos, y sobre todo la ilusi?n con la que la esper?bamos, al menos un servidor.

Una ilusi?n desmedida que a pesar del paso de los a?os en lugar de irse perdiendo cada vez tengo m?s, y m?s.

Todos sabemos que la caza en general no est? pasando por sus mejores momentos, pero aun as?? cuando se va acercando la apertura de la temporada de caza la ansiamos como si fu?ramos ni?os. Posiblemente sea eso que nos volvemos ni?os con el paso del tiempo, y cada vez con m?s ilusi?n y afici?n.

A partir de ahora y hasta que si Dios as? lo quiere comience una nueva temporada de caza nos queda ?como me dec?a hace poco otro aficionado todo un embarazo, al menos para aquellos que principalmente nos gusta la caza de la paloma torcaz con cimbeles tendremos que esperar hasta mediados de noviembre para salir en busca de estas maravillosas aves que nos suelen quitar en muchas ocasiones el sue?o, y algunas cosas m?s.

La temporada que acaba de finalizar, para unos habr? terminado mejor que para otros, pero en l?neas generales no ha sido muy buena de palomas. El motivo aun no est? muy claro, para mi creo que la paloma una vez que pas? los pirineos y encontrarse con las tan altas temperaturas que hab?a por entonces coincidiendo con la migraci?n, dieron la vuelta y se establecieron en el sur y centro de Francia. Entre otras cosas es l?gico, todos sabemos que la paloma torcaz emigra huyendo del fr?o y buscando comida en las dehesas de la pen?nsula ib?rica. Si resulta que en el trascurso de la migraci?n hay 30 grados positivos, y adem?s ?en Francia est?n desarrollando una pol?mica pol?tica con el ma?z, si no desleal al menos significativa, intentando parar la migraci?n sembrando grandes extensiones de ma?z, y en algunos casos no recogi?ndolo, la paloma se encuentra con comida y con altas temperaturas y se queda, ni m?s ni menos.

 

Al menos eso es lo que yo opino, no s? si estar? en posesi?n de la raz?n pero es f?cil que la poca paloma torcaz que este a?o ha visitado la piel de toro se deba a esta situaci?n.

Para salir de la duda no nos queda m?s remedio que esperar a la temporada pr?xima para ver que hacen las viajeras. Esperando que no se repitan las altas temperaturas de este a?o y nos visiten muchas m?s torcaces que este a?o.

Hablando de Extremadura que es la regi?n de Espa?a en la que suelo tener m?s salidas palomeras, en las fechas que coincidieron con la entrada de las torcaces en la Pen?nsula Ib?rica era un autentico desierto, no hab?a ca?do una gota de agua ni se la esperaba, y teniendo en cuenta que la torcaz al llegar come muy poca bellota, la falta de hierba hizo que esta se desplazara hacia a otras regiones, intentando buscar zonas m?s frescas, cosa que se me hace que no fue as?, pues de la mitad de Espa?a hacia abajo era f?cil que estuvieran en las mismas condiciones.

 

Posiblemente? estas llegaran hasta Portugal e incluso bajaran hacia Andaluc?a intentando encontrar zonas m?s propicias para pasar all? el invierno.

El caso es que aqu? en Extremadura qued? poca paloma, y de hecho pens?bamos que estar?an en Portugal, pero con el paso del tiempo se ha podido constatar que all? tampoco ha habido mucha paloma. ?DONDE EST?N LAS PALOMAS? ?Me refiero al grueso de la paloma, Esa pregunta se la han hecho muchos aficionados al ver sus dehesas vac?as de ellas, el caso es que nadie ha sabido dar una respuesta concreta y acertada a dichas dudas.

Yo l?gicamente no puedo asegurar que la migraci?n se volvi? en gran medida de nuevo hacia Francia, pero estoy casi convencido de ello.

Al margen de las pocas torcaces que se quedaron en nuestras zonas habituales de caza, esta ha ?tenido un comportamiento raro, muy raro, dichas torcaces se han movido muy poco una vez asentadas en nuestros cotos, al menos en los m?os. Dichas torcaces se mov?an muy temprano a nuestro alrededor y se paraban r?pidamente. L?gicamente la sensaci?n era ?que no hab?a palomas en la zona, pero cog?as el autom?vil y te dabas una vuelta por la finca y seg?n marchabas sal?an palomas de muchas de las encinas cercanas a los caminos. Que hab?a algunas palomas est? claro, pero estas no se mov?an para nada.

El problema que ha tenido esta situaci?n, es que si no hay varios cazadores en la finca donde te encuentres cazando las palomas no son molestadas y se pueden tirar todo el d?a enramadas y l?gicamente no pegas cuatro tiros. Por el contrario en las jornadas en las cuales nos reun?amos todos, o casi todos los socios, las palomas sufr?an mas molestias y esto hacia que se movieran, traduci?ndose todo esto en m?s lances cimbeleros, ?m?s palomas abatidas, y cobradas a la finalizaci?n de la jornada.

 

?El motivo de esto? Pues sinceramente no lo s?, posiblemente sea debido a la poca cantidad de torcaces que nos han visitado, y al haber menos l?gicamente vemos y tiramos menos. Tambi?n hemos pensado que se pod?a deber a la extraordinaria montanera que hemos tenido este a?o, much?sima bellota que se pudrir? en el suelo de nuestras dehesas sin poder haber sido consumidas, ni por el ganado, ni por las torcaces.

El a?o ha sido raro, y raro era tambi?n que aun en el mes de enero hubiera bastantes bellotas en las encinas, y hablo de mediados de enero, bellotas perfectamente sanas y aun en las encinas, yo eso no lo recuerdo de a?os atr?s, y todo ello seguramente se deba a la sequ?a tan fuerte que nos est? castigando, ?la bellota a punto de desprenderse del caparaz?n ?y ?al caer las cuatro gotas que cayeron por el mes de diciembre se agarraron mas, y cayeron tarde, muy tarde.

El caso es que la mayor parte de las jornadas han ido pasando sin pena ni gloria, y a pesar de haber tenido algunas decentes, no pudimos conseguir hacer una buena tirada a lo que tan fatalmente nos tienen nuestras amigas acostumbradas a?os atr?s.

 

Tambi?n tendr?a que decir yo soy de las personas que me conformo con poco, siempre he dicho que una buena docena de torcaces emperchadas y que entraron francas a mis cimbeles me conformo, y lo digo con la boca grande, tambi?n es cierto que me gustar?a cobrar dos o tres docenas, mentir?a si digo lo contrario, pero como digo, con una docena bien cazadas tengo m?s que de sobra.

Por otro lado he tenido la suerte de poder haber hecho varias salidas cimbeleras a la finca que mi buen amigo Jos? Luis tiene en Salamanca, y all? he hecho algunas perchas muy bonitas.

He pasado unas jornadas muy agradables cazando con ?l, unos d?as separados por alg?n kil?metro que otro, y otras, las menos, a su lado.

 

Para m? el hacerle una visita a Jos? Luis para cazar torcaces con cimbeles es un verdadero placer. Comienzo a cazar una semana antes, si, una semana antes, el lunes comienzo a organizar todo el equipo, y el viernes ya dejo todo listo para cazar el s?bado, o el domingo, normalmente solo un d?a por aquello de no castigar mucho la finca.

Disfruto de cada momento como si fuera el ?ltimo, y cuando vuelvo al d?a siguiente normalmente a casa? llevo un buen mont?n de agradables momentos, al margen de las muchas o pocas torcaces que haya abatido en la jornada. Es cierto que cada vez me gusta m?s el ir a cazar a Salamanca, y no es porque aqu? en Extremadura no tenga buenos cotos para hacerlo, por ?que los tengo, pero es que disfruto much?simo en cada viaje.

 

Ayer fue la ?ltima Jornada que coloqu? mis cimbeles en lo alto de las encinas, tan solo cac? dos horas pues ten?amos la reuni?n y comida de la Sociedad Monte fragoso a la que pertenezco, y tuve que recoger r?pido. Pero sent? cierta nostalgia al bajarlos y pensar que al menos tendr?an que pasar nueve meses nada m?s, y nada menos para volver a subirlos a dichas encinas, a menos que haga una escapada a Salamanca en la media Veda, aunque eso depender? de si hay o no torcaces para intentar hacer una perchita.

Y aun mucha m?s cuando llegu? a casa y saqu? el mucho equipo que suelo llevar siempre en el interior del veh?culo para dejarlo dormir en un profundo sue?o en el trastero hasta principios de Noviembre en el que recobraran de nuevo la vida.

Para mi todos los cierres de temporada suponen un baj?n de ?nimo muy grande, entro durante unos d?as hasta que la cosa se va normalizando en un sentimiento triste y nost?lgico, pero tambi?n debo decir que en pocos d?as comienzo de nuevo a preparar, reparar, repintar etc. los ?componentes del equipo cimbelero que necesiten alg?n arreglillo.

 

 

En breve comenzar? con la cr?a y adiestramiento de mis futuros cimbeles, y eso har? m?s llevadero el embarazo hasta noviembre.

En cuanto a capturas, he de decir que he tenido la fortuna de abatir algunas torcaces, todas ellas enga?adas por mis cimbeles, a las cuales les produje la muerte sin dese?rsela.

 

Espero al menos que la cosa para la temporada pr?xima si no mejora en cuanto a capturas se refiere, al menos se quede como est?.

Desde estas l?neas os deseo a todos que en la pr?xima temporada, que ya falta menos para que comience, teng?is buenos lances cimbeleros, y que record?is que Cazar con cimbeles.

ES ALGO M?S QUE TIRAR DE VEZ EN CUANDO DE UNAS CUERDAS.

Saludos Para Todos.

Juan Manuel Alonso Rabazo-

Una polea de calidad.-

A estas alturas de mi vida cinegetica ya no suelo inquietarme al conocer alg?n nuevo? componente del equipo de? esta bonita modalidad de caza que es la de la Paloma Torcaz con cimbeles, y m?xime si nos referimos a una nueva polea de tiro, polea que normalmente utilizaremos para colocarla debajo de nuestra cimbelera sea del tipo que sea, y que dirigir? la cuerda? principal de tiro hasta nuestro puesto, o bien para colocarla en el interior del mismo y tirar hacia arriba haciendo bascular a nuestros Balancines, horgaderas, o bombas sean del tipo que sean.

Es muy importante que este tipo de poleas sea de una buena calidad, aun viven en nuestra memoria aquellas primeras jornadas cimbeleras en el que dichas poleas no eran todo lo aceptables que quisi?ramos, y cuando no estaban enganchadas entre si, se nos salia la cuerda, pillandola y haciendo in?til el manejo de la misma y l?gicamente el tiro.

Una vez que en general el equipo de un cimbelero fue mejorando en calidad y perfecci?n, las poleas de tiro no iban a ser menos, y en poco tiempo pudimos encontrar en el mercado poleas de una calidad aceptable, pero solo eso, aceptables.

El caso es que hace un a?o mas o menos,? mantuve una conversaci?n sobre unas poleas extraordinarias con un gran aficionado a este tipo de caza, se ofreci? a mandarme un par de ellas para que las probara y le diera mi parecer. Yo acepte encantado por que entre otras cosas el mejorar mi equipo cimbelero es algo a lo que no renunciar?a nunca, por lo que esper? a que me las enviara para probarlas y opinar sobre ellas.

Por motivos que no vienen al caso, y ajenos a este nuevo amigo, no recib? las poleas y la cosa qued? en suspenso.

Hace unos d?as volv? a tener noticias de este amigo disculp?ndose por no haber podido mand?rmelas, y me comento? que en breve recibir?a las famosas? poleas.

 

L?gicamente yo se lo agradec? y esper? acontecimientos.? ?Hace cuatro d?as recib? las tan mencionadas poleas y qued? con el? en que las probar?a? este pasado fin de semana, y le dar?a mi parecer mas sincero.

Y como es l?gico este fin de semana? las prob? de diferentes maneras. El s?bado la trabaj? debajo de la cimbelera de bomba y pegadas a la base de las p?rtigas en cuesti?n. Y el domingo por el contrario las prob? de nuevo pero en esta ocasi?n en el interior del puesto, tirando de las cuerdas hacia arriba haciendo que los cimbeles hicieran el trabajo para lo que habian sido adiestrados.

Desde un principio las dichosas poleas me gustaron, a? simple vista ya eran atractivas, pero en acci?n de caza me demostraron de nuevo que Antonio tenia raz?n y que eran unas buenas poleas.

 

Trabajaban muy suaves, la cuerda de 2 mm se deslizaba perfectamente por sus rodillos, el tiro era muy sencillo, pr?cticamente no hab?a que hacer nada de fuerza para darle vida a mis cimbeles, y lo mas importante es que recuperaban r?pidamente, en una palabra, ERAN UNAS MUY BUENAS POLEAS.

Este tipo de poleas tienen entre otras cosas una potencia de 300 kilos de carga, y hasta 20.000 rpm, los rodamientos llevan tapas de goma. El pl?stico de la polea tiene tanta resistencia que? llega a comerse el acero , lo que nos indica la calidad del mismo, y seg?n el fabricante se le pueden colocar rodamientos el?ctricos, que suelen ser los mas ligeros.

L?gicamente la polea lleva un pasador roscado que hace que puedas entrar la cuerda en cualquier de las situaciones sin tener que pasar la punta desde su inicio, algo muy c?modo que nos vendr?a muy bien en acci?n de caza.

 

Yo debo tener la friolera de un centenar de poleas, las tengo de todos los tipos, y de muy diferentes potencias, pero he de reconocer que estas me cautivaron nada mas probarlas, por lo que pens? en hablar con Antonio y encargarle algunas para cazar la temporada que viene con ellas,por que la verdad es que de esta temporada ya queda poco.

Pod?a pensarse que estoy tratando de hacer publicidad de dichas poleas para intentar colocarlas en este mundillo del cimbelero, pero no es el caso. Yo ya sabia que Antonio las hab?a encargado a su gusto personal? al fabricante ,y le relat? como las quer?a, y este se las hab?a fabricado personalizandolas? para el, siguiendo sus indicaciones.

 

Yo no gano nada con esto, al menos referente al fabricante de dichas poleas, si es verdad que Antonio al final me las ha regalado, (y eso si he ganado un nuevo amigo,)? pero ni el ni yo ganamos nada con hacerle publicidad a este se?or al que por cierto no conozco, al contrario, por que? mi buen amigo ha tenido que pagar por ellas el precio que el fabricante le ha pedido.

Con esto quiero decir que yo personalmente no gano nada de esto, pero lo cortes no quita lo valiente, las poleas a mi parecer valen lo que piden por ellas, y con certeza que nos har?n nuestras jornadas cimbeleras mucho mas llevaderas.

Hay cosas en las que te puedes, y debes intentar ahorrarte algunos euros, pero este no es el caso, merece la pena pagar un poco mas y tener en nuestro poder ESTAS EXCELENTES POLEAS.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

 

Mas informaci?n sobre estas poleas en:

 

?Torcaces? Pocas, Muy pocas…

 

En teor?a el mes de febrero, incluso la segunda quincena de enero, suelen ser? unos meses los cuales las palomas torcaces comienzan el regreso a sus cuarteles de invierno, y en la mayor?a de las ocasiones lo hacen poco a poco? , lo que hace que en ese viaje de regreso nos den la oportunidad de tener jornadas cimbeleras, o palomeras, que no olvidaremos en un tiempo.

Posiblemente la migraci?n de vuelta se est? retrasando debido al tiempo tan inestable que estamos teniendo en el centro y norte de Espa?a. Estos animales barruntan las inclemencias del tiempo, y saben positivamente que no es el mejor momento para hacer viajes, por lo que esta temporada puede ocurrir lo que ya se ha dado en algunas ocasiones, y es que en el mes de marzo nuestros cotos se llenen de tan ansiadas aves que nos hacen perder el sue?o en mas de una ocasi?n durante la temporada de caza.

Esta demostrado que la paloma torcaz suele regresar a sus pa?ses de origen cuando le pica la espalda, vamos en una palabra, cuando el tiempo esta mejorando y barruntan que la primavera se les puede echar encina, nunca, o casi nunca antes.

El caso es que en la zona que yo habitualmente cazo, Torrejon el Rubio, en estos momentos hay muy pocas palomas, cuando lo normal es que estuvi?ramos haciendo las mejores tiradas del a?o.

El s?bado las previsiones climatolog?as eran buenas, por lo que en principio invitaba a salir y pasar unas horas? dentro del puesto cimbelero.

Y as? lo hice, a las siete treinta de la ma?ana coincidimos en la cancilla de entrada, mi compa?ero Jes?s, Emilio, y yo,? y que despu?s de los oportunos saludos cada uno parti? para su puesto.

Yo como casi siempre me encamin?? hacia el puesto de la charca, Emilio al cerro de la entrada de la finca, y Jes?s a su puesto que esta como a cuatrocientos metros del mio y? a la izquierda, pero en muy buena posici?n, un poco adelantado a la zona donde normalmente solemos ponernos.En una palabra , un buen puesto de palomas.

Las primeras luces del d?a fueron abriendo paso al d?a sin pena ni gloria, algunas palomas sueltas por la zona que por cierto la mayor parte de ellas acababan en el puesto de Jes?s.

Pasaban las horas y Emilio en su puesto tampoco ve?a palomas, y yo mas o menos.

El caso es que a la una de la tarde y despu?s de una media jornada muy parada quedamos para comer los tres juntos unos huevos fritos con secreto Ib?rico, que por cierto estaba todo? muy, muy rico.

Una vez reunidos pudimos comprobar in situ? que Emilio no hab?a cobrado ni una sola torcaz, Jes?s hab?a cobrado once, y yo seis.

Despu?s de comer decidimos que nos pondr?amos de nuevo en nuestros puestos a ver si mejoraba algo la cosa, pero no fue as?, yo por la tarde no llegu? a disparar, ,Emilio lo mismo., y Jes?s hab?a cobrado nueve torcaces mas cobrando un total de veinte ejemplares.

Las pocas palomas que se movieron lo hicieron por el regato que estaba Jes?s, lo que hizo fue que al menos el si aprovech? la tarde para cobrar algunas mas.

Una vez recogimos todo el equipo nos reunimos de nuevo en la entrada de la finca, y desde all? nos despedimos hasta la pr?xima. Emilio vendr?a un rato al d?a siguiente, y se colocar?a en el regato hondo, yo no vendr?a , y Jes?s tampoco.

Para mi la jornada pas? de nuevo sin pena ni gloria, media docena de palomas son pocas pero como suelo decir siempre el mero hecho de estar cazando, para mi es casi suficiente.

Al d?a? siguiente hab?a quedado con mis otros compa?eros, Andres, Jose y Segundo para ir a otra de las fincas que esta cerca de la anteriormente relatada, ellos? se pusieron en la forestaci?n, y yo me fui a la zona de enfrente, a la que solemos llamar zona de las arbolagas.

Antes de salir el sol ya tenia el puesto artificial montado, un par de cimbeleras de bomba y la vara Portuguesa, a partir de las nueve de la ma?ana comenzaron a moverse algunas palomas, muy pocas, pero tuve la suerte de cara y de seis disparos cobr? seis? bonitas torcaces que entraron picadisimas a mis cimbeles.

La ma?ana no dio para mas, a las doce treinta recog? el equipo y me fui a comer con los compa?eros.

Eso si lo hicimos bien, nos tomamos unos filetes de panceta, y de secreto ib?rico regado todo con un buen vino de pitarrra,disfrutando de la jornada todos juntos.

La tarde al igual que el d?a anterior a las palomas le dio por no moverse , y no lo hicieron, y l?gicamente no hicimos nada.

Habia trascurrido un fin de semana mas en el cual me cost? trabajo cobrar una docena de palomas, pero al margen de las pocas palomas cobradas, vuelvo a decir que lo mas importante es poder cazar, disfrutar del campo, de mis cimbeles y de los compa?eros, no se puede pedir mas, bueno si, el que en vez de cobrar una docena, poder cobrar cuatro, por lo dem?s me conformo por poder seguir saliendo de caza, y disfrutar a tope.

Ya queda poco de la temporada, ademas las previsiones climatologicas para el resto no son muy buenas, se esta juntando todo, y es posible que acabe sin tener un buen recuerdo, o una buena percha de torcaces a mano, que es lo mismo.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

Exceso de Confianza

 

A veces, y ?en este bonito mundo de la caza de la paloma torcaz con cimbeles, ocurren an?cdotas que no se olvidan en mucho tiempo, unas son agradables, mientras que ?otras no lo son del todo, pero que no dejan de ser eso,? simples an?cdotas.

En esta ocasi?n os relatar? una que me ocurri? este s?bado pasado en acci?n de caza, y que no me hab?a ocurrido nunca hasta ahora.

Normalmente yo suelo cazar con dos bombas, o? verticales? delante del puesto, que son los que utilizo para llamar a mis amigas las torcaces a larga distancia, (Como suelen decir los Italianos, Filo Longo). Y en la encina que me da la sombra, osea, la que est? detr?s del puesto, suelo colocar, una horgadera en todo lo alto, y una vara Portuguesa a mitad de encina que es la que a la postre fija a la torcaz hacia el puesto, suelo utilizar tanto la horgadera como esta, pero lo ?ltimo que suelo mover es la nombrada Vara Tradicional Portuguesa.

Los que me conocen saben que ya hace alg?n? tiempo que no suelo subir a las encinas para colocar a mis cimbeleras, sean del tipo que sean, y ademas soy de los que opino que habiendo en el mercado p?rtigas de todas las medidas, veo totalmente incensario tener que arriesgar y subir a las encinas para colocar nuestros cimbeles.

Resumiendo, el caso es que para no tener que subir la vara a la mitad de la encina gateando por la misma, ide? ?el colocar dicha vara en una p?rtiga de diez metros a la cual le daba poco uso, y? a? la cual sobraban metros para tal menester. Solo hay que subirla hasta la altura deseada y tener la precauci?n de colocarle un viento en la parte superior que ataremos en una rama de la base de la encina y tensaremos hasta que esta no se mueva.

Hasta ah? todo muy bien, pero este m?todo para colocar la vara, tiene un inconveniente, y no es otro que esta tiene que estar muy pegada a nosotros para poder tirarle de la fina cuerda que har? aletear al cimbel.

Yo en esta ocasi?n y al tratarse de un puesto natural la hab?a colocado un poco delante y le pas? la cuerda por detr?s para que el tiro de la misma ?fuera hacia abajo y no descolocara dicha vara.

Pues bien, la ma?ana iba desarroll?ndose como ?ltimamente est? ocurriendo, vamos, con muy pocas palomas movi?ndose por nuestros alrededores. Hasta esa hora en que ocurri? la an?cdota llevaba cobradas ?nicamente? cinco torcaces que la verdad sea dicho de paso hab?an entrado francas a los cimbeles, y sobre todo a la vara, centr?ndose en entrar de frente al puesto d?ndome la oportunidad de tirarlas de pico que es como a m? m?s me gusta.

Sobre las once de la ma?ana vi cruzar una torcaz como a unos trescientos metros de mi, de izquierda a derecha, por lo que autom?ticamente comenc? a trabajarla con las dos verticales, la paloma se fij? en ellos y se vino derecha a la plaza, dej?? quietos los verticales, toqu? suavemente la horgadera comprobando que la paloma se desplazaba un poco hacia la izquierda, fue entonces cuando emple? a fondo la vara y vi como la torcaz se giraba y se dirig?a a una encina que tengo justamente delante del puesto, por lo que dej? las cuerdas quietas y tom? la escopeta en las manos. No sab?a por d?nde me iba a entrar si por la izquierda de la encina o por la derecha, por lo que esper?, en posici?n de prevengan, y esper?, y esper?.

Al final la torcaz entr? por la parte izquierda de la encina, o lo que es lo mismo, por la parte derecha del puesto. R?pidamente me fui con ella le puse los puntos quiz?s un poco precipitado por que esta se me pasar?a si la hubiera dejado volar un poco mas y la dispar?, comprobando que se hizo una bola en el aire y dio con sus bonitas plumas en el suelo. Pues hasta ah? todo bien, esta torcaz era la n?mero seis, dej? pasar un rato por si hab?a palomas por los alrededores poder trabajarlas al volar al tiro, y cuando vi que ya hab?a pasado un tiempo prudencial sal? a cobrarla y la coloqu? a la sombra del tronco de la encina mirando para abajo intentando mimetizarla con el suelo lo m?s posible.

 

Aquello estaba bastante parado, y las torcaces de nuevo brillaban por su ausencia.

En una de las muchas veces que suelo salir del puesto para estirar y mover las piernas mir? hacia la paloma que estaba en la vara pues esta hab?a aleteado en dos ocasiones,? pens? que pod?a estar mal sujeta en el posadero, el caso es que la paloma estaba bien, pero al bajar la vista vi algo raro en el tercer tramo de la p?rtiga que sujetaba el balanc?n de dicha vara, en principio no sab?a que era, pero r?pidamente me percat? de que aquello era un tiro que l?gicamente hab?a traspasado el tramo de aluminio de la p?rtiga de lado a lado como si se tratase de mantequilla.

Me pregunt? a mi mismo como pod?a haber pasado eso, pero r?pidamente me vino a la cabeza lo que hab?a ocurrido.

Al disparar a la ?ltima torcaz que me hab?a entrado tan r?pida por la derecha del puesto e irme con ella no me hab?a fijado en la vara, posiblemente? por ?EXCESO DE CONFIANZA, y le hab?a pegado un tiro de muy se?or m?o. As? como suena, pero lo m?s incre?ble es que hab?a matado,por cierto muy bien matado a la torcaz en cuestion.

La verdad es que el caso me hab?a inquietado un poco de momento, aunque poco a poco fui quit?ndole importancia porque el impacto con la p?rtiga se? hab?a producido a unos cuatro metros de mi, y era dif?cil que hubiera saltado un esquirla del aluminio que me pod?a haber hecho mucho da?o.

L?gicamente baj? la paloma de la p?rtiga, y le sustitu? el tramo afectado por otro tramo de una segunda p?rtiga que all? tenia y segu? cazando, pero ya a partir de ese momento con la vista puesta en la p?rtiga, pues no me hubiera gustado que me volviera a pasar, aunque si soy sincero he de decir que he tirado cientos de tiros iguales y nunca me ha pasado algo parecido, seria por que en todas esas ocasiones hab?a fallado la p?rtiga.

Pero bueno las cosas ocurren una vez y si queremos ponerle remedio para ?que no nos pase una vez mas solo ser? cuesti?n de tener un poco mas de cuidado.

Ahora me tocara conseguir un tramo de igual medida y grosor para coloc?rsela a la p?rtiga.

Ya sab?is, tener cuidado con las palomas que entran rasas, o muy pegadas? a la zona de donde teng?is colocada vuestra vara Portuguesa si es que caz?is con ella.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

Una Jornada muy fr?a.

Un nuevo fin de semana sin pena ni gloria, hasta ahora he ido salvando la temporada palomera gracias a mis salidas camperas a? Castilla? y Le?n, mas concretamente a la finca de mi amigo Jose luis en? Salamanca, ahora que se ha? terminado la temporada cinegetica? all?, y que aqu? en extremadura esta siendo muy floja, no me queda mas remedio que resignarme y esperar que esto cambie en este ultimo mes de la temporada, aunque sinceramente creo que este a?o las palomas van a tardar en volver a sus cuarteles de invierno, y ello es debido a que con estos temporales de fr?o que estamos padeciendo en el centro y norte de Espa?a las torcaces lo barruntan y esperan a que les pique el sol en la espalda para iniciar su migraci?n a sus pa?ses de origen.

El finde en cuesti?n no tuvo nada de particular, pude cobrar siete bonitas torcaces el s?bado por la tarde, fueron pocas pero me anim? el poder comprobar in situ que en la zona norte de la finca se ve?an bastantes palomas, unas en bandos y muchas sueltas. Pero estas no se mov?an, no hab?a quien las molestara pues estaba solo en la finca, mis compa?eros en esta ocasi?n no vinieron , y esto no habiendo muchas palomas no es bueno, pues las palomas no se mueven a menos que te metas encima de ellas.

El caso es que la tarde del s?bado pude quitarle a la finca algo mas de media docena de bonitas torcaces, francamente entrando muy bien a los cimbeles.

En una ocasi?n me ocurri? lo mismo que la semana pasada, consegu? enga?ar a un bando grande de torcaces que entraron ciegas al cimbel, seria un bando de unas ciento cincuenta aproximadamente, y como es l?gico fue lo mas grande de la tarde, aunque en dicho lance solo pude cobrar una torcaz, pero no deja de ser algo impresionante, solo el que sienta este tipo de caza como la siento yo, podr? entenderlo.

Algo que me gust? mucho al final de la tarde fue el movimiento de bastantes palomas que se quedaron en la finca, lo que me hizo llamar a mis compa?eros para coment?rselo, y l?gicamente estos quedaron en ir el domingo bien temprano.

Yo tenia el domingo un compromiso con mis compa?eros Andres, Jose , Francis y Segundo, que no era otro que comernos en otra de las fincas un arroz con liebre, porque palomas en teor?a hab?a pocas, pero cazar?amos por la ma?ana y despu?s pasar?amos todos el d?a juntos comiendo en dicha finca.

Una vez que llegu? a casa? los llam? y quedamos al d?a siguiente a las siete de la ma?ana en la churreria de la Mejostilla para desayunar y salir juntos hacia Torrejon.

Y as? fue, desayunamos juntos los cinco y salimos hacia Torrejon, yo me qued? en la finca donde hab?a estado el s?bado y ellos siguieron hacia la otra, habiendo quedado a la una de la tarde en ella para comer el arroz con liebre.

En el momento de entrar a la finca coincid? con mis compa?eros Jes?s y Faustino y all? mismo decidimos donde nos colocar?amos, unos minutos despu?s ya estaba en mi puesto de la charca montando el equipo.

Una vez montado todo esper? acontecimientos, aunque no me gust? que no hab?an salido palomas de la zona al llegar.

Y en efecto pas? lo que tenia que pasar,? y es que comenz? a soplar el viento con fuerza, pero de palomas nada de nada, un poco mas tarde se movieron algunas y consegu? cobrar cuatro, pero lo que mas me inquiet? es que mis compa?eros que estaban en la otra finca estaban viendo un palomeo muy bonito, yo sent?a los tiros pero Francis me llam? y me lo confirm?, me dijo en dos ocasiones que me fuera, pero yo decid? aguantar por si acaso, me arriesgu? y me qued?.

Sobre las doce del medio d?a? al no moverse nada decid? recoger e irme a buscar a mis compa?eros, una vez con ellos me comentaron que hab?an cobrado algunas, pero que por donde mas hab?an pasado hab?a sido por el puesto de los pinos, un puesto que qued? vac?o en espera de que yo lo ocupara en caso de no haber nada en la finca que estaba.

El caso es que all? tambi?n se hab?a parado la cosa, y aunque de vez en cuando se mov?a alguna paloma decidimos que colocar?amos uno de los ascensores que tengo en la finca al cual se le hab?a salido la cuerda de tiro.

Ayudado? por una escalera, y con un arn?s de seguridad puesto, Jose subi? a la alta encina? coloc? la cuerda y le cort? algunas de las ramas del alrededor que rozaban al ascensor , y de all? bajamos hasta el lugar donde solemos comer. All? tomamos un aperitivo con unas copas de vino pitarra y despu?s preparamos un rico arroz con liebre del cual dimos cuenta. Un poco despu?s de comer el cielo comenz? a ponerse muy oscuro, y el arco iris brillaba en el horizonte, estaba lloviendo y lo suyo era recoger todo y marcharnos a casa.

Y as? lo hicimos, recogimos y nos marchamos a casa a descansar y a coger fuerzas para volver el pr?ximo fin de semana, palomas habr? pocas en la zona pero lo que no podemos perder es la fe, y como ya deber?ais saber, yo de eso tengo bastante.

El fin de semana y si Dios as? lo quiere, mas.

Juan Manuel Alonso Rabazo.

 

 

Fin de semana Soleado

En principio la idea era? cazar el s?bado en Torrejon y desde all?, y sobre las seis de la tarde salir para Salamanca para cazar el domingo all? junto a mi amigo y compa?ero Jose Luis en su finca. En esta ocasi?n se vendr?a? conmigo mi amigo Francis, eso si en calidad de secretario, o acompa?ante como quer?is llamarlo.

El caso es que a pesar de haber recibido la tarde antes una llamada telefonica del vaquero de la finca para decirme que estaba viendo bastantes palomas en dicha finca, todos sabemos como es esto, y pudimos comprobar in situ que de muchas palomas nada, lo dejar?amos en algunas palomas que por cierto todas al salir llevaban la misma ruta cogiendo el regato que ten?amos a nuestra izquierda? desembocando en el puesto de uno de mis compa?eros, el cual tuvo la suerte de tener algunos que otros lances cimbeleros y cobrar diez palomas hasta la hora en que nosotros nos quitamos .

Respecto a mi solo tuve la oportunidad de tener dos lances con dos bonitas torcaces que dieron con sus plumas en el suelo, pero nada mas.

Una vez que vi el panorama pens? en desmontar y marcharnos hasta otra de las fincas que tengo all?, pero no hizo falta pues habl? con Jose Luis y este me dijo que si nos aburr?amos nos fu?ramos a la finca que el estar?a all? todo el d?a, entre otras cosas para preparar el equipo y el remolque puesto para el d?a siguiente.

Dicho y hecho, ayudado por Francis en cosa de media hora recogimos el equipo y salimos de la finca, pero antes de dirigirnos hacia Salamanca fuimos a echarle un vistazo a la otra finca por ver si se mov?an palomas, y justamente al llegar a la zona donde tengo instalada la torreta vimos un par de bonitos bandos de torcaces revoloteando por la zona.

El caso es que ya hab?amos hablado con Jose Luis para decirle que sal?amos para all? y no proced?a volver a montar en la torreta, la verdad es que no eran muchas, y esto nos hubiera supuesto tener que? aguantar all? hasta por la tarde y no poder ir a ver a nuestro amigo.

Una hora y media despu?s llegamos al hotel donde suelo hospedarme en Salamanca, all? dejamos la bolsa de la ropa en nuestras respectivas habitaciones, y nos tomamos un pincho de tortilla con una cerveza en la barra del bar que nos supo a gloria, el hambre ya apretaba y esta nos dej? listos para aguantar la tarde incluso sin tener que volver a comer.

Una vez que llegamos a la finca, y despu?s de los pertinentes saludos, Jose Luis me sugiri? dos opciones, la primera era montar el puesto y el equipo en la zona donde me iba a colocar al d?a siguiente y as? ahorrar tiempo y prisas a primera hora de la ma?ana, y la segunda era? ponernos un rato en la finca de su primo Fernando los tres juntos en su remoque puesto, y pasar all? un par de horas, para como se suele decir, matar el vicio.

Y si lo hicimos, optamos por la segunda, y el montaje de mi puesto esperar?a y no pasar?a la noche a la intemperie, lo colocar?a a la ma?ana al llegar al lugar elegido para cazar esa jornada, Jose Luis se cambi? de ropa r?pidamente y nos dirigimos a la zona donde nos colocar?amos, y unos minutos mas tarde ya ten?amos el remolque bajo la encina que hab?amos elegido para que nos diera sombra,? aunque el sol cada vez estaba mas tapado por algunas nubes. En pocos minutos montamos un vertical, un rodillo, y la vara portuguesa? para comenzar en cuanto las torcaces decidieran que era hora de moverse.

Una cosa que no nos? hab?a gustado? al llegar fue que? solamente vimos salir dos palomas de una encina, pero aun as? nosotros somos personas de mucha fe y decidimos que aunque la cosa no pintaba bien aguantar?amos al menos hasta las cinco de la tarde.

Como la cosa estaba mas bien incierta decidimos que tomar?amos un taco mientras tanto para reponer fuerzas. Y as? lo hicimos y? tomamos un peque?o refrigerio acompa?ado de unas cervezas que nos supieron riqu?simas.

 

Como Francis estaba deseoso de disparar sobre alguna que otra torcaz, le dije que sacara una de mis escopetas de la funda y que disparara el, yo en esta ocasi?n manejar?a las cuerdas para que mis dos compa?eros tiraran si es que las palomas se mov?an. Y lo hicieron, no en grandes cantidades, pero si sueltas y en peque?os bandos, aunque el problema es que estas al entrar se picaban bien pero no remataban, seguramente debido a que se hab?a nublado, pos?ndose a unos metros de la plaza haciendo inviable el poder disparar sobre ellas.

De todas formas algunas si que dieron con sus plumas en el suelo, pocas pero si algunas, y cuando ya comprendimos que no eran horas de estar all? entre otras cosas molestando al campo recogimos el equipo y nos marchamos hasta la casa.

Jose Luis nos dijo que dej?ramos all? el coche mio, que el nos llevaba hasta el hotel, y a la ma?ana siguiente nos recoger?a y volver?amos todos juntos, incluyendo a su primo Fernando que esta siendo picado por esta preciosa modalidad de caza y esta haciendo sus primeros pinitos acompa?ando al ya experto Jose Luis con los cimbeles.

Una vez en el hotel, tomamos un refresco en el bar, charlamos sobre como lo har?amos al d?a siguiente, y a continuaci?n Jose Luis se despidi? de nosotros y quedamos en que nos recoger?a a la seis de la ma?ana.

Una vez que Jose Luis se march? Francis y yo subimos a las habitaciones para darnos una ducha caliente y cambiarnos de ropa, por lo que quedamos una hora despu?s de nuevo en el bar del hotel.

Una vez juntos de nuevo echamos unas partidas al tute mientras tom?bamos unas cervezas, cenamos algo y sobre las diez treinta de la noche nos despedimos y subimos a las habitaciones para colocarnos en los brazos de Morfeo.

Pasados unos minutos las seis de la ma?ana aparecieron Jose Luis y Fernando, y de all? salimos hacia la finca, veinte minutos despu?s est?bamos todos desayunando en la cocina de la casa de Jose Luis.

Al terminar cogimos el coche que estaba en el interior de la nave y poco a poco fuimos bajando hasta la zona donde suelo colocarme, hacia mucho fr?o, creo que est?bamos a menos cinco grados, por lo que la utilizaci?n de guantes y pasamonta?as era casi obligado.

Al llegar y ayudado por Francis, sacamos todo el equipo del coche y lo colocamos al lado de la encina donde pensaba poner el puesto, despu?s de montado dicho puesto coloqu? como siempre que cazo aqu? dos verticales, una horgadera, y una vara Portuguesa, ademas de colocarle las caperuzas a seis ciegos.

Al llegar hab?an salido algunas palomas de las encinas, una docena aproximadamente, por lo que entend? que las torcaces en esta ocasi?n no dorm?an all?.

La pelona que hab?a ca?do era importante, por lo que a pesar de haber salido ya el sol y estar iluminando con fuerza toda la dehesa las palomas no se mov?an para nada, yo r?pidamente le ech? las culpas al fr?o, pero interiormente estaba pensando que a pesar del maravilloso d?a que ten?amos ante nosotros las palomas seguramente no se mover?an en las cantidades que lo hicieron la anterior semana.

Si hacia fr?o hasta entonces, una vez que comenz? a soplar el viento la cosa ya era heladora, aunque la verdad es que al menos yo estaba preparado, y me hab?a curado en salud coloc?ndome antes de salir del hotel ropa t?rmica, y la verdad es que el fr?o era mas llevadero.

Creo que eran las nueve treinta pasadas cuando dispar? sobre la primera torcaz que acudi? a mis cimbeles, por entonces ya hab?a escuchado disparar a mi compa?ero Jose Luis, este se hab?a colocado acompa?ado por Fernando a una distancia de mas de dos kil?metros de donde yo estaba, y aunque no era exagerado el tiroteo deb?an de estar teniendo algunos bonitos lances cimbeleros.

Yo en esta jornada tenia la suerte de cara, y paloma que tiraba paloma que daba con sus plumas en e suelo, no as? mi amigo Francis al cual le dejar de tirar alguna que otra y no se quedo con ellas, seguramente seria por que extra?aba mi escopeta.

Como est?bamos comunicados por radio emisoras, Jose Luis me coment? sobre las doce del medio d?a que su zona se hab?a parado por completo, por lo que iba a desmontar y bajar?an el y Fernando hasta mi puesto para comer todos juntos, que me avisar?a cuando estuvieran a la altura de la casa para que fu?ramos d?ndole marcha a la fogata para asar la carne.

En esta ocasi?n la comida seria algo mas que un tentempi?, en principio tomar?amos unas anchoas que mi mujer nos hab?a preparado y que es una autentica experta en ello, tambi?n tomar?amos algunos trozos de panceta fresca tomada de la matanza del d?a anterior que hab?a tenido Fernando, y para rematar un mont?n de carne de ternero que no nos la hubi?ramos comido ni en cuatro d?as, dicha carne pertenec?a a un becerro que Jose Luis hab?a estado alimentando durante siete meses para consumo propio.

Ni que decir tiene que las anchoas estaban riqu?sima, la panceta, espectacular, y la carne eso era como estar en los siete cielos, estaba divina, como se suele decir nos pusimos puos, todo ello regado con un vino de pitarra que tampoco estaba mal, bueno la verdad estaba delicioso, tampoco faltaron unos dulces? caseros del Casar de Caceres, vamos que a pesar de ser mucho el viento que soplaba no nos llevar?a.

Una vez que acabamos de comer, Jose Luis y Fernando se marcharon hacia otra parte de la finca para colocarse y pasar all? la tarde, Francis estaba algo acatarrado y se fue al coche a dormir unos minutos ( estuvo dos horas justas) y un servidor se volvi? a meter en el puesto, y para acelerar algo la digesti?n de la comida poco a poco fui recogiendo la mitad del equipo para que al final de la jornada me costara menos el hacerlo, la verdad es que no tenia mucha ilusi?n y pens? que las torcaces en esta ocasi?n se mover?an poco.

Y acert?, la tarde fue mas bien tranquila, a pesar de ello cobramos algunas mas y sobre las cinco de la tarde acab? de recoger la totalidad del equipo y despu?s de meterlo todo en el coche nos subimos hasta la casa donde ya estaban Jose? Luis y Fernando esper?ndonos, a ellos tampoco se les hab?a dado bien del todo, pero hab?an aguantado como leones hasta que comprendieron que ya quedaba poco que rascar.

A pesar de todo yo estaba muy satisfecho de como se hab?a desarrollado la jornada, no hab?a sido para volverse loco pero yo personalmente tuve lances preciosos, que creo que tardar? en olvidar, seg?n Jose Luis tambi?n hab?a tenido una ma?ana entretenida, que mas se puede pedir? cazamos, disfrutamos, comimos como dioses, como vamos a pedir nada mas, bueno si, el poder hacerlo mas a menudo, aunque para ello tendremos que esperan a la temporada que viene porque hoy es el ultimo d?a de caza en Castilla y Le?n.

Una vez que Jose Luis se cambi? y cerro la casa nos fuimos? de nuevo al hotel y all? nos tomamos una caf? mientras nos cont?bamos los unos a los otros las an?cdotas de la jornada, (vamos que herv?a el mentidero).

Sobre las ocho de la tarde y despu?s de un fuerte abrazo me desped? de Jose Luis y de Fernando, quedando en que ya faltaba poco para que volvi?ramos a cazar todos juntos Palomas con cimbeles en tierras charras, o en donde las torcaces nos lleven.

Despu?s de repostar de combustible al coche, y darle un buen lavado para quitarle el mucho barro que albergaba en sus bajos sub? a la habitaci?n me di una ducha muy caliente para entrar en calor y baj? al bar donde ya me estaba esperando Francis, una vez echamos unas partidas al tute, las cuales perd? casi todas, y despu?s de cenar algo nos despedimos del personal del hotel hasta el verano que viene y subimos a dormir, al menos yo media hora mas tarde volv? a encontrarme con Morfeo.

A las seis de la ma?ana en punto del d?a siguiente salimos hacia Caceres, y casi dos horas despu?s ya est?bamos soltando a los cimbeles en el palomar para que desconectaran, al menos hasta la semana que viene.

De nuevo hab?a pasado un bonito d?a de palomas con cimbeles en tierras charras, un d?a mas he tenido la oportunidad de tener algunos lances espectaculares, un d?a mas he comido y bebido algo de vino junto a mi compa?ero y amigo Jose Luis, y un d?a mas tengo que darle las gracias por tratarme como me trata, espero compensarselo igualmente cuando el venga a cazar a Caceres al menos de la misma manera, de lo que el sin dudarlo ni un solo momento debe estar seguro.

HASTA PRONTO AMIGO.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

 

 

Un fin de semana muy esperado

 

 

A veces me pregunto a mi mismo como puedo tener tanta afici?n a esta bonita modalidad de caza, no es normal que un domingo por la tarde al llegar a casa y ?despu?s de estar todo el d?a en el campo cazando me ponga a preparar todo el equipo para la semana siguiente, opino que no es normal, pero es tal como lo estoy contando, ni m?s ni menos.

El caso es que este fin de semana pasado en principio ten?a como objetivo el cazar el s?bado en Torrej?n, y al acabar sobre las cinco de la tarde irme hasta Salamanca para cazar con mi buen amigo Jos? Luis en su finca.

Y ?as? lo hice, a las siete treinta de la ma?ana, y despu?s de haber desayunado en una conocida churrer?a de C?ceres, estaba entrando en el camino de una de las fincas que tengo arrendada en Torrej?n el Rubio.

En esta ocasi?n lo har?a en la ?cerca de la Reforestacion, y en concreto en un puesto natural que tengo en la parte baja de la misma, y del que tengo muy buenos ratos pasados en su interior.

Como siempre que suelo cazar en este puesto, mont? dos cimbeleras verticales en dos encinas que tengo delante del mismo, y en la encina que normalmente me da la sombra coloqu? una vara Portuguesa, adem?s de seis ciegos en el posadero del puesto.

La ma?ana se presentaba soleada, quiz?s con alguna que otra mara?a pero pasable cineg?ticamente hablando.

Una vez montado todo aun me faltaban veinte minutos para comenzar, los cuales aprovech? para colocarles al puesto algunas ramas de encinas cortadas de los mamones de las mismas, d?ndole a dicho ?puesto un tono algo m?s natural,.

Mientras tanto algunas torcaces revoloteaban cerca del puesto, principalmente atra?das por los cimbeles de copa, haciendo que tambi?n en esta ocasi?n algunas de ellas se posaran con dichos cimbeles.

Pasados unos minutos de las nueve, y despu?s de haber sacado de la doble ?funda una de mis escopetas, una solitaria paloma se dej? enga?ar por uno de mis cimbeles pic?ndose hasta la plaza, y despu?s de fijarla con la vara la qued? muerta en el aire de un certero disparo. L?gicamente y como suele ocurrir en estos primeros minutos de la ma?ana, al tiro algunas palomas revolotearon por los alrededores, muy pocas por cierto, pero es lo que hab?a y contra eso no se puede hacer nada.

Despu?s de que aquello se tranquilizara un poco, y de haber visto alguna que otra paloma cruzar hacia la parte baja de la finca, cinco bonitas torcaces se interesaron por mis cimbeles y entraron espectacularmente al enga?o, en esta ocasi?n pude disparar sobre dos ?qued?ndome tambi?n con ellas en un bonito doblete.

Estaba claro que aquella jornada no iba a ser recordada por el exceso de capturas, pero la ma?ana era joven y hab?a que esperar.

En la siguiente hora solo pude cobrar otras dos torcaces, siendo las ?nicas que hab?a tirado, y a partir de esa hora la cosa se par? en serio, por lo que despu?s de mucho pensarlo, recog? todo y me fui a la otra finca que est? cerca de esta para ver si hab?a palomas en alguno de los puestos que tengo all?.

Un rato despu?s estaba parado en el puesto de la charca, que es donde habitualmente suelo ponerme, y sobre todo en d?as en los cuales haya pocas palomas y evito tener que montar el puesto artificial.

La verdad es que palomas hab?a muy pocas, pero algunas si que se dejaron de ver mientras iba hacia el puesto, por lo que al final decid? que montar?a de nuevo all? y me quedar?a hasta la hora de irme a Salamanca.

Una vez montado y viendo que eran las doce pasadas del medio d?a decid? que comer?a un bocadillo ?lo antes posible y as? tener hecha la digesti?n a la hora de salir hacia Salamanca evitando as? el que me entrara sue?o durante el viaje.

Mientras ?com?a dicho bocadillo una paloma que ven?a de la zona de la carretera se dej? querer por mis cimbeles y me entr? a huevo, dando con sus plumas en el suelo, media hora m?s tarde vi algunas en la lejan?a pero all? se quedaron posadas, durante bastante tiempo vi palomas sueltas como a dos kil?metros pero estaban muy lejos para trabajarlas, por lo que me acomod? en mi silla y esper?.

Es el problema que tiene el cazar una, o dos personas solas en una finca tan grande, es ?que estas no se mueven, aunque en esta ocasi?n un compa?ero m?o, ?ngel, hab?a venido desde el pa?s Vasco y se hab?a colocado en la otra zona de la finca, pero ni el escuchaba mis tiros ni yo los suyos, lo que quiere decir que est?bamos bastantes distanciados.

Una vez m?s otra paloma se movi? por la parte derecha, y una vez m?s la enga??, pero en esta ocasi?n la dispar? a huevo, le pegu? en los dos tiros y esta a duras penas se pos? en una encina que estaba situada a cien metros del puesto, y que despu?s de haber esperado un rato para que se enfriara, cuando fui a cobrarla sali? volando y me qued? compuesto y sin paloma.

Sobre las tres de la tarde tres palomas mas vinieron de la misma zona, las trabaj?, y estas entraron perfectamente, una vez en plaza me fui con la primera y la qued? hecha un trapo en el aire, pero a las otras dos no las pude tirar porque se me metieron en una de las encinas donde estaba uno de los cimbeles y este peligraba, por lo que no dispar?, qued?ndome con una sola bonita torcaz.

La verdad es que hab?a muy pocas palomas, pero la afici?n es la afici?n, y all? estaba un servidor sin sentarme, subido al altillo que tengo para ganar altura, y oteando el horizonte.

Un poco antes de las cuatro de la tarde vi venir hacia mi izquierda un bando de unos sesenta palomas, en principio pens? en no trabajarlas pues estaban a m?s de un Kilometro pero al final pens? que por que no iba a hacerlo, por probar no pasaba nada, y vamos si pas?, comenc? a trabajarlas con las dos verticales y estas poco a poco se fueron aproximando hacia mi plaza, hasta tal punto que ayudado por los ciegos consegu? meter todo el bando a cinco metros de altura y muy muy fijas, dej? pasar las primeras y me fui con una de ellas que ven?a a mitad del bando qued?ndome con ella, pero al intentar repetir con otra se desplazaron hacia atr?s y no pude dispararlas de nuevo.

Lo que se siente en estos casos es algo que solo el que practica esta bonita modalidad de caza ?puede entender, por mucho que se lo espliques a alguien que no caza palomas con cimbeles esto es ?imposible que ?l te pueda entender.

Fue un lance precioso, divino, como se vinieron las palomas desde tan lejos, fue espectacular, verdaderamente esto es lo que hace afici?n, y sobre todo cuando hay tan pocas torcaces en la zona donde habitualmente cazas.

Al final comprend? que aquello ya no dar?a para m?s, y poco a recog? todo el equipo, me cambi? de calzado, y sal? a las cinco de la tarde hacia Salamanca.

Solo hab?a cobrado ocho palomas, solo ocho, pero hab?a estado CAZANDO durante todo el d?a, y eso creerme que es lo que m?s me gusta, y si encima tienes la suerte de cobrar alguna preciosa torcaz, mejor que mejor.

Dos horas despu?s ya estaba en el hotel de Salamanca, me di una ducha, y a continuaci?n llam? a mi amigo Jos? Luis, este se tom? la molestia de venir a verme y tomar juntos una cerveza charlando no precisamente de toros mientras tanto, cuando ?l se march? cen? algo y? a las diez treinta ya estaba en la cama viendo la televisi?n, creo que unos minutos m?s tarde, ya no estaba, seguramente estar?a acord?ndome del bando de las sesenta torcaces.

 

Hab?a quedado con Jos? Luis en que me recoger?a en el parking del hotel a las seis de la ma?ana, por lo que hab?a puesto la alarma del tel?fono m?vil a alas cinco cuarenta y cinco para que me diera tiempo a ser puntual, pero quiz?s porque extra?o la cama, o porque el deseo de estar colocado al frente del ca??n es mucho, el caso es que a las cuatro y media ya estaba levantado.? Eso tiene algunas ventajas, uno de ellas es que me sobr? tiempo para darme una ducha, afeitarme y estar a las cinco cuarenta y cinco abajo calentando el motor del coche.

Una vez que lleg? Jos? Luis nos fuimos en los dos veh?culos hasta la finca y una vez que desayunamos bajamos hasta el regato, Jos? Luis para echar de comer a las vacas, y yo para quedarme en el puesto.

La verdad es que bajamos un poco desanimados porque el cielo se ve?a encapotado, y no se ve?a ni una sola estrella en el firmamento. Todos sabemos que las torcaces en d?as cerrados, oscuros y muy nublados, al margen de volar muy altas, ver mucho m?s que en un d?a soleado, y no picarse bien a los cimbeles, y hoy era uno de ellos.

Ayudado por la linterna frontal, poco a poco fui colocando el puesto y el resto de componentes del equipo. El viento en teor?a cuando se moviera, porque en ese momento no lo hac?a, lo har?a de noroeste, por lo que me coloqu? mirando hacia la casa, para que el viento me diera pr?cticamente en la nuca. Mont? dos cimbeleras verticales, a derecha e izquierda delante del puesto, una horgadera en una encina tambi?n delante del puesto pero m?s alejada, y una vara Portuguesa en la encina, que ese d?a no me dar?a la sombra, pero al menos me proteger?a algo al estar el puesto debajo de ella.

Una vez que le puse las caperuzas a los ciegos, coloqu? todo el equipo sobrante en la encina que estaba detr?s de m? y llev? el coche la esconder a una gran encina a unos trescientos metros del puesto.

Ya se ve?an las claras del d?a, y al volver andando hasta el puesto y solo salir de las encinas colindantes cinco palomas no me gust?, eso me confirm? que las palomas no dorm?an all? y que la tarde no iba a ser precisamente movidita, aunque de ?estas cosas no te puedes fijar a ciencia cierta porque hay veces que ocurre esto y a la tarde s? que tienes movimientos de torcaces.

Sobre las nueve de la ma?ana comenzaron a moverse algunas palomas por los alrededores, pero hasta que no me entr? la primera , por cierto muy picada a los cimbeles no comenzaron a moverse en cantidades importantes. El cielo estaba muy cubierto, totalmente cerrado, pero mi sorpresa fue que al comenzar a trabajar con los cimbeles, las torcaces en bandos se tiraban sin paraca?das, era espectacular, ven?an muy altas y al ver los movimiento de los cimbeles se picaban y entraban ciegas, pero algo antes de llegar se giraban y se posaban a unos cien metros del puesto, esto lo repitieron muchas veces, eso s? la que ven?a sola, o acompa?ada de su pareja entraba hasta la cocina, era incre?ble ver c?mo a pesar de estar muy nublado estas entraban a los cimbeles como lo har?an en un d?a soleado, no me lo cre?a, pero estaba pasando y lo aprovech? lo mejor que pude, y en menos de una hora ya ten?a once preciosas torcaces sin cobrar en el suelo.

L?gico era pensar que aquello tendr?a que bajar de ritmo y as? ocurri?, sobre las diez y media aquello bajo en intensidad pero no dejaron de acudir palomas sueltas y entrar ciegas a los cimbeles, cobrando alguna que otra paloma de vez en cuando.

Mi amigo Jos? Luis se hab?a colocado en la entrada de la finca, por lo que yo pr?cticamente no escuchaba sus tiros, pero al estar comunicados por las emisoras que me trajeron los reyes sabia que tambi?n se estaba divirtiendo y estaba tirando palomas.

El caso es que la ma?ana fue muy entretenida, y a eso de la una treinta Jos? Luis y su Primo Fernando que hab?a venido a pasar la tarde con el llegaron hasta mi puesto y preparamos la fogata para asar la carne que un poco m?s tarde comer?amos.

La comida fue muy amena, y el vino pitarra que tomamos ayudo a ello.

Nos ocurri? una an?cdota mientras la comida muy curiosa, se movieron algunas palomas en el regato y los tres a la vez nos metimos en mi puesto, despu?s de decirle a Jos? Luis que las traer?a, las trabaj?, le dije a Jos? Luis que cogiera mi escopeta y mientras tanto yo trabaje las palomas, y una de ellas a pesar de estar los dos coche al lado del puesto se pic? a los cimbeles y entr? hasta la cocina, yo vi como mi amigo cog?a mi escopeta y apuntaba a la paloma pero no disparaba, y l?gicamente la paloma se marcho despu?s de estar a pocos metros de nosotros, el caso es que Jos? Luis le hab?a puesto el seguro a mi escopeta en vez de quit?rselo, el lo noto al lado contrario de donde tiene el suyo y lo puso, no se percat? de que mi escopeta tiene el seguro al rev?s por ser para zurdos. Aquella paloma se hab?a salvado por que yo era zurdo, eso estaba claro.

Una vez que terminamos de comer los dos amigos se fueron a su puesto y yo me quede en el m?o.

Ya eran las tres de la tarde, y aun no se hab?a movido ni una paloma, y de hecho hasta las cuatro treinta que me percate de que aquello iba a estar m?s bien tranquilo solo cobr? tres torcaces m?s que entraron ciegas a mis cimbeles, posiblemente serian algunas de las que hab?an pasado all? la noche anterior y levant? yo al ir a llevar el coche a esconder. Por lo que poco a poco desmont? todo el equipo y di la jornada por concluida. Una vez que ten?a todo recogido en el coche volv? a la casa y all? esper? a que vinieran Jos? Luis y su acompa?ante,

Estos tardaron un rato en llegar y una vez que ya volvimos a estar los tres juntos me comentaron que hab?an tardado tanto porque hasta un rato antes las palomas no dejaron de entrar en su zona, cosa que aprovecharon para cobrar otras pocas torcaces.

Una vez que hicimos algunas fotograf?as para inmortalizar la jornada nos fuimos hasta el hotel donde tomamos un refresco, y comentamos como hab?a trascurrido dicha jornada, un rato despu?s Jos? Luis y Fernando se marcharon, y despu?s de los oportunos abrazos y saludos yo me sub? a la habitaci?n para darme una buena ducha caliente y descansar un rato, Despu?s baj? para cenar algo y a las diez treinta ya estaba de nuevo metido en la cama viendo la tele, y un rato despu?s desconecte y me qued? dormido.

No sin antes pensar que hab?a sido una jornada cimbelera muy bonita, a pesar del feo d?a que nos acompa?? las palomas entraron muy bien a los cimbeles, cosa que yo no esperaba, y d?ndonos la oportunidad de tener lances inolvidables, ya firmar?a yo por tener estos resultados, con esta calidad de caza en todas mis salidas cimbeleras, en una palabra me lo hab?a pasado muy bien y estaba muy contento por ello, espero volver a repetir jornadas as? de vez en cuando, a poder ser lo antes posible, vamos la semana que viene.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

 

Despu?s de la lluvia vino la calma

El s?bado de este fin de semana lo tuve que dedicar a trabajar, entre otras cosas algo normal, pero comento esto porque el s?bado estaba previsto que lloviera durante casi todo el d?a, y as? fue. Ya a las ocho de la ma?ana cuando me asom? a la ventana para ver si lo hacia el agua golpeaba con fuerza el doble acristalamiento de la misma, vamos que llov?a con ganas.

Aquello hizo que al menos me consolara el saber que hab?a hecho bien con quedarme en casa, me hubiera dolido que despu?s de no haber salido de palomas no hubiera llovido, y adem?s hace mucha falta el agua, por lo que ya hab?a que pensar en el siguiente d?a que seg?n las predicciones no iba a llover e incluso seria un d?a soleado.

Ten?a ganas de ir ?cazar a ?la cerca de abajo de una de las fincas en las cuales hay algunas palomas ?muy aquerenciadas hace alg?n tiempo.

Dicho y hecho, a las siete treinta de la ma?ana ya estaba en el camino de la finca, dudando? si cruzar los trescientos metros que me separaban del puesto donde pensaba montar con el coche, o dar tres viajes hasta el mismo para llevar todo el equipo en el coche de San Fernando, las dudas ven?an porque dicho trozo tenia agua acumulada del d?a anterior y corr?a el riesgo de quedarme atascado.

Al final me arriesgu? y caminando por lo m?s alto? llegu? con el veh?culo sin problemas hasta la encina donde en algo m?s de media hora ten?a ya todo el equipo montado.

Coloqu? dos cimbeleras verticales a unos veinte metros delante del puesto a derecha e izquierda del mismo, y una vara Portuguesa en la encina que me dar?a la sombra, y adem?s seis ciegos como auxiliares de los anteriormente mencionados.

Veinte minutos antes de la hora en la cual puedo comenzar a cazar, varias torcaces entraron en plaza al ver a los cimbeles de copa, incluso se posaron algunas con ellos, intentando que no me vieran para que no recelaran a lo largo de la ma?ana les tiraba de las cuerdas para que estos se levantaran y las torcaces posadas hicieran lo propio.

Sobre las nueve y diez la primera torcaz que entr? en plaza dio con sus plumas en el suelo, y l?gicamente al tiro comenz? un movimiento de torcaces por los alrededores que presum?a que algunas m?s entrar?an al enga?o.

Durante la siguiente hora y media las palomas no dejaron de moverse d?ndome la opci?n a cobrar diez bonitas torcaces todas cazadas en espectaculares lances cimbeleros.

Sobre las once de la ma?ana la cosa se par? en seco, y ya apenas se mov?an, por lo que no me qued? m?s remedio que mentalizarme sabiendo que la percha no aumentar?a en exceso.

Y as? fue, en la siguiente hora solo pude cobrar dos torcaces mas, y al final a la una de la tarde viendo que aquello no tenia futuro desmont? y me march? a la otra parte de la finca para ver si hab?a algunas palomas en la zona donde suelo ponerme, pero el paseo fue en vano porque all? no se vieron apenas palomas, por lo que despu?s de comer algo decid? que dar?a la jornada por concluida y me marche a casa.

Al final hab?a cobrado doce bonitas torcaces todas ellas enga?adas perfectamente al cimbel que hicieron que aunque sin tirar cohetes me sintiera ?plenamente realizado en esta jornada.

Ya solo quedaba esperar al pr?ximo fin de semana y hacer planes para poder cazar los dos d?as, espero que el tiempo nos acompa?e.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

De nuevo a Torcaces con Cimbeles

 

De nuevo a Torcaces con Cimbeles

 

Despu?s del par?n navide?o en ?el que moment?neamente? sustituimos a nuestros colaboradores los cimbeles por nuestros seres queridos, al menos para pasar juntos ?estas fechas tan se?aladas ?con ellos, de nuevo nos calzamos las botas, la ropa palomeril, y ?volvemos a necesitar a nuestros asistentes voladores para poder practicar esta bonita modalidad de caza que es la de la paloma torcaz con cimbeles.

A pesar de que las previsiones climatol?gicas no son todo lo buenas que nosotros quisi?ramos, ya llevamos varios d?as sin salir al campo y sinceramente estamos necesitados de ello.

Seg?n estas para el s?bado d?a de reyes en la zona de Torrej?n ?el Rubio se esperan nubes y claros, (por desgracia mas nubes que claros) y bastante viento, una media de 22 km /h con rachas superiores a los 33 km/h lo que entre otras cosas si hay palomas en la finca es f?cil que estas se muevan.

En principio tengo conmigo mismo un peque?o trato, y es el siguiente, saldr? temprano y esperar? que me amanezca en el puesto, montar? lo m?nimo, y esperar? a que se haga de d?a. L?gicamente si a primera hora se mueven palomas es f?cil que? lo hagan durante el resto de ?la jornada, y en este caso montar? algo mas y me quedar? toda la jornada, pero en el caso de que no se muevan palomas aguantar? dos o tres horas para matar el vicio y llenarme un poco de campo, y a media ma?ana me marchar? a casa y saldremos a comer mi mujer mi hija y yo. Al fin y al cabo es el d?a de reyes, y es normal el comer con la familia, pero sinceramente las torcaces van a decidir en esta ocasi?n el que un servidor se quede durante toda la jornada en el campo, o recoja pronto y se lo dedique a la familia.

Como ten?a que ir al campo a por los cimbeles hab?a puesto el despertado a las cinco treinta, y a esa hora justamente me tir? de la cama y puse los pies en el suelo.

Despu?s de pasar por la ducha para despejarme, me vest? y r?pidamente fui al sal?n para ver que me hab?an tra?do los Reyes Magos. All? hab?a un mont?n de regalos, unos para mi mujer y mi hija, otros para los hijos de mis sobrinas, otros ?para ellas mismas, y otros para m?. Con cierta ansiedad romp? los papeles de regalo en los que estaban envueltos los mismos y pude comprobar que deb? haber sido bueno durante todo el a?o porque sus majestades me hab?an tra?do una pareja de radio emisoras, entre otras cosas las utilizaremos para mantenernos conectados mientras cazamos en diferentes puestos de las fincas, tambi?n una radio port?til, unas zapatillas, y un teclado para la tableta, est? claro que soy un chico muy bueno.

Ya con la ilusi?n del que no la ha perdido nunca cog? algo de comida por si me quedaba, las escopetas y baj? al garaje a por el coche, lo guard? todo en su interior y me fui al campo a por las palomas.

En esta ocasi?n met? en la parte superior de la cesta de viaje cuatro palomas de copa, y seis destinados para ciegos en la parte inferior, y de all? a la churrer?a donde me tom? tres churros bien fritos acompa?ado de un caf? bastante caliente, y desde all? a Torrej?n.

Pasadas las siete cuarenta? ?entraba por la cancilla de la finca, y diez minutos m?s tarde estaba sacando parte del equipo cimbelero del interior del coche y dej?ndolo junto al puesto.

Ayudado por la linterna de cabeza mont? dos cimbeleras verticales en dos de las tres encinas que tengo delante del puesto, y la vara Portuguesa en la encina del puesto.

A continuaci?n les coloqu? las caperuzas a los ciegos y los situ? sobre su posadero en el interior del aguardo.

Mientras montaba dichas cimbeleras salieron una docena de torcaces de las encinas m?s cercanas, no eran muchas pero al menos alguna s? que hab?an dormido en las mismas, para m? que ocurran estas cosas es un indicativo de que alguna paloma pueda haber en la zona, pero la verdad es que tampoco eran muchas, pero bueno, peor hubiera sido que no hubiera salido ninguna, de todas formas hab?a que esperar un tiempo hasta que amaneciera para saber si las hab?a o no.

Y as? fue, las palomas tardaron en moverse, pero sobre las 9,15 comenzaron a hacerlo, y lo que m?s me sorprendi? es que a pesar de estar muy nublado y oscuro a primera hora las torcaces se picaban a los cimbeles escandalosamente bien, era toda una verdadera gozada verlas venir hacia los cimbeles para llegando a la plaza cimbelera cerrarse de alas y entrando a ella sin paraca?das. En pocos minutos ten?a en el suelo sin cobrar media docena de torcaces, y lo mejor es que sin ser muchas las palomas que se mov?an,solo algunas sueltas? no dejaban de hacerlo.

Mis dos compa?eros que estaban colocados,uno a unos quinientos metros de m?, y el otro a dos kil?metros respectivamente tampoco dejaban de tirar, por lo que se presum?a que si las palomas no se paraban en seco ?la jornada pod?a ser divertida.

Pero ocurri? lo que ten?a que ocurrir, y no fue otra cosa que comenc? a tener dudas sobre lo que deb?a hacer, si quedarme, o marcharme y comer con mi mujer y mi hija.

A las diez y cuarto ya hab?a cobrado una decena de palomas, adem?s muy bien cobradas, unos tiros francos y muy bonitos, no sab?a qu? hacer, le daba vueltas a la cabeza, y fue un peque?o par?n que tuvieron estas, lo que me anim? a decidir que recoger?a y me marchar?a.

A las once ya ten?a todo recogido y en el coche, pero aun as? las torcaces no dejaban de moverse por los alrededores de mi puesto, y mis dos compa?eros no dejaban de disparar de vez en cuando.

Me estaba arrepintiendo de haber recogido pero ya estaba hecho y no hab?a vuelta atr?s, pens? que mi mujer y mi hija se lo merec?an, y ?si Dios as? lo quiere me lo premiara con otra futura jornada entretenida, espero que lo tenga a bien,y que as? sea.

El caso es que despu?s de llevar las palomas al palomar y darles de comer, me march? a casa y llegu? a tiempo para ver como los hijos de mi sobrina llegaban tambi?n para abrir los regalos que les hab?an dejado all? sus majestades los Reyes Magos.

Sobre las dos treinta de la tarde llegamos al restaurante donde comer?amos, y despu?s de una deliciosa velada a las cinco de la tarde nos fuimos a casa a descansar y reposar dicha comida de reyes.

Sobre las seis llam? a mis dos compa?eros para saber c?mo hab?an acabado la jornada, y me dijeron que uno hab?a cobrado 38 y el otro 24, y que si me hubiera quedado seguro que yo habr?a cobrado algo m?s o menos, quiz?s m?s, pues los dos me comentaron que hab?an estado muy fallones.

Yo me alegr? por ellos, no as? por m?, aunque la decisi?n que hab?a tomado a las diez treinta de la ma?ana, pienso que fue la correcta, y como he comentado l?neas atr?s pase el d?a de reyes junto a mi familia directa, lo que si puede ocurrir es que el a?o que viene si Dios quiere puede que en lugar de comida de Reyes reservemos una cena de reyes??

 

Para el domingo ten?amos pensado ir a la otra finca a cazar en la zona de la reforestaci?n, a ver si hab?a algunas palomas, aunque las previsiones climatol?gicas no eran buenas, daban nublado todo el d?a y mucho fr?o, pero el vicio es el vicio, sab?amos que seguramente no har?amos gran cosa, aunque en esto de las palomas nunca se puede asegurar nada.

Hab?amos quedado mi amigo Andr?s, Francis y yo en desayunar en la churrer?a de la Mejostilla a las seis cuarenta y cinco, y al llegar, all? estaba otro amigo , el amigo Tonono al que le hab?a fallado su compa?ero y al cual le dije que se viniera con nosotros, este acept? sin dudadarlo e hicimos pandilla los cuatro.

Despu?s de desayunar salimos los cuatro en dos coches hacia Torrej?n, y treinta minutos despu?s est?bamos en la finca.

Quedamos en que Francis y Tonono se colocar?an en el puesto del cerro, y Andr?s y yo en el de los pinos, y as? lo hicimos.

Montamos todo el equipo en algo m?s de media hora y esperamos a que dieran las nueve en el interior del puesto. El d?a no pod?a ser m?s desagradable, totalmente nublado, oscuro, y con mucho viento, y sobre todo much?simo fr?o.

Las palomas brillaban por su ausencia, y no me extra?aba, yo si hubiera sido paloma no me hubiera movido tampoco, me hubiera quedado enramada en mi encina y esperar?a acontecimientos.

El caso es que solo se movieron algunas palomas sueltas al disparar sobre dos hurracas que sobrevolaron sobre nuestro puesto, y un par de bonitos bandos, observando? que todas llevaban la misma direcci?n, marchaban en direcci?n a cerca de la la torreta, por lo que me arrepent? de no haberme colocado all? con Andr?s en lugar de en el ?puesto de los pinos, que este hab?a sido el primer pensamiento.

Francis y Tonono tiraron en dos o tres ocasiones , pero segu?an sin verse palomas volar ni lejos ni cerca, por lo que llam? a Tonono para que me acompa?ara ver si hab?a palomas en la cerca de la torreta, y de paso para que la conociera.

Nada m?s entrar en la cerca, comenzaron a salir algunas palomas de all?, no es que fueran cientos ?pero hab?a un bonito palomeo.

Subimos a lo alto de la torreta para que Tonono ?la viera, cosa que me cost?, por que le dan miedo las alturas, y este me asegur? que no volver?a a subir nunca mas aunque se la regalara.

Una vez que Tonono baj? de la torreta subimos de nuevo al coche y seguimos camino abajo hacia la cerca donde estaban los cochinos, y de nuevo pas? lo que ten?a que pasar, aquello estaba lleno de palomas, palomas que est?n esperando que los cochinos se pusieran a comer para aprovechar el cacheo de las bellotas, algo que a estas les encanta.

Era precioso verlas tan cerca, tan tranquilas, posadas en el suelo en las encinas incluso en los cables que atraviesan la finca.

Dimos toda la vuelta a la cerca y no dejaban de salir palomas, en principio pens? en venirnos todos a la cerca y colocarnos pero luego lo pens? mas fr?amente y decid? que las dejar?a all? tranquilas, y que en breve me colocar?a en esa zona desde temprano, y era f?cil que hiciera una bonita percha, por lo que salimos de la cerca y dejamos all? tranquilas a las muchas torcaces que hab?a comiendo pl?cidamente el cacheo de las bellotas.

Cuando volvimos a donde estaban mis compa?eros? se lo comentamos y? l?gicamente estos quer?an que baj?ramos, pero yo los convenc?, y al final dejamos las cosas como estaban.

Como arriba ?la cosa segu?a ?igual decidimos que recoger?amos y bajar?amos a la cerca de la torreta y all? comer?amos, pues al estar situada en un bajo el aire nos molestar?a menos a la hora de hacer la fogata y comer.

Y as? lo hicimos, y una vez que terminamos de comer decidimos que Andr?s y yo nos subi?ramos a la torreta, y Francis y Tonono se quedar?an abajo en un puesto auxiliar que tengo al lado, de esta forma ellos cazar?an con los ciegos y yo desde arriba manejar?a tres cimbeles de copa.

Serian m?s o menos las tres cuando subimos a la torreta y estar?amos hasta las cuatro treinta. Palomas se movieron por la zona pocas, algunas sueltas y alg?n bando que metimos y se pararon a pocos metros, sin poder dispararlos. Francis y Andr?s dispararon algunas sueltas sin quedarse con ellas, y al final yo lo hice sobre dos? qued?ndome solo con una de ellas que entr? ciega a los cimbeles.

El d?a segu?a igual de desagradable por lo que est?bamos deseando marcharnos a tomar un caf? caliente, cosa que hicimos al llegar a C?ceres, parar despu?s despedirnos hasta la pr?xima, a ver si el tiempo nos deja y podemos disfrutar de las torcaces.

Y ya est?, ya acabo el fin de semana, el s?bado pas? lo que pas? y el domingo hacia un mal d?a y lo sobrellevamos como pudimos.

A ver si la semana que viene el tiempo mejora, aunque por las previsiones que dan a d?a de hoy es f?cil que est?n los dos d?as cazables malos.

Qu? le vamos a hacer, tendremos que resignarnos y esperar ?a que mejore, lo que si haremos es tener fe, mucha fe, aunque yo particularmente de eso ando sobrado.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-