Despu?s de la lluvia vino la calma

El s?bado de este fin de semana lo tuve que dedicar a trabajar, entre otras cosas algo normal, pero comento esto porque el s?bado estaba previsto que lloviera durante casi todo el d?a, y as? fue. Ya a las ocho de la ma?ana cuando me asom? a la ventana para ver si lo hacia el agua golpeaba con fuerza el doble acristalamiento de la misma, vamos que llov?a con ganas.

Aquello hizo que al menos me consolara el saber que hab?a hecho bien con quedarme en casa, me hubiera dolido que despu?s de no haber salido de palomas no hubiera llovido, y adem?s hace mucha falta el agua, por lo que ya hab?a que pensar en el siguiente d?a que seg?n las predicciones no iba a llover e incluso seria un d?a soleado.

Ten?a ganas de ir ?cazar a ?la cerca de abajo de una de las fincas en las cuales hay algunas palomas ?muy aquerenciadas hace alg?n tiempo.

Dicho y hecho, a las siete treinta de la ma?ana ya estaba en el camino de la finca, dudando? si cruzar los trescientos metros que me separaban del puesto donde pensaba montar con el coche, o dar tres viajes hasta el mismo para llevar todo el equipo en el coche de San Fernando, las dudas ven?an porque dicho trozo tenia agua acumulada del d?a anterior y corr?a el riesgo de quedarme atascado.

Al final me arriesgu? y caminando por lo m?s alto? llegu? con el veh?culo sin problemas hasta la encina donde en algo m?s de media hora ten?a ya todo el equipo montado.

Coloqu? dos cimbeleras verticales a unos veinte metros delante del puesto a derecha e izquierda del mismo, y una vara Portuguesa en la encina que me dar?a la sombra, y adem?s seis ciegos como auxiliares de los anteriormente mencionados.

Veinte minutos antes de la hora en la cual puedo comenzar a cazar, varias torcaces entraron en plaza al ver a los cimbeles de copa, incluso se posaron algunas con ellos, intentando que no me vieran para que no recelaran a lo largo de la ma?ana les tiraba de las cuerdas para que estos se levantaran y las torcaces posadas hicieran lo propio.

Sobre las nueve y diez la primera torcaz que entr? en plaza dio con sus plumas en el suelo, y l?gicamente al tiro comenz? un movimiento de torcaces por los alrededores que presum?a que algunas m?s entrar?an al enga?o.

Durante la siguiente hora y media las palomas no dejaron de moverse d?ndome la opci?n a cobrar diez bonitas torcaces todas cazadas en espectaculares lances cimbeleros.

Sobre las once de la ma?ana la cosa se par? en seco, y ya apenas se mov?an, por lo que no me qued? m?s remedio que mentalizarme sabiendo que la percha no aumentar?a en exceso.

Y as? fue, en la siguiente hora solo pude cobrar dos torcaces mas, y al final a la una de la tarde viendo que aquello no tenia futuro desmont? y me march? a la otra parte de la finca para ver si hab?a algunas palomas en la zona donde suelo ponerme, pero el paseo fue en vano porque all? no se vieron apenas palomas, por lo que despu?s de comer algo decid? que dar?a la jornada por concluida y me marche a casa.

Al final hab?a cobrado doce bonitas torcaces todas ellas enga?adas perfectamente al cimbel que hicieron que aunque sin tirar cohetes me sintiera ?plenamente realizado en esta jornada.

Ya solo quedaba esperar al pr?ximo fin de semana y hacer planes para poder cazar los dos d?as, espero que el tiempo nos acompa?e.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

De nuevo a Torcaces con Cimbeles

 

De nuevo a Torcaces con Cimbeles

 

Despu?s del par?n navide?o en ?el que moment?neamente? sustituimos a nuestros colaboradores los cimbeles por nuestros seres queridos, al menos para pasar juntos ?estas fechas tan se?aladas ?con ellos, de nuevo nos calzamos las botas, la ropa palomeril, y ?volvemos a necesitar a nuestros asistentes voladores para poder practicar esta bonita modalidad de caza que es la de la paloma torcaz con cimbeles.

A pesar de que las previsiones climatol?gicas no son todo lo buenas que nosotros quisi?ramos, ya llevamos varios d?as sin salir al campo y sinceramente estamos necesitados de ello.

Seg?n estas para el s?bado d?a de reyes en la zona de Torrej?n ?el Rubio se esperan nubes y claros, (por desgracia mas nubes que claros) y bastante viento, una media de 22 km /h con rachas superiores a los 33 km/h lo que entre otras cosas si hay palomas en la finca es f?cil que estas se muevan.

En principio tengo conmigo mismo un peque?o trato, y es el siguiente, saldr? temprano y esperar? que me amanezca en el puesto, montar? lo m?nimo, y esperar? a que se haga de d?a. L?gicamente si a primera hora se mueven palomas es f?cil que? lo hagan durante el resto de ?la jornada, y en este caso montar? algo mas y me quedar? toda la jornada, pero en el caso de que no se muevan palomas aguantar? dos o tres horas para matar el vicio y llenarme un poco de campo, y a media ma?ana me marchar? a casa y saldremos a comer mi mujer mi hija y yo. Al fin y al cabo es el d?a de reyes, y es normal el comer con la familia, pero sinceramente las torcaces van a decidir en esta ocasi?n el que un servidor se quede durante toda la jornada en el campo, o recoja pronto y se lo dedique a la familia.

Como ten?a que ir al campo a por los cimbeles hab?a puesto el despertado a las cinco treinta, y a esa hora justamente me tir? de la cama y puse los pies en el suelo.

Despu?s de pasar por la ducha para despejarme, me vest? y r?pidamente fui al sal?n para ver que me hab?an tra?do los Reyes Magos. All? hab?a un mont?n de regalos, unos para mi mujer y mi hija, otros para los hijos de mis sobrinas, otros ?para ellas mismas, y otros para m?. Con cierta ansiedad romp? los papeles de regalo en los que estaban envueltos los mismos y pude comprobar que deb? haber sido bueno durante todo el a?o porque sus majestades me hab?an tra?do una pareja de radio emisoras, entre otras cosas las utilizaremos para mantenernos conectados mientras cazamos en diferentes puestos de las fincas, tambi?n una radio port?til, unas zapatillas, y un teclado para la tableta, est? claro que soy un chico muy bueno.

Ya con la ilusi?n del que no la ha perdido nunca cog? algo de comida por si me quedaba, las escopetas y baj? al garaje a por el coche, lo guard? todo en su interior y me fui al campo a por las palomas.

En esta ocasi?n met? en la parte superior de la cesta de viaje cuatro palomas de copa, y seis destinados para ciegos en la parte inferior, y de all? a la churrer?a donde me tom? tres churros bien fritos acompa?ado de un caf? bastante caliente, y desde all? a Torrej?n.

Pasadas las siete cuarenta? ?entraba por la cancilla de la finca, y diez minutos m?s tarde estaba sacando parte del equipo cimbelero del interior del coche y dej?ndolo junto al puesto.

Ayudado por la linterna de cabeza mont? dos cimbeleras verticales en dos de las tres encinas que tengo delante del puesto, y la vara Portuguesa en la encina del puesto.

A continuaci?n les coloqu? las caperuzas a los ciegos y los situ? sobre su posadero en el interior del aguardo.

Mientras montaba dichas cimbeleras salieron una docena de torcaces de las encinas m?s cercanas, no eran muchas pero al menos alguna s? que hab?an dormido en las mismas, para m? que ocurran estas cosas es un indicativo de que alguna paloma pueda haber en la zona, pero la verdad es que tampoco eran muchas, pero bueno, peor hubiera sido que no hubiera salido ninguna, de todas formas hab?a que esperar un tiempo hasta que amaneciera para saber si las hab?a o no.

Y as? fue, las palomas tardaron en moverse, pero sobre las 9,15 comenzaron a hacerlo, y lo que m?s me sorprendi? es que a pesar de estar muy nublado y oscuro a primera hora las torcaces se picaban a los cimbeles escandalosamente bien, era toda una verdadera gozada verlas venir hacia los cimbeles para llegando a la plaza cimbelera cerrarse de alas y entrando a ella sin paraca?das. En pocos minutos ten?a en el suelo sin cobrar media docena de torcaces, y lo mejor es que sin ser muchas las palomas que se mov?an,solo algunas sueltas? no dejaban de hacerlo.

Mis dos compa?eros que estaban colocados,uno a unos quinientos metros de m?, y el otro a dos kil?metros respectivamente tampoco dejaban de tirar, por lo que se presum?a que si las palomas no se paraban en seco ?la jornada pod?a ser divertida.

Pero ocurri? lo que ten?a que ocurrir, y no fue otra cosa que comenc? a tener dudas sobre lo que deb?a hacer, si quedarme, o marcharme y comer con mi mujer y mi hija.

A las diez y cuarto ya hab?a cobrado una decena de palomas, adem?s muy bien cobradas, unos tiros francos y muy bonitos, no sab?a qu? hacer, le daba vueltas a la cabeza, y fue un peque?o par?n que tuvieron estas, lo que me anim? a decidir que recoger?a y me marchar?a.

A las once ya ten?a todo recogido y en el coche, pero aun as? las torcaces no dejaban de moverse por los alrededores de mi puesto, y mis dos compa?eros no dejaban de disparar de vez en cuando.

Me estaba arrepintiendo de haber recogido pero ya estaba hecho y no hab?a vuelta atr?s, pens? que mi mujer y mi hija se lo merec?an, y ?si Dios as? lo quiere me lo premiara con otra futura jornada entretenida, espero que lo tenga a bien,y que as? sea.

El caso es que despu?s de llevar las palomas al palomar y darles de comer, me march? a casa y llegu? a tiempo para ver como los hijos de mi sobrina llegaban tambi?n para abrir los regalos que les hab?an dejado all? sus majestades los Reyes Magos.

Sobre las dos treinta de la tarde llegamos al restaurante donde comer?amos, y despu?s de una deliciosa velada a las cinco de la tarde nos fuimos a casa a descansar y reposar dicha comida de reyes.

Sobre las seis llam? a mis dos compa?eros para saber c?mo hab?an acabado la jornada, y me dijeron que uno hab?a cobrado 38 y el otro 24, y que si me hubiera quedado seguro que yo habr?a cobrado algo m?s o menos, quiz?s m?s, pues los dos me comentaron que hab?an estado muy fallones.

Yo me alegr? por ellos, no as? por m?, aunque la decisi?n que hab?a tomado a las diez treinta de la ma?ana, pienso que fue la correcta, y como he comentado l?neas atr?s pase el d?a de reyes junto a mi familia directa, lo que si puede ocurrir es que el a?o que viene si Dios quiere puede que en lugar de comida de Reyes reservemos una cena de reyes??

 

Para el domingo ten?amos pensado ir a la otra finca a cazar en la zona de la reforestaci?n, a ver si hab?a algunas palomas, aunque las previsiones climatol?gicas no eran buenas, daban nublado todo el d?a y mucho fr?o, pero el vicio es el vicio, sab?amos que seguramente no har?amos gran cosa, aunque en esto de las palomas nunca se puede asegurar nada.

Hab?amos quedado mi amigo Andr?s, Francis y yo en desayunar en la churrer?a de la Mejostilla a las seis cuarenta y cinco, y al llegar, all? estaba otro amigo , el amigo Tonono al que le hab?a fallado su compa?ero y al cual le dije que se viniera con nosotros, este acept? sin dudadarlo e hicimos pandilla los cuatro.

Despu?s de desayunar salimos los cuatro en dos coches hacia Torrej?n, y treinta minutos despu?s est?bamos en la finca.

Quedamos en que Francis y Tonono se colocar?an en el puesto del cerro, y Andr?s y yo en el de los pinos, y as? lo hicimos.

Montamos todo el equipo en algo m?s de media hora y esperamos a que dieran las nueve en el interior del puesto. El d?a no pod?a ser m?s desagradable, totalmente nublado, oscuro, y con mucho viento, y sobre todo much?simo fr?o.

Las palomas brillaban por su ausencia, y no me extra?aba, yo si hubiera sido paloma no me hubiera movido tampoco, me hubiera quedado enramada en mi encina y esperar?a acontecimientos.

El caso es que solo se movieron algunas palomas sueltas al disparar sobre dos hurracas que sobrevolaron sobre nuestro puesto, y un par de bonitos bandos, observando? que todas llevaban la misma direcci?n, marchaban en direcci?n a cerca de la la torreta, por lo que me arrepent? de no haberme colocado all? con Andr?s en lugar de en el ?puesto de los pinos, que este hab?a sido el primer pensamiento.

Francis y Tonono tiraron en dos o tres ocasiones , pero segu?an sin verse palomas volar ni lejos ni cerca, por lo que llam? a Tonono para que me acompa?ara ver si hab?a palomas en la cerca de la torreta, y de paso para que la conociera.

Nada m?s entrar en la cerca, comenzaron a salir algunas palomas de all?, no es que fueran cientos ?pero hab?a un bonito palomeo.

Subimos a lo alto de la torreta para que Tonono ?la viera, cosa que me cost?, por que le dan miedo las alturas, y este me asegur? que no volver?a a subir nunca mas aunque se la regalara.

Una vez que Tonono baj? de la torreta subimos de nuevo al coche y seguimos camino abajo hacia la cerca donde estaban los cochinos, y de nuevo pas? lo que ten?a que pasar, aquello estaba lleno de palomas, palomas que est?n esperando que los cochinos se pusieran a comer para aprovechar el cacheo de las bellotas, algo que a estas les encanta.

Era precioso verlas tan cerca, tan tranquilas, posadas en el suelo en las encinas incluso en los cables que atraviesan la finca.

Dimos toda la vuelta a la cerca y no dejaban de salir palomas, en principio pens? en venirnos todos a la cerca y colocarnos pero luego lo pens? mas fr?amente y decid? que las dejar?a all? tranquilas, y que en breve me colocar?a en esa zona desde temprano, y era f?cil que hiciera una bonita percha, por lo que salimos de la cerca y dejamos all? tranquilas a las muchas torcaces que hab?a comiendo pl?cidamente el cacheo de las bellotas.

Cuando volvimos a donde estaban mis compa?eros? se lo comentamos y? l?gicamente estos quer?an que baj?ramos, pero yo los convenc?, y al final dejamos las cosas como estaban.

Como arriba ?la cosa segu?a ?igual decidimos que recoger?amos y bajar?amos a la cerca de la torreta y all? comer?amos, pues al estar situada en un bajo el aire nos molestar?a menos a la hora de hacer la fogata y comer.

Y as? lo hicimos, y una vez que terminamos de comer decidimos que Andr?s y yo nos subi?ramos a la torreta, y Francis y Tonono se quedar?an abajo en un puesto auxiliar que tengo al lado, de esta forma ellos cazar?an con los ciegos y yo desde arriba manejar?a tres cimbeles de copa.

Serian m?s o menos las tres cuando subimos a la torreta y estar?amos hasta las cuatro treinta. Palomas se movieron por la zona pocas, algunas sueltas y alg?n bando que metimos y se pararon a pocos metros, sin poder dispararlos. Francis y Andr?s dispararon algunas sueltas sin quedarse con ellas, y al final yo lo hice sobre dos? qued?ndome solo con una de ellas que entr? ciega a los cimbeles.

El d?a segu?a igual de desagradable por lo que est?bamos deseando marcharnos a tomar un caf? caliente, cosa que hicimos al llegar a C?ceres, parar despu?s despedirnos hasta la pr?xima, a ver si el tiempo nos deja y podemos disfrutar de las torcaces.

Y ya est?, ya acabo el fin de semana, el s?bado pas? lo que pas? y el domingo hacia un mal d?a y lo sobrellevamos como pudimos.

A ver si la semana que viene el tiempo mejora, aunque por las previsiones que dan a d?a de hoy es f?cil que est?n los dos d?as cazables malos.

Qu? le vamos a hacer, tendremos que resignarnos y esperar ?a que mejore, lo que si haremos es tener fe, mucha fe, aunque yo particularmente de eso ando sobrado.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

 

Y otra mas

 

 

Parece mentira que una semana se te pueda hacer tan larga, seguramente debe ser porque la semana pasada tuve la fortuna de poder cazar tres d?as , el mi?rcoles, el viernes,? y el domingo, y aunque fueron unas jornadas muy, muy pobres en capturas al menos estuve cazando, que a la postre es realmente lo que importa.

Parece incre?ble, que con el paso del tiempo no se me quite esta verdadera pasi?n que tengo por la Caza de la Paloma Torcaz con Cimbeles, para nada, al contrario, ?y cada vez tengo m?s fiebre por esta bonita modalidad de caza.

Seguramente muchos de vosotros sentir?is lo mismo, y por eso entender?is lo que os digo a trav?s de estas? sinceras l?neas.

Llevo intranquilo y deseoso a la vez por que llegue el fin de semana desde el mi?rcoles, ya el martes prepar? algo de lo que tengo intenci?n de llevar el s?bado y el domingo. El jueves ya ten?a casi todo metido en el coche, y el viernes ya no pensaba en otra cosa, decirme a mi si esto no es afici?n, yo m?s que eso a esto le llamar?a? fiebre cimbelera ?pura y dura.

Sin hacer planes a fondo, ten?a intenci?n de cazar el s?bado en una de las fincas de Torrej?n, aun no sab?a exactamente en cual, pero si en una de ellas, y desde all? marcharme por la tarde a Salamanca, para cazar el domingo con Jos? Luis en su finca. Este me hab?a dicho el mi?rcoles que ya se ve?an de nuevo palomas en ella, y sobre todo en el sitio donde yo suelo ponerme cuando voy, en el famoso REGATO, algo que aunque parezca mentira me gusta mucho, pero a la vez me siento algo incomodo porque es una zona muy buena donde casi siempre hay palomas, pero Jos? Luis se enfada cuando? le digo que se coloque el all?, y este me dice que ese es mi puesto, y punto, y yo como soy muy obediente siempre le hago caso.

El caso es que el viernes retir? la carne que tenia encargada para comer el domingo, y ultim? todos los preparativos para salir temprano el s?bado hacia Torrej?n.

 

A las cinco treinta de la madrugada ?son? el despertador, despu?s de asearme y recoger? la comida y las escopetas ?fui a por las palomas al campo y de paso le cog? unas naranjas a Jos? Luis, porque s? que le gustan mucho, me acerqu? a desayunar a la churrer?a de siempre y desde all? sal? para Torrej?n, treinta minutos m?s tarde estaba abriendo la cancilla de entrada a la finca, y diez m?s tarde estaba sacando del coche todo el equipo para a continuaci?n montar, dos verticales en las encinas que tengo delante del puesto natural, una cimbelera en V en otra encina que esta algo escorada hacia la derecha, y la vara Portuguesa en la encina que me dar?a la sombra. A continuaci?n les coloqu? las caperuzas a los ciegos y recog? en el interior del puesto el sobrante del equipo.

Sobre las 8,30 apareci? en el puesto mi amigo Francis que ven?a a verme y de paso a pasar un rato conmigo, despu?s de los oportunos saludos? acabamos de preparar todo el equipo y nos dispusimos a esperar que fueran las nueve.

A m? en principio no me hab?a gustado que al llegar ?hubieran salido de la zona donde mont? media docena de palomas solamente, eso en principio es mal s?ntoma pero ya est?bamos all? y hab?a que esperar a que diera la hora para saber si las hab?a o por el contrario no.

Sobre las nueve y cuarto de la ma?ana una paloma que ven?a de regato fue tentada por mis cimbeles y se pic? como una posesa, dando con sus plumas en el suelo, siendo esta la primara torcaz cobrada de la ma?ana. A continuaci?n cobr? otras tres m?s seguidas que entraron tambi?n muy bien, pero la cosa se par? en seco, las palomas hab?an desaparecido totalmente y aquello se hab?a quedado desierto de ellas. Francis y yo comentamos si desmont?bamos y nos ?bamos a la zona de la ?Torreta, o si por el contrario nos qued?bamos all?, este al final me convenci? para que desmont?ramos y fue lo que hicimos, sobre las once y media ya ten?amos de nuevo todo el equipo metido en el coche y arrancamos direcci?n a la torreta.

Durante el trayecto en el camino salieron algunas palomas de las encinas, pero la sorpresa fue al llegar al alto del cerro que da a la salida? de la finca, de all? comenzaron a salir palomas en cantidad, y estas hicieron que de momento se me pusieran los nervios nerviosos. Eran bastantes palomas, y una vez que dieron un par de vueltas por la zona volvieron a posarse m?s o menos de donde hab?an salido. A m? me gust? tanto aquello que sin dudarlo un momento le dije a Francis que dejar?amos la torreta para otro d?a y? montar?amos de nuevo en la zona de donde acababan de salir tantas palomas.

 

Ayudado por este en algo menos de una hora ya ten?amos de nuevo todo el equipo? montado esperando que se movieran algunas palomas. Yo pensaba que la palomas a esa hora no se mover?an, pero sobre las dos treinta, o las tres s? que lo har?an y aprovechar?amos para poder arreglar el d?a.

Y si que se movieron algunas a partir de las tres de la tarde, pero ni mucho menos en la cantidad que hab?an salido.

Durante la tarde le dej? a Francis que tirara algunas palomas que por cierto fall?, me dec?a que mi escopeta estaba muy viva y que no se encaraba bien, el caso es que no se qued? con ninguna de las que hab?a tirado, a pesar de que hab?an entrado m?s que cumplidas al cimbel. Viendo que este no mataba ninguna volv? a coger la escopeta y consegu? cobrar dos torcaces mas en dos espectaculares lances, l?stima que dieran las cuatro de la tarde y tuvi?ramos que recoger, porque a partir de esa hora y como suele ocurrir m?s de lo que deseamos entraron bastantes palomas pos?ndose algunas con los cimbeles mientras permanec?an en las encinas. El caso es que nos resignamos y acabamos de recoger todo el equipo, y a las cinco de la tarde nos est?bamos despidiendo en la cancilla de entrada, el tir? hacia C?ceres y yo cog? el camino de Salamanca. Una hora y media m?s tarde ya estaba llamando a mi mujer para decirle que ya estaba en el hotel.

Despu?s de sacar de la bolsa la ropa y colocarla en los armarios destinados para ello me di una ducha caliente me vest? y baj? al coche para dejar todo colocado para el d?a siguiente, a continuaci?n llam? a Jos? Luis para quedar el d?a siguiente.

Sobre las ocho treinta de la tarde baj? a la cafeter?a y me tom? dos cervezas con unas aceitunas, y un poco m?s tarde cen?, y despu?s de dar un paseo por los alrededores del hotel para estirar las piernas sub? a la habitaci?n y me met? en la cama.

All? mientras ve?a la tele no dejaba de pensar en la jornada que hab?a transcurrido, no dejaba de pensar en todas aquellas palomas que se levantaron del cerro cuando ?bamos por el camino, y tambi?n donde habr?an estado para no dar la cara hasta pasadas las tres de la tarde, pero bueno, al menos hab?a cobrado media docena de torcaces y hab?a pasado el d?a junto a Francis.

Calculo que sobre las once me quedar?a dormido como siempre pensando en aquellos bonitos pero insuficientes lances que hab?a tenido con mis amigas las azules, esperando que al d?a siguiente lo fueran algo m?s.

 

Unos minutos antes de las seis de la ma?ana ya estaba esperando a mi amigo Jos? Luis en la puerta del Hotel, este no tard? en llegar, y despu?s de darnos un afectuoso saludos salimos hacia la finca.

Una vez que hab?amos desayunado bajamos los dos hacia el regato, Jos? Luis para darle de comer a las vacas antes de ponerse, y yo para ponerme en el puesto del regato, diez minutos despu?s nos despedimos dese?ndonos suerte, ?este se fue a sus labores y yo me acerqu? al regato, para a continuaci?n montar el puesto y ponerle unas ramas de encinas para camuflarlo algo m?s.

Como suelo ponerme en este puesto, ya no hace falta que haga las gu?as para subir las cimbeleras, ya las tengo hechas desde hace tiempo y se donde tengo que colocar a los diferentes cimbeles en cada encina. Mont? dos cimbeleras de bomba en dos encinas que tengo delante del puesto, una a la derecha y la otra a la izquierda, estas dos para llamar a las torcaces a largas distancias, tambi?n mont? la vara Portuguesa, en la encina que me dar?a la sombra hasta las tres de la tarde mas o menos, y a pesar de estas tres tambi?n mont? una cimbelera en uve doble a mi derecha y para intentar centrar aun mas a las torcaces que vinieran picadas a las bombas.

Cierto es que todo ello lleva mucho trabajo, pero a la larga es beneficioso para la plaza el montar tantas palomas, porque a pesar de que la plaza en cuesti?n es algo cerrada y eres tu el que tiene que estar muy atento para efectuar las llamadas lo antes posible, algunas torcaces ven a los cimbeles antes de que tu las veas a ellas, y eso se traduce en que a veces te sorprenden con las alas abiertas y dispuestas a posarse con ellos, y entre otras cosa el trabajo a esta hora de la ma?ana ven?a bien porque el frio que hac?a era mucho, en concreto siete grados bajo cero, y esto ayudaba a entrar en calor. Una vez que les puse las caperuzas a los ciegos, recog? todo el equipo sobrante y llev? el coche a esconder, al dejar el coche debajo de una gran encina donde suelo esconderlo salieron varias palomas de los alrededores cosa que no me disgust?.

La helada que hab?a era espectacular, todo el suelo parec?a que hab?a aguantado una buena nevada, y creo que fue el motivo por lo que las palomas tardaron mucho en moverse, pero el caso es que cuando lo hicieron consegu? tener unos preciosos lances de torcaces que se tiraban sin paraca?das, era todo un espect?culo verlas venir a toda velocidad hasta la plaza donde ten?a mis cimbeles, r?pidas, muy r?pidas, incluso me ocurri? en dos ocasiones que dej? de tirar a dos torcaces entregad?simas a la vara Portuguesa pues cuando me quise dar cuenta las ten?a a cinco metros, y a esa distancia yo no tiro una paloma, porque en caso de cogerla se le destroza, prefiero no tirarla a tener que dejarla all? en el campo, y eso fue lo que me ocurri? en dos, o tres ocasiones claramente.

Hasta esa hora hab?a conseguido cobrar media docena de palomas, pero a partir de las diez treinta y a pesar de tener un d?a muy fr?o pero espectacular ,dejaron de moverse las torcaces y desaparecieron totalmente, estando algo m?s de dos horas sin ver ni una sola paloma mirara hacia donde mirara.

Jos? Luis hab?a tirado muy poco, pr?cticamente nada, por lo que a la una de la tarde me llam? para decirme que bajaba hasta mi puesto para comer.

Una vez que lleg? hicimos una buena lumbre, bueno, hizo, pues fue Jos? Luis ?el que le dio fuego a la misma, y a continuaci?n disfrutamos comiendo carne en la parrilla, unos boquerones riqu?simos, y unos tragos de vino de pitarra.

Cuando acabamos de comer hicimos varios v?deos caseros relacionados con esta bonita modalidad de caza, que pr?ximamente Jos? Luis se encargar? de ir subi?ndolos a la p?gina.

Yo ten?a ilusi?n porque las palomas se movieran por la tarde, y poder cobrar al menos otra media docena, pero no pudo ser, las palomas brillaron por su ausencia y solo pude cobrar cuatro mas, eso s? cuatro lances espectaculares, que hicieron que me quedara un buen sabor de boca de aquella ya finalizada, y ?rara jornada de caza.

Sobre las cinco de larde ya ten?a casi todo recogido, y media hora despu?s ya me encontraba en mi coche acerc?ndome poco a poco hasta la casa, para desde all? despedirnos, pues Jos? Luis tenia prisas y marcharnos hacia nuestros destinos.

L?gicamente Jos? Luis lo har?a hacia su casa, y yo hasta el hotel, ten?a intenci?n de quedarme a dormir y salir al d?a siguiente muy temprano para estar en casa sobre las ocho de la ma?ana.

Despu?s de darle un buen lavado al coche sub? a la habitaci?n e hice lo propio conmigo, descans? un buen rato y sobre las nueve baje a cenar.

Despu?s de cenar sub? a la habitaci?n me met? en la cama y creo que sobre las diez treinta dej? de ser persona y me qued? dormido, eso hizo que a las cuatro treinta de la madrugada del domingo al lunes ya me estaba preparando para hacer el viaje de regreso a C?ceres.

Hab?a finalizado un fin de semana mas cimbeleando a nuestras amigas, en esta ocasi?n y sobre todo el domingo fue una jornada rara, el d?a fue espectacular, una jornada muy fr?a pero soleada, incluso sobre las doce treinta se levanto un viento tambi?n helado pero que en teor?a ayudar?a a las torcaces a moverse, pero ni as?, sobre esta hora Jos? Luis vio algunas palomas y cobr? un par de ellas, pero yo segu?a sin verlas, y por la tarde a pesar de haber salido palomas de los dos sitios que nos colocamos cuando amaneci?, no volvieron torcaces, por lo que a pesar nuestro las capturas fueron m?nimas.

De todas formas yo con casi una docena de torcaces cobradas ya me conformo, mentir?a si dijera que no me hubiera gustado cobrar tres docenas, pero la caza es as?, y yo con el paso de la edad me estoy haciendo conformista en este tema, y una docena de torcaces cobradas de la forma que yo cobr? las diez del domingo y las seis del s?bado para mi es m?s que suficiente, y si encima estoy con dos buenos amigos, mejor que mejor. Sigo opinando que todo esto es la esencia de la caza, buenos amigos, buena comida, y si encima tenemos la fortuna de enga?ar a alguna torcaz que otra, bendita sea esta bonita modalidad de caza.

Ya estoy deseando de que Jos? Luis me diga que est? viendo de nuevo palomas en su finca, y si ??l tiene a bien invitarme a que vaya, all? estar? sin pensarlo dos veces, espero de coraz?n que as? sea, ya os contar?.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

Un puente muy palomero

Tradicionalmente el puente de la constituci?n es uno de estos puentes? que los palomeros esperamos con ilusi?n. Al margen de que la paloma ya esta establecida en las diferentes zonas de nuestra geograf?a tras sus paso por los pirineos, son varias jornadas de caza casi seguidas que nos permiten el estar con las botas puestas al menos cuatro jornadas en la misma semana. La verdad es que yo este lo esperaba con verdadera ilusi?n, aunque interiormente sabia que no har?a gran cosa debido a que? al menos Extremadura esta pasando por un periodo de sequ?a que en ninguno de los casos a la paloma le viene bien.

Recuerdo los ?ltimos puentes por estas fechas? a?os atr?s, que si no se hac?an perchas para tirar cohetes, al menos se pasaban unas jornadas muy entretenidas, y en concreto este mismo puente hace tres a?os en la zona que suelo cazar hab?a much?simas palomas, quiz?s no paraban en las fincas que tengo arrendadas pero al amanecer se ve?an miles y miles de ellas salir de sus dormideros, lo que te tenia en alerta durante los cuatro d?as de dicho puente al margen de las que cobraras .

Este por el contrario ha sido para olvidarle lo antes posible.

El mi?rcoles d?a seis, jornada de la constituci?n estuve cazando durante todo el d?a en una de las fincas que tengo en Torrejon, al amanecer hab?a una tremenda helada que aun viendo algunos bandos de palomas por los alrededores no se movieron en toda la ma?ana, por lo que mi compa?ero Andres y yo decidimos que sacar?amos a los perros y dar?amos una vuelta a ver si mientras se mov?an ech?bamos alguna liebre o perdigocha.

Cazamos durante dos horas,? Andres tir? una liebre, y yo cobre una perdiz puesta por mi perro, la verdad que toda una gozada, pero yo lo que quer?a era otra cosa que todos sabemos.

Despu?s de hacer la comida, tomarnos unos huevos fritos con torreznos de Soria, y un buen vino de pitarra, descansamos un rato y sobre las dos de la tarde decidimos volver a ponernos un rato a las palomas. Subimos de nuevo los cimbeles a lo alto de las encinas y esperamos.

Andres tir? un par de ellas que por cierto no cobr?, y yo solo tuve la oportunidad de meter una torcaz que entr? enga?adisima por mis cimbeles hasta la cocina.

No hubo mas, sobre las cuatro de la tarde recogimos y nos marchamos para casa, pensando en volver el viernes, d?a de la Inmaculada Concepci?n.

Andres me llam? el jueves para decirme que no pod?a venir el viernes, por lo que decid? que ir?a a la otra? finca que tengo tambi?n en Torrejon.? En esta ocasi?n la helada fue menor, se mov?a algo el viento, muy poco, pero al amanecer se vieron algunas palomas.

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La torcaces tardaron en dar la cara, la primera? la cobr? a las nueve treinta, y la ultima a las tres y media de la tarde, mientras tanto pas? un d?a relajado, una jornada sin prisa, y aprovechando el peque?o goteo de las torcaces para tener al menos si no en cantidad, si en calidad, unos preciosos lances cimbeleros.

A las cuatro ya estaba casi todo recogido y en la percha tenia ocho bonitas torcaces, hab?a comido yo solo, pero la verdad es que com? bien, y al final de la tarde y viendo el resultado y las pocas palomas que hab?a visto durante todo el d?a decid? que el s?bado no cazar?a, entre otras cosas por que era d?a de trabajo y aprovechar?a este para intentar levantar algo mas Espa?a.

El s?bado por la tarde aprovech? para limpiar los palomares y estando en ello me llam? mi compa?ero Jes?s, para preguntarme si iba a ir el domingo a la finca, le dije que no sabia que hacer, que hab?a visto muy pocas palomas el viernes y no sabia si ir o no, este me dijo que har?a mucho viento y las palomas se mover?an,? al final me convenci? y? quedamos en que ir?amos al menos a comernos un buen asado all? en el campo.

A las siete treinta del domingo coincidimos los dos en la portilla de entrada, y de all? nos fuimos cada uno a su puesto, el se fue al agujero, as? le llamamos a lo mas hondo de la finca, y yo aunque no me gusta repetir puesto? me fui donde estuve dos d?as antes, estaba anunciada una ciclogenesis explosiva y pens? que si era tan fuerte como la anunciaban las pocas palomas que hab?a en la zona, o otras quien sabe, se mover?an si o si .

Pero fue que no, se vieron incluso menos palomas que el viernes, eso si las dos palomas que me entraron lo hicieron ciegas al cimbel. Pero la cosa se par? en seco y aquello quedo totalmente desierto de torcaces.

A las diez treinta habl? con Jes?s y decidimos que nos marchar?amos a casa, pero despu?s habl? con Andres,este me dijo que estaba en la finca donde hab?amos estado juntos el mi?rcoles. Desmont? todo lo montado y fui a verlo a la otra finca.

Cuando sub?a por el camino vi en los cables de la luz un par de cientos de torcaces posadas en ellos, y cuando llegu? al final vi un buen bando de torcaces comiendo a ambos lados del camino. Posiblemente habr?a mas de mil palomas posadas, que al parar el veh?culo para verlas salieron volando y desaparecieron de la zona.

Cuando llegu? Andres ya tenia preparado el taco, del cual dimos buena cuenta en una rato, y por cierto muy agradablemente.

Sobre las doce del medio d?a y viendo que se aproximaban unas nubes que con seguridad tra?an agua decidimos que d?bamos por concluida la jornada y que nos marchar?amos a casa.

Dicho y hecho, y un momento despu?s est?bamos bajando el camino y volviendo a ver las mismas palomas que vi al subir, y de nuevo comiendo cacheo junto a los pocos cochinos que hay en la finca. Mi intenci?n fue parar y observarlas pero el agua apretaba y nos hubi?ramos? calado, por lo que decidimos no mirar mas y marcharnos con la familia.

Y aqu? acab? el puente de la constituci?n, como se suele decir sin pena ni gloria, eso si, hab?a pasado dos d?as y medio con las botas puestas y haciendo lo que mas me gusta en esta vida que? no es otra cosa que cazar palomas con cimbeles.

Ni que decir tiene que despu?s de llegar a casa y darme una ducha caliente baj? al garaje a preparar todo el equipo para el fin de semana que viene volver a la carga, espero que as? sea.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

Un fin de semana mas

La semana?anterior qued? que este fin? de semana intentar?a vengarme de lo que me ocurri? el pasado domingo.

Tenia intenci?n de salir el s?bado y colocarme en la forestaci?n,concretamente en el puesto que llamamos de los pinos, por? donde el pasado domingo pasaron un buen numero de torcaces poni?ndome de los nervios, e impotente viendo como bailaban cerca de el mientras cazaba a las perdices. Tambi?n tenia intenci?n de cazar al d?a siguiente en otra de las fincas de Torrejon que tambi?n tenia algunas torcaces.

Pero como ya he dicho en varias ocasiones con esto de las palomas no se pueden hacer planes, al menos a largo plazo.

El viernes recib? una llamada de mi buen amigo Jose Luis desde Salamanca para decirme que de nuevo hab?a palomas en su finca, y en concreto en una zona de la finca, el suelo estaba azul de ellas. Ni que decir tiene que autom?ticamente los nervios se me pusieron nerviosos, y pregunt? a Jose Luis si era verdad, o me estaba gastando una broma, confirm?ndome que si que era verdad.

Despu?s de hacer los pertinentes planes quedamos en que? yo cazar?a el s?bado en Torrejon y que por la tarde me ir?a desde all? a Salamanca y cazar?amos el domingo en su finca.

El viernes me levant? a las cinco de la ma?ana, fui al campo a por las palomas, y de all? a desayunar, a continuaci?n me fui a la finca y a las siete treinta ya estaba sacando del coche todo el equipo cimbelero.

El llamado puesto de los pinos en el cual iba a ponerme es un puesto natural el cual esta a unos sesenta metros del camino, y no hay opci?n a llegar con el autom?vil hasta el pues es una tierra muy movida y blanda y posiblemente me quedar?a atascado, por lo que tuve que dar tres viajes bien cargado para llevar todo el equipo hasta el? puesto.

Mont? una primera cimbelera vertical en una gran encina que esta frente al puesto escorada un poco hacia la? izquierda, mont? una segunda en otra encina de igual tama?o pero esta vez ligeramente delante y a la derecha del puesto, y por ultimo una vara Portuguesa en la encina que da sombra a dicho puesto.

Le puse? las caperuzas a cinco auxiliares ciegos, y llev? el coche a esconderlo bajo una gran encina a unos trescientos metros, para a continuaci?n volver al puesto y guardar todo el equipo sobrante en su interior, tensar bien las cuerdas de las cimbeleras y confirmar que los cimbeles estaban a la altura perfecta para poder iniciar la jornada cimbelera.

Sobre las ocho treinta comenzaron a moverse palomas por los alrededores, la ma?ana se presum?a soleada, pero no se mov?a ni gota de aire, por lo que las palomas comenzaron a agruparse delante de mi como a unos trescientos metros formando grandes bandos, cosa que no me gust? nada

Minutos despu?s me llam? mi amigo Francis para decirme que ya hab?a llegado y que se hab?a colocado en el puesto del cerro, pero que no hab?a tra?do cimbeles pues no hab?a encontrado las caperuzas, cosa que me molest?, por que estaba claro que que por caperuzas no seria, que yo en mi macuto tenia una treintena, creo que a? Francis se le hab?a hecho tarde y ni siquiera hab?a ido a su campo a por los cimbeles, pero bueno si me minti? se perjudic? a si mismo, por que lo que estaba claro es que sin cimbeles , y en el puesto que se coloc? iba a cobrar pocas torcaces.

Una vez que dieron las nueve de la ma?ana desenfund? una de mis dos escopetas y comenc? la jornada, en la primera? hora cobr? cinco palomas que atentamente vinieron hasta mis cimbeles, pero a partir de las diez treinta la cosa se par? en seco y lleg? el aburrimiento.

Dos de mis? compa?eros del acotado del otro lado del camino pegaron algunos tiros y esto hacia que las palomas se movieran, pero la mayor?a de las torcaces se quedaban pr?cticamente en el medio.

Sobre las doce treinta Francis me llam? para decirme que se marchaba, que estaba aburrido y se iba a casa, nos despedimos dese?ndome suerte en Salamanca. Desde que se march? Francis, y hasta que yo tambi?n recog?, cobr? otras cuatro palomas, lo que hizo que consiguiera una mini percha de nueve bonitas torcaces. Despu?s de comer un bocadillo peque?o por el temor a dormirme en el camino hacia Salamanca, y? sobre las tres de la tarde sal? de la finca, y un poco antes de las cinco de la tarde ya estaba en el hotel que suelo quedarme.

La verdad es que hab?a llegado muy temprano, y despu?s de darle de comer a las palomas, colocar bien el equipo para el d?a siguiente y dejarlo todo listo, sub? a la habitaci?n saqu? toda la ropa de la bolsa de viaje y me di una ducha caliente.

En esta ocasi?n no pude ver a Jose Luis pues tenia una comida de su asociaci?n, y la verdad es que la tarde se me hizo muy larga. Una vez duchado y mas descansado baj? a la cafeter?a del hotel y me tom? dos cervezas con un plato de aceitunas, y una hora despu?s cen? y me sub? de nuevo a la habitaci?n. A las diez treinta de la noche ya estaba en la cama.

La primera jornada de este fin de semana habia llegado a su termino, yo intentaria al dormirme so?ar con mis amigas las torcaces.

Habia quedado el d?a antes con Jose Luis que a las seis me recoger?a en el aparcamiento del hotel, por lo que a las cinco me levant? y despu?s de darme una ducha caliente me afeit?, me vest? y baj? a esperarlo, tambi?n me hab?a dicho que en esta ocasi?n le acompa?ar?a Fernando, un hijo de su primo hermano que aunque no esta muy metido en el mundo de la caza tenia ganas de pasar un d?a junto a el para ver este maravilloso mundo del cimbeleo.Un poco antes de las seis llegaron los dos, y despu?s de los aportunos abrazos y saludos nos dirigimos los tres a la finca, un rato despu?s est?bamos desayunando un caf? caliente y un bizcocho de naranja que hab?a hecho Jose Luis para que desayun?ramos.

Una vez listos todos, Jose Luis y Fernando me llevaron al puesto donde iba a pasar toda la jornada, y mientras yo montaba? todo el equipo ellos fueron a echarles de comer a los cerdos, y a las vacas. Jose Luis tiene la ventaja de que caza con un puesto remolque que monta en un periquete y necesita mucho menos tiempo que los dem?s para montar.

Hacia mucho fr?o, por lo que aunque iba bien abrigado, no era capaz de entrar en calor, y dando gracias que no se mov?a el viento para nada, si no no se que hubiera pasado.

Una vez que mont? el puesto y le cubr? un poco con unas ramas de mamones de las encinas coloqu? dos cimbeleras verticales delante del mismo, la vara Portuguesa en la encina que? me dar?a la sombra, y una horgadera que puse en una encina ligeramente atrasada para fijar aun mas las torcaces que pudieran venir de atr?s., que al final fueron mas que las que vinieron del frente.

Le coloqu? las caperuzas a los ciegos y saqu? una de las dos escopetas de su funda para comenzar la jornada.

Antes de llevar el coche a esconder vi que en ese momento hab?a cinco grados bajo cero, lo que quiere decir que una hora antes al menos habr?a un par de grados menos.

Comenz? a subir el sol sin que las palomas se movieran, y aunque cuando llegamos totalmente de noche salieron varias de las encina donde me encontraba no se ve?a ni una sola moverse, claramente no se mov?an por la fuerte helada que estaba castigando a todo ser viviente en aquella bonita dehesa.

Tubo que trascurrir mas de una hora para que se moviera y entrara a mis cimbeles la primera paloma de la jornada, esta dio con sus plumas en el suelo, y al disparo salieron de la zona bastantes torcaces, un bando de mas de cien, otro con la mitad mas o menos y algunas sueltas, pr?cticamente todas se juntaron y desaparecieron de la zona.

Yo me lamentaba de que no se mov?a ni una hoja y por ello las palomas no se mov?an tampoco, pero no sabia lo que me esperaba, por que a partir de las once treinta comenz? a moverse el viento noreste y entonces fue cuando realmente comenc? a tener fri?.

A partir de entonces las palomas al igual que el viento comenzaron a moverse, y en poco rato tuve varios lances muy bonitos, las palomas deb?an estar muy aquerenciadas a la zona, por que al primer movimiento de un cimbel se tiraban sin paraca?das, algo que hab?a que tener muy en cuenta, porque si las dejabas entrar demasiado corr?as el riesgo de fallarlas por la cercan?a de estas ante el disparo.

A pesar del fr?o y de las pocas palomas que se mov?an lo estaba pasando bien, estaba disfrutando, y de eso es de lo que se trata.

En los ratos que las palomas no se mov?an fui acumulando algo de le?a para cuando llegaran Jose Luis y Fernando pasar por la parrilla unas deliciosas chuletillas de cordero, y unos filetes de panceta.

Sobre la una de la tarde me llam? Jose Luis para decirme que ven?an de camino para comer, hab?an estado colocados muy lejos de donde yo estaba y que tardar?an unos quince minutos, y mientras habl?bamos me dijo que hab?a un Jabal? con las cochinas y que iban a intentar abatirlo, que ya me contar?a.

Desde que mantuvimos la conversaci?n y hasta que llegaron trascurri? mas de una hora, y se hab?a debido a que al final hab?an abatido el jabal?, y les hab?a costado mucho llegar hasta el, pues no ten?an balas y tuvieron que matarlo con munici?n. De todo eso me enter? cuando llegaron los dos hasta mi plaza, y mientras hac?amos la fogata para hacer la comida.

Tambi?n comentaron que hab?an visto en la parte alta de la finca muchas palomas, y que una vez que hubi?ramos dado buena cuenta de las chuletillas, de la panceta, y de los boquerones made in Juani se colocar?an all?.

La comida fue de lo mas amena, comimos bien, nos tomamos una cerveza, y algo de vino de pitarra, charlamos y nos quitamos del cuerpo la mucha hambre que ten?amos, ? donde estar?a ya el bizcocho de Jose Luis?

Una vez acabamos de comer, recogimos todo y Jose Luis y Fernando se fueron donde hab?an comentado, y yo de nuevo me met? en el puesto a esperar que las torcaces se movieran. Y se movieron, no en grandes cantidades pero lo justo para pasar una tarde muy divertida, con unos lances espectaculares, de los que tardan en olvidarse, si es que lleguen a olvidarse.

Sobre las cinco de la tarde y poco a poco fui desmontando el mucho material empleado para pasarlo tan bien como lo hab?a pasado, y media hora despu?s me encontraba de nuevo con los dos en la casa de la finca.

Ellos tambi?n hab?an cobrado algunas palomas, y Fernando tra?a un regustillo de lo acontecido que puede acabar en enganche cimbelero.

De nuevo hab?a pasado una fr?a pero divertida? jornada en tierras charras, cada vez me gusta mas cazar aqu?, y no se porque, por que yo en Torrejon tengo muy buenas fincas para cazar con cimbeles, pero esto tiene algo especial, no se que es, pero tiene algo especial, posiblemente sea el trato que me depara siempre que vengo mi amigo Jose Luis, que como el suele decir hace que me sienta como en casa. Algo de eso debe de ser.

Espero volver, pronto, seguir? a las ordenes de Jose Luis, y en cuanto me lo diga, le har? caso, y si el me dice ven, lo dejo todo, y voy.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

 

Cambio de Modalidad

Una vez metido en estos fregados de la caza de la Paloma Torcaz con cimbeles, sinceramente no suelo pensar en? practicar otra modalidad de caza que no sea esta, y cuando se inicia una nueva semana comienzo a preparar el fin de semana siguiente para? poder seguir practicando dicha modalidad.

Pero en este fin de semana las predicciones climatolog?cas no era favorables para cazar con cimbeles, nos dec?an que estar?a muy nublado, incluso daba algo de agua, tanto s?bado como domingo, por lo que pensamos en no cazar el s?bado y dedicarlo a trabajar, y cazar el domingo unas perdices al salto en una de las fincas de Torrejon.

Pues dicho y hecho, el s?bado hasta las dos de la tarde a trabajar, por la tarde a limpiar los dos palomares, y el domingo a Torrejon a las Perdices, y de paso le dar?a una gran alegr?a a Rocco, mi nuevo compa?ero canino.

El d?a antes llam? a mi compa?ero Andres para quedar a una hora al d?a siguiente y preguntarle si ?bamos a llevar cimbeles por si acaso, o por el contrario dedicarle en exclusividad la jornada a las perdices, este me dijo que yo tenia la? ultima palabra, que si decid?amos llevar cimbeles tendr?amos que quedar antes, y si no con que qued?ramos a las siete treinta ?bamos bien. Durante un momento dud? y estuve a punto de decir? que si que los ech?ramos, pero lo pens? de nuevo, y le dije que no, que como estar?a el d?a nublado, las palomas no querr?an cimbeles, y mejor dedicarle la jornada a dichas perdigochas.

Despu?s de quedar con el a las siete treinta, le dije que llamara a Jose, y yo llam? a Francis, para ponerle al corriente.

A las seis de la ma?ana ya estaba danzando por la casa, a continuaci?n fui a por Rocco, y a las siete y cuarto estaba desayunando en la churreria de la Mejostilla.

Al rato llegaron mis compa?eros, y una vez desayunados nos fuimos a la finca, ,media hora despu?s est?bamos abriendo una de las cancillas de entrada.

Y pas? lo que tenia que pasar, para empezar de d?a? nublado nada de nada, se presentaba ante nosotros un d?a soleado, fr?o, y ventoso, la tormenta perfecta para cazar torcaces con cimbeles. No hab?amos caminado por la pista de dicha finca unos metros cuando comenzamos a ver palomas sueltas , y algunos bandos revolotear por la zona.

Paramos los coches donde ten?amos previsto y comenzaron las lamentaciones, comenzaron los mira, y mira, y mira, y as? nos tiramos mas de media hora viendo numerosas palomas volando a consecuencia del viento muy bajas y precisamente por donde ten?amos los puestos naturales, aunque hay que decir que pasaban por todos lados, poni?ndonos de los nervios a los cuatro.

Mi primera intenci?n fue dejar all? cazando? a mis compa?eros y volver a? Caceres a? por el equipo y a por mis cimbeles, pero estos me convencieron y al final desist? y me qued? all? para en principio sufrir un mont?n con los vuelos de las torcaces, mientras cazaba las perdices en mano.

Estuvimos cazando las perdices hasta las dos treinta de la tarde que paramos para comer y dar por concluida la jornada perdicera, durante toda la ma?ana estuvimos viendo vuelos de torcaces muy cerca de nosotros y de los puestos, de hecho se me fue alguna perdiz que otra por estar mir?ndolas, pero bueno, al final me resign? e intent?? disfrutar con las posturas, y gu?as de Rocco tras las perdices.

La comida fue generosa, unos riqu?simos huevos fritos de campo, unos? famosos torreznos de Soria tambi?n fritos, Unas mollejas de pollo, y algo de cochinillo asado, todo ello regado con pitarra de Almoharin. vamos que no pasamos hambre ninguna, ninguna, y menos teniendo en cuenta que sobre las once treinta hab?amos parado un rato para tomar un peque?o tente en pie, vamos lo que se dice un pinchito, unas anchoas riqu?simas, y un poquito de morc?n ib?rico, acompa?ado de una? cerveza bien fr?a

Seg?n com?amos no dej?bamos de ver de vez en cuando alguna que otra torcaz haciendo de la suyas, pero ya hab?a decidido que no las mirar?a mas, que las dejar?a para el pr?ximo s?bado, y que? me vengar?a.

Comentar que pasamos una jornada muy bonita, nos re?mos de Andres al ver como fallaba una liebre a la cual disparo por tres veces, de mi cuando se me arranc? otra de los pies y no tenia la escopeta en las manos, y de nuevo de Andres al arrancarsele otra de los pies y al estar hablando por tel?fono no la pudo tirar, tuvimos muy buenos lances con las perdices, y como dec?a anteriormente comimos muy bien y disfrutamos de la jornada.

Pero eso? si, lo que esta claro es que vaya a lo que vaya, no volver? a dejar mis cimbeles atr?s.

Espero poder vengarme el s?bado, ya os contar?.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo

 

Un nuevo fin de semana Cimbelero

Una nueva jornada cimbelera se presentaba ante mi, este s?bado tenia la intenci?n de ir a cazar a Torrejon el Rubio, a una de las fincas, y el domingo repetir en otra y de paso cazar por primera vez en ella.

Me hab?an comentado diferentes informadores que se ve?an algunas palomas en la zona, no para tirar cohetes, pero si que se ve?an algunas moverse por la zona.

Mi? buen amigo Emilio me llam? el jueves? para decirme que vendr?a a pasar el fin de semana conmigo y l?gicamente a cazar, por lo que le suger? que si llegaba el viernes? a la finca con tiempo se diera una vuelta por ella para ver si las hab?a o no.

Sobre las tres de la tarde recib? la llamada de Emilio para decirme que acababa de llegar, y que sobre las cinco me informar?a sobre lo que hab?a visto. Justamente a las cinco de la tarde me volvi? a llamar para decirme que le hab?a gustado mucho como estaba la finca, hab?a visto bastantes palomas sueltas, no es que fuera una exageraci?n pero la cosa pintaba bien para poder cobrar al d?a siguiente algunas torcaces.

Emilio se encarg? de coment?rselo a nuestros compa?eros Jes?s y? Pepe, y al final los dos se animaron y quedaron que al d?a siguiente nos ver?amos? y cazar?amos en la finca los cuatro.

Al d?a siguiente y sobre las siete y media de la ma?ana llegu? a la finca y me fui derecho al puesto de la charca,? una vez baj? todo el equipo del coche, mont? dos cimbeleras de bomba en sus correspondientes encinas que tengo delante del puesto, una horgadera en otra, y la vara Portuguesa en la encina que me dar?a la sombra, les coloqu? las caperuzas a los ciegos y me dispuse a iniciar la jornada una vez que fueran las nueve de la ma?ana. Para entonces algunas palomas ya se mov?an por los alrededores, incluso algunas se posaban junto a los cimbeles.

Una vez que fueron las nueve de la ma?ana saqu? una de las dos escopetas de la doble funda, y tir? un par de torcaces que entraron ciegas a los cimbeles de bomba, l?gicamente a los tiros se levantaron algunas m?s y estuve bastante entretenido hasta las diez treinta que se pararon del todo. Para las once hab?a conseguido cobrar nueve palomas, pero para entonces ya no se ve?a ni una sola torcaz por los alrededores, mis compa?eros tambi?n hab?an tirado algunos tiros, no muchos, pero hab?an pasado como se suele decir el rato.

 

Sobre las once treinta de la ma?ana recib? un mensaje de Jose Luis dici?ndome que hab?a bastantes palomas en su finca de Salamanca, lo que hizo que r?pidamente llamara a Emilio y decidi?ramos que hac?amos, si irnos directamente desde all?, o nos qued?bamos, y al d?a siguiente cazar?amos en la otra finca que estaba junto a esta en la que est?bamos.

Emilio me dijo que nos fu?ramos y quedamos en que comer?amos algo con Pepe y Jes?s sobre la una y luego nos marchar?amos.

Una vez que nos reunimos los cuatro en el lugar donde solemos comer, Jes?s hizo una fogata y as? en la parrilla, unos secretos ib?ricos que estaban muy ricos, Emilio y yo tampoco quisimos comer mucho, y menos beber alcohol pues nos esperaban 200 kil?metros por delante. En cuanto a las torcaces cobradas en ese rato entre los cuatro fueron 38 , seg?n Emilio muy pocas, teniendo en cuenta las que hab?a visto la tarde anterior.

Una vez hab?amos comido nos despedimos de Jes?s y de Pepe, recogimos todo el equipo montado y decidimos que nos ?bamos a Salamanca. Yo me cambi? de calzado para ir mas c?modo, y emprend? sin prisas el camino, Emilio tenia que ir al hotel a recoger el bolso de viaje por lo que me dijo que en el hotel donde normalmente nos quedamos nos ver?amos.

Una vez juntos, y despu?s de habernos dado una buena ducha planeamos la estrategia del d?a siguiente, y cenamos algo en el restaurante del hotel, a las diez treinta nos despedimos y quedamos con Jose Luis en que nos recoger?a a las seis de la ma?ana en la puerta del hotel.

Sobre las cinco y cuarto de la ma?ana son? el despertador del tel?fono m?vil y me tir? de la cama, un poco antes de las seis est?bamos calentando el motor del coche y esperando a que llegara Jose Luis, A las seis en punto lleg? y desde all? y? despu?s de los oportunos abrazos nos fuimos a la finca, donde desayunamos los tres juntos un caf? calentito, y una rica tarta de naranja que nos hab?a preparado la mujer de nuestro amigo Jose Luis.

 

Una vez preparado todo el equipo llevamos a Emilio? a su puesto y nos despedimos de el dese?ndole suerte, Jose Luis y yo bajamos hacia el regato, el en el tractor para echarle de comer a las vacas, y yo en mi coche hasta mi puesto del regato donde me colocar?a ese d?a, al igual que lo he hecho las otras jornadas anteriores que he cazado en esta? bonita finca.

Ayudado por la linterna de cabeza, y poco a poco, fui montando todo el equipo cimbelero justo delante del puesto que ya hab?a extendido y tapado por las redes mimetizadas.

Al igual que en la jornada anterior mont? dos cimbeleras de bomba,delante del puesto una horgadera a mi derecha, y una vara Portuguesa esta en la encina del puesto, le coloqu? las caperuzas a los ciegos y recog? todo el equipo sobrante y lo guard? en el coche, lo llev? a una gran encina que estaba a trescientos metros y lo camufl? todo lo que pude debajo de la misma.

Una vez que comenz? a clarear, algunas palomas, mas bien pocas comenzaron a verse por los alrededores, yo no hice por coger la escopeta pues no me gusta tirar tan temprano, por lo que cort? unos mamones de encina y cubr? todo lo que pude el puesto para tambi?n mimetizarlo todo lo que pude poni?ndoselo dif?cil a las torcaces de que me sacaran.

Ya con el sol bien fuera vi venir dos torcaces direcci?n al sembrado por lo que pens? que ser?an las primeras de la ma?ana en tentar, las trabaj? con las dos cimbeleras verticales, y estas se picaron, insist? con la horgadera, y viendo que ven?an las dos cieguitas le di dos toques a la vara Portuguesa y estas cerraron las alas para posarse con ella, cuando comprend? que era el momento fui a coger la escopeta y no la encontraba donde normalmente la coloco, pens? que la tenia detr?s, pero tampoco, las palomas en cuesti?n se posaron con uno de los dos cimbeles de las verticales, y la escopeta sin aparecer.

Como iba a aparecer ? si no la hab?a sacado de la funda, y esta estaba en el coche, no me qued? mas remedio que re?rme y caminar de nuevo hasta donde tenia el coche a por una de las dos escopetas, Seguramente esto deben ser cosas de la edad….

 

De nuevo en el puesto, y ya con la escopeta, consegu? enga?ar a un par de torcaces seguidas, cobrando las dos primeras de la ma?ana, me extra?o que al tirar a estas salieran pocas palomas de los alrededores, pero fue as?, la cosa no me gust?, pero pens? que los cinco grados bajo cero que hab?a en ese momento pod?an tener algo de culpa.

Durante la siguiente hora y media consegu? cobrar otras siete mas, lo que hizo a las diez treinta de la ma?ana hubiera cobrado algunas m?s, la cosa fue trascurriendo demasiado tranquila, bonitos lances si que hubo, pero menos de los que los tres esper?bamos, Emilio, y Jose Luis tiraban poco, por lo que pens? que todas aquellas palomas que hab?a visto Jose Luis en d?a antes, hab?an continuado su camino migratorio y se hab?an marchado.

El caso es que sobre la una de la tarde prepar? una buena fogata para asar carne, y un momento despu?s bajaron mis dos compa?eros y nos dimos un homenaje de colesterol, y algo de alcohol, vamos que lo pasamos pipa tom?ndonos el taco y el pitarra.

Emilio no pod?a quedarse, pues al d?a siguiente tenia asuntos personales que resolver bien temprano por lo que decidi? que se marchar?a para estar lo antes posible en casa, teniendo en cuanta de que le quedaban por delante 400 kil?metros hizo mas que bien en marcharse despu?s de comer.

Jose Luis y yo no ten?amos prisa, por lo que decidimos que volver?amos a ponernos un rato por la tarde, aunque si nos hubi?ramos ido a tomar caf? hubi?ramos ganado mas,por que por la tarde las torcaces decidieron que no se mover?an, y no lo hicieron.

Resumiendo habr?a que comentar que al fin y al cabo, y? al menos yo? personalmente disfrut? del fin de semana cimbelero, no es que fuera para tirar cohetes para celebrarlo, pero el estar dos jornadas por desgracia demasiado? soleadas, pues falta mucha agua y ten?a que llover bastante, metido en el interior del puesto para mi es lo mas, esas horas transcurridas en su interior hacen que solo est? pendiente de las torcaces que pudieran volar por los alrededores, no pienso en nada m?s, en nada, solo pienso en intentar enga?arlas y ayudado por mis cimbeles intentar traerlas hasta la plaza cimbelera y disfrutar de ello. ?Se puede pedir algo m?s?? El pasar dichas jornadas con buenos amigos como son el bueno de Emilio, (Un cacho pan como dice Jose Luis) y el mismo Jose Luis que tanto nos aguanta, da gusto compartir estas jornadas cimbeleras con personas de esta calidad, espero que siga siendo por muchos a?os. El pr?ximo fin de semana seguramente m?s, aunque es posible que el agua nos lo impida, Ojal? sea as?.

Juan Manuel Alonso Rabazo.

 

Segunda Jornada Cimbelera

Bueno pues de nuevo este fin de semana tendremos oportunidad de salir al campo y esperar a nuestras amigas las torcaces en el interior de nuestros puestos. Ya inauguramos la temporada el domingo pasado en Salamanca, y este que se nos presenta lo haremos en Extremadura, en la zona de Torrejon del Rubio, donde actualmente tengo algunas fincas arrendadas exclusivamente para la caza de la paloma torcaz con cimbeles.

He desistido de coger ninguna finca en la sierra de San Pedro, por el motivo de que en ella la paloma se agrupa en enormes concentraciones, y la caza con cimbeles no es tan propicia como en la zona de Torrejon.

Yo he cazado durante toda mi vida en la sierra de san Pedro, ademas de en Torrejon, y? en algunas otras bonitas zonas de Extremadura, y he tenido jornadas espectaculares en ella, pero de un tiempo a esta parte poco a poco me he ido centrando en la zona de Torrejon, Una de las razones es que? aqu? la torcaz normalmente duerme en las encinas, y aunque no en? grandes concentraciones como ocurre? en? la sierra, no suelen faltar, l?gicamente unos a?os mas que otros, pero siempre hay algunas palomas. En dicha zona la paloma esta mucho mas suelta, lo que se traduce en que si practicamos la caza de esta con cimbeles es f?cil que sea mucha mas atractiva que en la sierra de san Pedro, aqu? la paloma se mueve mas en d?as soleados, y entra franca a los cimbeles, y es por lo que desde hace unos a?os solo cazo en la zona de Torrejon el Rubio,? tambieny en Salamanca, en la finca de mi buen amigo Jose Luis.

Seria sensato comentar que aun es pronto para que la paloma torcaz se asiente y se aquerencie en dicha zona de Torrejon, pero siempre hay alguna que llevarse a la plaza, mas adelante, a partir de mediados? de diciembre, y poco a poco la torcaz ira movi?ndose hacia el norte, y estableci?ndose aqu?.

De todos formas hay que salir, aunque solo sea para adiestrar a nuestros pichones del a?o, e intentar tener algunos bonitos lances, hasta que nos visiten en gran numero, si es que lo hacen

Me hab?an comentado que ya se ve?an algunas palomas por Torrejon, por lo que decid? ir el viernes a media ma?ana a ver si era cierto, con la idea de volver el s?bado y colocarme en alguna de las fincas, l?gicamente donde mas movimiento viera, si es que las hab?a.

Despu?s de toda la ma?ana trabajando a la una treinta sal? en direcci?n Torrejon, y treinta minutos mas tarde ya estaba abriendo la cancilla de entrada de una de las fincas. Fue cerrar la cancilla y moverme con el coche por el camino principal cuando comenzaron a salir palomas de muchas de las encinas que iba dejando atr?s, no es que fueran muchas, pero si que hab?a un palomeo muy bonito. Como el hambre ya apretaba decidi ir hasta el puesto de la charca y all? me tom? un bocadillo mientras arreglaba un poco dicho puesto, a continuaci?n cruc? toda la finca y segu? viendo palomas, como ya he comentado no es que fueran miles, pero era un palomeo que estaba bien. El motivo por el que las palomas solo sal?an cuando iba llegando a las encinas donde estaban con el coche, es por que hacia mucho calor y la paloma en estas condiciones no suele moverse.

Una vez sal? de la finca por la parte opuesta de la misma me dirig? a otra que esta a pocos kil?metros de all?, y ocurri? exactamente lo mismo, una vez que inici? el trayecto a trav?s del camino iban saliendo palomas de las encinas, igualmente no en grandes cantidades pero tambi?n hab?a un bonito palomeo.

Primeramente hab?a pensado en colocarme el s?bado en el puesto de la charca, pero ahora se me presentaban las dudas l?gicas de donde ponerme, si all? o colocarme en uno de los puestos que tengo en esta otra finca. Al final decid? que una vez que estuviera en Caceres ver?a la? predicci?n de los vientos predominantes para el s?bado, y dependiendo de donde viniera el viento me colocar?a en uno u otro puesto.

Una vez que llegu? a la tienda vi las predicciones y decid? por fin que me colocar?a en el puesto de la charca, en el primero donde vi el palomeo.

El s?bado en cuesti?n me levant? a las cinco de la ma?ana, y despu?s de pasar por la ducha y coger las escopetas fui al campo a por las palomas, y a continuaci?n a por el perro. Este a?o tengo un perro nuevo y quiero adiestrarlo en el cobro. Una vez cargadas las palomas y el perro me fui a desayunar a la Churreria en la que acostumbro hacerlo, y despu?s me fui a la finca.

Llegar?a a la finca sobre las siete de la ma?ana,? una vez all? mont? dos verticales a veinticinco metros del puesto y en diferentes encinas, un balanc?n en otra en la zona derecha delantera , y la vara Portuguesa pegada al puesto.A continuaci?n les coloqu? las caperuzas a los ciegos y los situ? en su posadero. En esta ocasi?n todos los cimbeles que he tra?do son pichones de este a?o, va a ser la primera vez que trabajen en acci?n de caza, tanto los de copa como los ciegos, ya veremos como se portan.

Una vez que el sol comenz? a despuntar las primera torcaces se dejaron ver, pero no fue hasta las nueve de la ma?ana cuando saque las escopetas de su funda. El perro vio a los cimbeles aletear y ya no dej? en toda la ma?ana de estar pendientes de ellos. Sobre las nueve y cuarto mat? la primera paloma que Rocco despu?s de casi pelarla cobr? y me la trajo hasta el puesto, a continuaci?n cobr? otras dos mas, y despu?s desaparecieron, dando lugar a una calma tensa.

Sobre las doce de la ma?ana ya no se pod?a estar al sol pues calentaba fuera de lo normal, y esto hacia que las torcaces no se movieran, con lo cual tuve que conformarme con cobrar otras tres mas y dar la jornada por concluida.

Mientras estaba desmontando me llam? Jose Luis para decirme que se ve?an algunas palomas en su finca, me anim? a ir al d?a siguiente a cazar, pero la verdad es que yo estaba muy cansado, y no tenia nada preparado, y entre otras cosas me hab?a tomado dos copas de vino comiendo y no pod?a irme desde all?, por lo que en principio le dije que no ir?a, pero que lo pensar?a, y si decid?a ir saldr?a a las cuatro de la ma?ana pero le llamar?a por la tarde.

Sobre las cinco de la tarde llegu? a la perrera a dejar a mi compa?ero Rocco, y a continuaci?n me fui al campo para dejar los cimbeles.

Durante todo ese tiempo no dejaba de pensar en lo que me hab?a dicho Jose Luis, que si me animaba cazar?amos al d?a siguiente pero si? fuera que no, el no cazar?a, pues no lo quer?a hacer solo. Despu?s de darle muchas vueltas a la cabeza a las siete de la tarde lo llam? para decirle que me esperara, que a las seis y media de la ma?ana estar?a en la finca.

Despu?s de coger unos cimbeles nuevos que no hab?a utilizado ese d?a y meterlos en el jaulon de trasporte me fui a casa a preparar el viaje del d?a siguiente.

A las nueve y media cenamos, y un poco antes de las once me met? en la cama, para despertarme a las cuatro de la madrugada casi sin despeinarme , aunque ya no tenga mucho que ser despeinado.

A las cuatro y veinticinco de la madrugada salia del garaje, y a las seis y media en punto llegaba a la casa de mi amigo que ya me estaba esperando en la puerta. Este me invit? a desayunar y a continuaci?n me acompa?o hasta el puesto, y se despidi? de mi dese?ndome suerte.

Ayudado por la linterna de cabeza pues aun era noche cerrada , arm? el puesto, mont? dos verticales, una horgadera y la vara Portuguesa, ademas de cinco ciegos y me dispuse a ponerle unas ramas de encina a dicho puesto, cuando estaba acabando ya se ve?an algunas palomas revolotear por las inmediaciones de la plaza cimbelera, pero mis escopetas aun segu?an guardadas en su funda. No me gusta disparar tan temprano pues estoy convencido de que con poca luz se espanta much?simo y te puedes jugar la jornada, me gusta comenzar cuando el sol ya esta fuera y la torcaz ya esta mas tranquila al tener bastante claridad.

Durante las dos primeras horas se movieron bastantes palomas, y de vez en cuando mis cimbeles hac?an de las suyas y me met?an torcaces picadisimas a huevo en el puesto, en algunas ocasiones muy fuertes, haciendo que incluso no llegara a tirarlas. Durante esos momentos cobr? una docena de ellas algunas en lances espectaculares que me hicieron disfrutar mucho, pero yo escuchaba a Jose Luis que tiraba muy a menudo. Al primer par?n habl? con el a trav?s de los walkies y le pregunt? que tal iba, que cuantas llevaba, y me dijo que ya hab?a perdido la cuenta, eso normalmente siempre es una buena se?al, cosa que me agrad? much?simo. Una hora despu?s Jose Luis segu?a disparando bastante, y yo por el contrario estaba en paro. Este me dijo que desmontara y que me subiera con el, algo que consider? que no proced?a y le dije l?gicamente que no.

Sobre la una y media volvimos a charlar de lleno, por que en realidad no dejamos de estar comunicados en toda la ma?ana, y me dijo que estaba bajando los cimbeles y que en diez minutos bajaba a mi puesto y dar?amos buena cuenta del taco.

Justamente un ratito despu?s lleg? Jose Luis, y despu?s de tomarnos una cerveza, dimos cuenta del taco mientras coment?bamos un sin fin de lances cimbeleros. Hacia bastante calor, incluso tuvimos que cambiar la mesa y las sillas a la sombra porque ya llegaba a molestar.

 

Una vez concluida la tan esperada comida sin pan, por que se me olvid? en casa, Jose Luis volvi? a su puesto y yo me qued? de nuevo en el mio.

La tarde fue mucho mas tranquila, yo tir? poco, y no sent?a los tiros de Jose Luis, por lo que pens? que el tiraba aun menos que yo, pero mas? pude comprobar que estaba equivocado

Sobre las cuatro treinta? de la tarde, y viendo el pajeo de las palomas comenc? a recoger el mucho equipo montado y cuando acab? de bajar todos los cimbeles de sus respectivos posaderos les di de comer y de beber, recog? todo el equipo y me sub? hasta la casa, cuando llegu? Jose Luis aun no? hab?a llegado, pero quince minutos despu?s apareci? con su puesto remolque tras el coche y sal? a recibirle. Lo primero que le pregunt? es que hab?a hecho, dando por seguro que se le hab?a dado? mal, pero me sorprendi? dici?ndome que hab?a cobrado quince palomas mas, cosa que me alegr? mucho, y aunque yo no hab?a escuchado los tiros, el me lo demostr? sacando quince palomas mas del maletero de su coche.

Al final de la tarde nos hicimos las correspondientes fotograf?as para inmortalizar la jornada, y despu?s de contarlas comprobamos que hab?amos cobrado entre los dos 56 palomas, aunque en esta ocasi?n Jose Luis me cort? las culeras bien cortadas.

Hab?amos pasado una jornada muy bonita, con movimiento de palomas, y con lances que costara olvidar, hab?amos comido bien, aunque sin pan, cosa que no me ocurr?a desde? hacia? muchos a?os, pero hab?amos comido bien. Pero como aun quedaban horas por delante decidimos que nos dar?amos una ducha y? nos ir?amos a cenar al restaurante del hotel. Entre otras cosas y? mas que por cenar lo que nos apetec?a era estar los dos sentados junto a una copa de vino comentando los muchos lances vividos durante toda la jornada.

Pasadas las diez, y despu?s de cenar nos despedimos,? Jose Luis volvi? a la finca, y yo me sub? a la habitaci?n. Estaba muy cansado por lo que prepar? las cosas para salir al d?a siguiente a las seis de la ma?ana y a continuaci?n me met? en la cama, y no creo que me moviera en toda la noche. Al d?a siguiente a las cinco treinta me levant?, me di una ducha y sal? hacia Caceres. Ya en el trayecto pens? que? en esta ocasi?n hab?a tenido una jornada para recordar, espero que nos queden muchas mas de estas, ya os contaremos.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

 

Comienza la temporada de Torcaces en Extremadura

Bueno pues ya esta aqu? la fecha tan esperada por todos los palomeros, me refiero a la apertura de la caza de la paloma torcaz, tanto al paso como en puesto fijo auxiliado por cimbeles, que entre otras cosas es la modalidad que un servidor practica con exclusividad.

Tengo que reconocer que colocado al paso en un collado de la sierra, o en un medio alto de la dehesa tirando torcaces, es toda una gozada, sobre todo lo primero, pero al menos para mi donde se ponga la caza de la paloma torcaz con cimbeles no tiene comparaci?n, pero como se suele decir para gustos colores.

L?gicamente en principio mi intenci?n en esa comentada apertura palomera era salir bien temprano para estar listo en mi puesto antes de las nueve de la ma?ana con todo colocado, hab?a preparado todo el d?a antes, excepto las escopetas, algo de comida, y los cimbeles estaba todo bien colocado en el interior de mi coche.

El domingo estaba invitado a cazar con mi amigo y compa?ero Jose Luis en su finca de Salamanca, por lo que en principio el? plan era cazar en Torrejon el s?bado, y desde all?, y sobre las cinco de la tarde irme directamente a Salamanca para cazar al d?a siguiente los dos juntos.

Pero unas cosas son los planes, y otra cosa son los impedimentos que pueden surgir para desbaratar? dichos planes. El impedimento al que me refiero es que las previsiones meteorol?gicas pronosticaban bastante agua en Torrejon, y pr?cticamente en toda Extremadura para el s?bado, por lo que ya me entraron las dudas, si ir, si no ir, si irme a media ma?ana, o irme a trabajar e irme a las dos de la tarde cuando saliera de trabajar directamente a Salamanca.

Eran tantas las dudas que tenia, que el viernes sobre las diez de la noche decid? que lo dejar?a todo preparado, y me levantar?a a las 5,30 para ver si llov?a mucho, o por el contrario no. Y as? lo hice, dej? todo listo para salir a las seis de la ma?ana para buscar mis cimbeles al campo, y sobre las doce me met? en la cama

A las cinco y media me levant? y cuando me asom? a la ventana comprob? que llov?a bastante por lo que al? final decid? que me volver?a a meter e la cama.

Sobre las siete volv? a levantarme y me prepar? para? en principio ir a buscar los cimbeles antes de entrar a trabajar, y despu?s de desayunar me fui a la tienda a intentar levantar Espa?a, ya estaba decidido que trabajar?a hasta las dos y cuando acabara me marchar?a hacia Salamanca.

Pero a medio d?a dej? de llover y comenz? a salir el sol, grandes claros se abrieron en el cielo y me entr? el gusanillo de pisar campo. Dicho y hecho, sobre las doce y media llam? a mi mujer y vino a relevarme a la tienda, r?pidamente? me puse en camino y a la una treinta ya estaba en la finca. La tarde estaba clara pero a lo lejos se ve?a que en cualquier momento pod?a caer la mundial, y as? fue, a pesar de no verse muchas palomas decid? aguantar all? un rato, mas que nada por ver si ya hab?a palomas en la zona o no, y pas? lo que tenia que pasar, que se puso a llover y tuve que resguardarme debajo de una encina para no calarme.

Ya no me pod?a mover, pues el coche lo tenia a unos trescientos metros y me hubiera mojado , aguant?, y cuando pas? el chaparr?n me fui hasta el coche, me cambi? de calzado y me encamin? direcci?n Salamanca.

Un poco antes de las cinco de la tarde llegu? al hotel, dej?? el bolso de viaje y me fui a la finca, cuando llegu? ya estaba all? Jose Luis esper?ndome, despu?s de los oportunos abrazos di de comer a las palomas mientras Jose Luis se ocupaba del ganado,una vez acab?? nos fuimos los dos al hotel, y una vez all? y despu?s de tomar una cerveza nos sentamos a cenar. La cena fue muy amena, charlamos de varios temas actuales y otros no tanto, pero sobre todo de los planes? para el d?a siguiente. En principio yo me pondr?a en el regato, y Jose Luis se colocar?a en la parte alta de la finca, estaba claro que el regato era mejor que donde se pondr?a el, pero se empe?o que as? fuera pues quer?a que yo me beneficiara de ello y me divirtiera.

Sobre las diez y cuarto dimos por concluida la cena y nos despedimos hasta el d?a siguiente, quedando all? en la finca a las seis treinta de la ma?ana.

A las cinco treinta me levant? , me di una ducha, y despu?s de vestirme baj? a por el coche y me fui direcci?n? a la finca, dos kil?metros mas adelante comenz? un densa niebla que me hizo ir muy despacio, incluso llegar a no encontrar la entrada al camino de la finca. Una vez en la casa de Jose Luis, desayunamos y despu?s de comentar la mala suerte que hab?amos tenido con el amanecer del d?a, Jose Luis me llev?? hasta mi puesto porque entre otras cosas posiblemente y debido a la niebla no hubiera dado con la entrada del camino , a pesar de haber estado all? varias veces, pero la niebla era muy densa y posiblemente hubiera dudado. A el le sobraba tiempo pues desde que? fabric? el remolque puesto no tarda pr?cticamente nada en montar el equipo cimbelero.

Al llegar al puesto y despu?s de desearle buena suerte a mi compa?ero, comenc? a montarlo todo ayudado por la linterna frontal de cabeza. Primeramente mont? el puesto, y a continuaci?n coloqu? dos p?rtigas con dos verticales, y la vara Portuguesa en el puesto, lo ultimo que hice fue ponerle las caperuzas a los ciegos y llevar el coche a unos doscientos metros para colocarlo debajo de una gran encina.

Comenz?? a amanecer y la niebla no levantaba, de vez en cuando se cruzaba alguna paloma por los alrededores del puesto pero mis escopetas aun segu?an guardadas en su funda doble. Tuvieron que pasar mas de dos horas para que poco a poco la niebla se fuera disipando, pero aun as? el d?a estaba triste, y se ve?an en el cielo mas nubes que claros.

Creo que la primera torcaz que cobr? fue a las diez y media, y seguidamente algunas mas, y sobre la una treinta de la tarde se pararon en seco, momento que aprovechamos para comer.

Para empezar tomamos unas anchoas que nos hab?a preparado mi mujer deliciosas, un par de secretos Ib?ricos en la parrilla, y unos filetes de pavo,? unos trozos de semi torta del casar y alguna que otra cosilla, todo ello regado con un buen vino de pitarra.

Una vez con el estomago lleno Jose Luis volvi? a su puesto y yo me qued? esperando a que las torcaces volvieran a moverse. Por la tarde lo hicieron menos que por la ma?ana, pero aun tir? alguna que otra torcaz, dando por concluido la jornada cimbelera? sobre las cinco de la tarde. Una vez recogido todo el equipo me march? para la casa y ya estaba all? Jose Luis? devolviendo las palomas a su palomar y sacando todo el equipo del coche. El tambi?n hab?a tirado algunas torcaces, y despu?s de hacernos la obligatoria fotograf?a de la jornada, nos despedimos con un fuerte abrazo y me march? al hotel para descansar, darme una buena ducha, y cenar algo antes de acostarme.

Estaba bastante cansado, por lo que decid? quedarme a dormir en Salamanca y salir para Caceres a las seis de la ma?ana, al menos saldr?a descansado y preparado para trabajar.

Bueno pues ya hab?amos inaugurado la temporada? palomera 2017, yo hab?a disfrutado de a jornada a tope, tuve muy buenos lances, y alg?n que otro fallo, pero al final conseguimos cobrar entre los dos 25 torcaces que hacen que seguramente pase toda la semana acord?ndome de las fren?ticas entradas de estas a los cimbeles, la pena fue la niebla que nos estropeo la ma?ana, si no hubiera habido niebla seguramente hubi?ramos doblado la percha, pero no podemos quejarnos, como yo suelo decir, yo firmar?a por que todas mis salidas en esta temporada fueran como esta.

Pas? una jornada muy bonita junto a mi compa?ero y buen amigo Jose Luis, esperando que no sea la ultima, que si Dios as? lo quiere ser?n algunas mas.

Nueva y esperada Temporada Cimbelera…..

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Como suele ocurrir como casi siempre en esta vida, todo acaba llegando, ya lleg?, ya esta aqu? la nueva temporada Palomera, y con ella llegan nuevas ilusiones, nuevas futuras emociones, y cuatro largos meses en los cuales intentaremos vivir intensamente esta bonita modalidad cineg?tica que es ?La Caza de la Paloma Torcaz con Cimbeles?.

En esta nueva temporada que se nos viene encima, y que aqu? en Extremadura se abre el pr?ximo d?a cuatro de noviembre, intentaremos un a?o m?s practicar dicha modalidad con el m?ximo respeto hacia esta bonita ave que es la paloma torcaz, y procurar intentar que en realidad sea cazar la paloma torcaz con cimbel. No que nos sirvamos de los cimbeles para aproximar a nuestro alrededor a nuestras amigas las torcaces, si no, cazar con la pureza que dicha modalidad exige de todos nosotros.

L?gicamente los meses m?s intensos, e interesantes, a la vista del lector se corresponder?n con los que transcurren desde primeros de noviembre hasta ?ltimos de febrero, Aunque ya? sabemos todos los verdaderos aficionados a esta bonita modalidad de caza que el verdadero aficionado esta cazando los doce meses del a?o, y me refiero al decir CAZANDO, que aunque las salidas cimbeleras sean los fines de semana comprendidos en este primer mencionado periodo, y que lo hagamos acompa?ado de nuestras armas, los ocho meses restantes seguiremos estando en el candelero,criando nuestros futuros campeones, ampliado nuestro mas que completo equipo, y todo lo que conlleva el estar metido hasta dentro en este fabuloso mundo.

Normalmente los cimbeleros suelen ser a su vez criadores de sus mismos cimbeles (palomas), bien con ?l?neas de palomas propias , o de razas ya consagradas, pero al fin y al cabo y sean de la raza que sean deber?n estar totalmente atendidas durante todo el a?o.

Ya qued? atr?s aquel veintisiete? de febrero pasado en el cual guardamos en nuestro armero nuestras escopetas esperando la nueva apertura, e iniciamos desde ese mismo d?a una nueva temporada, que aunque como ya coment?bamos comienza el d?a cuatro de noviembre.? Aunque realmente para un cimbelero comienza el d?a siguiente de finalizar la ?ltima jornada de la pasada temporada.

Llevo ya tres d?as con deseos de ?preparar y ?colocar todo el equipo en el interior del autom?vil, pero luego lo pienso detenidamente y opino que ?a?n quedan dos d?as para mi primera salida, pero de hoy no pasa, esta noche bajar? al trastero y poco a poco ir? colocando todo mi equipo cimbelero en el interior del autom?vil, para pasado ma?ana salir temprano, me gusta hacerlo al menos un d?a antes de la jornada de caza, por que por la ma?ana reci?n levantado, y debido a las prisas matutinas, podr?a? olvidarse alg?n componente del equipo en el trastero.

No hay pegas para esta nueva temporada que se avecina, dependiendo de las zonas la cosecha de bellotas va a ser importante, palomas ya ha entrado en la pen?nsula algo mas de un mill?n , y en principio las perspectivas son buenas.

Quiz?s solo una peque?a, o gran pega, depende de como se la mire, y es que despu?s de cuatro meses sin llover al menos aqu? en Extremadura, el d?a de la apertura, y seg?n las previsiones va a llover, no es que sea mucho pero va a llover, con lo que eso conlleva.

Todos sabemos que en esta modalidad de caza, lo que siempre solemos pedir es SOL, buen tiempo, soleado, fr?o, y si se mueve algo el viento mejor que mejor, pero bueno al fin y al cabo lo mas importante de todo es que podremos estar en el interior de nuestro puesto acompa?ado de nuestros queridos cimbeles.

Desde estas lineas os deseo a todos una gran temporada de torcaces, que disfrut?is de muchos y bonitos? lances cimbeleros, y procurar practicar una caza razonable que haga honor a su nombre, tener en cuenta que cazar palomas torcaces con cimbeles es algo mas que tirar de unas cuerdas de vez en cuando.

SUERTE A TODOS.