TERCERA SALIDA DE MEDIA VEDA 2017
En esta ocasi?n la segunda salida de Media Veda de esta temporada seria en Salamanca, mi buen amigo , y compa?ero de caza Jose Luis, me hab?a invitado a pasar ?el fin de semana ?cazando en la finca de su propiedad.
Seg?n el, no es que fuera para tirar cohetes pero se ve?an bastantes africanas, y tambi?n algunas torcaces entrar a comer ?en el rastrojo de trigo. Ni que decir tiene que a mi autom?ticamente, y como me suele ocurrir en estos casos se me pusieron los nervios nerviosos.
Lo primero que hice fue llamar al hotel donde suelo quedarme para reservar habitaci?n para el fin de semana. Tenia todo organizado para salir el viernes por la tarde al dejar de trabajar para dormir en Salamanca y quedar el s?bado sobre las seis treinta de la ma?ana con Jose Luis para desayunar en la finca, y a continuaci?n irnos al rastrojo, y en principio hacer la tirada de ma?ana.
Pero hay ocasiones en que por muchos planes que hagas surge un problema y te los tira todos por tierra, en este caso ?por un asunto personal tuve que desistir de salir el viernes por la tarde, y centrarme en poder hacerlo si acaso el s?bado a partir de las dos de la tarde, y poder cazar la tarde del s?bado, y el domingo.
Y as? lo hice,como?yo ya sabia ?el mi?rcoles por la tarde que no podr?a salir el viernes , me tranquilic? un poco y me prepar? para hacerlo el s?bado a medio d?a.
Para no olvidar nada en la salida, hice una nota en la cual apunt? todo lo que necesitar?a para ese fin de semana, y poco a poco fui metiendo en el coche el equipo para no dejar nada olvidado.
El s?bado a las seis treinta de la ma?ana me levant?, y despu?s de barrer la piscina fui colocando el resto del equipo en el coche, excepto la comida que llevar?a, y l?gicamente ?las palomas. Despu?s de ir con mi mujer a desayunar ?chocolate con churros a una churreria de Caceres nos fuimos a trabajar.Yo cur?ndome en salud ya hab?a dejado pr?cticamente todo preparado para ?salir para Salamanca lo antes posible.
Sobre las diez y media de la ma?ana llam? a Jose Luis para preguntarle que hab?a hecho, el me dijo que hab?a visto bastantes t?rtolas, y tambi?n algunos bandos de torcaces entrar al rastrojo, y que al final hab?a cobrado 14 africanas, y dos torcaces, me coment? que hab?a visto mas t?rtolas que torcaces, y que en la zona que yo me habr?a puesto si hubiera ido, hubiera cobrado al menos una docena de Palomas, me gust? mucho que se hubiera divertido, pero sent? el no haber podido estar all? con el desde por la ma?ana, pero bueno es lo que hab?a y no pod?a ser de otra manera. Qued? con el en que intentar?a estar a las cinco de la tarde en la finca para que me diera tiempo a montar y cazar por la tarde, le ped? que viera el sitio exacto donde me colocar?a, y que si le daba tiempo me hiciera las gu?as en las encinas donde colocar?a las p?rtigas y a los cimbeles, Jose Luis me dijo que contara con ello y nos despedimos hasta por la tarde. ?Estuve trabajando hasta las dos de la tarde, y ?quince minutos despu?s ya estaba metiendo las palomas en el jaulon de trasporte, ?la comida en el coche y ?dispuesto para salir. A las dos treinta horas tomaba la entrada de la autov?a hacia Salamanca y a las cuatro treinta entraba por la puerta de la finca.
All? en la puerta del porche me estaba esperando Jose Luis, junto a sus dos bonitas mujeres, la suya, y su preciosa hija.
Despu?s de los oportunos y tan esperados abrazos, besos y dem?s , nos despedimos de las dos y nos fuimos directamente al rastrojo. La tarde al contrario que la ma?ana seg?n Jose Luis era calurosa, pero aun as? yo al menos estaba impaciente por montar el puesto cimbelero.
Jose Luis lo tiene mucho mas f?cil, pues el a?o pasado ide? y fabric? un remolque puesto en el cual lleva todo el equipo, incluso los volantines en amplias jaulas, y que hab?a dejado all? a la sombra por la ma?ana. Una vez llegamos a dicho puesto remolque Jose Luis me indico donde me hab?a preparado las gu?as y donde me aconsej? que me colocara, y cinco minutos despu?s ya estaba abriendo y colocando el puesto. Una vez vestida con una malla de verano la estructura del puesto, cosa que tard? en hacer menos de un minuto, aprovech? las ramas que hab?a cortado Jose Luis para hacer las gu?as para pon?rselas alrededor del puesto y as? mimetizarlo un poco mas.
Viendo de donde venia el aire, e intentado estar a la sombra al menos un par de horas, coloque una p?rtiga con un ?vertical en el cual coloqu? a un pich?n del mes de Junio en lo alto, llev? la cuerda hasta el puesto y a consecuencia de que el aire no venia del todo como yo hubiera deseado coloqu? igualmente a su hermano en otro vertical y en una gran encina que me daba la sombra, este estar?a a medio aire, pero lo suficiente para que llamara la atenci?n a palomas que me llegaran de atr?s. Y para rematar la faena, coloqu? la vara Portuguesa en el poste trasero del puesto y sub? en ella a otro pich?n de hace tres meses, una vez que recog? el equipo sobrante y lo coloqu? en la sombra tom? un buen trago de agua y me sent? a esperar acontecimientos.
Yo pens? que al haber estado Jose Luis cazando en el rastrojo y no haber dejado comer a las palomas estas entrar?an antes, pero me equivoqu?, seguramente habr?an comido en otra zona del mismo, y de momento siendo las cinco cuarenta y cinco de la tarde solamente hab?a visto volar de largo una paloma torcaz.
Sobre las seis de la tarde vi venir a mi derecha una pareja de t?rtolas, me pareci? correcto el intentar reclamarlas con los cimbeles y as? lo hice, ?por que no iba a poder probar si se picar?an?
Y vamos si se se picaron, estas se vinieron rectas al cimbel que tenia delante del puesto dispuestas a posarse con el, pero no se lo permit?, me fui con la primera, y la quede seca, me fui con la otra y tambi?n tuve la fortuna de abatirla, hab?a empezado la tarde haciendo un bonito doblete de Africanas nacidas en extremadura, pues se trataba de una pareja de pichones.
A los diez minutos vi venir otra pero a esta no me dio tiempo a reclamarla, sencillamente me fui con ella y la abat?, esta tambi?n era un pich?n.

Las torcaces tardaron en hacer acto de presencia, tardaron al menos una hora mas para moverse por el rastrojo, pero una vez que lo hicieron estuvieron movi?ndose durante toda la tarde, en la cual me dio tiempo abatir ocho bonitas torcaces todas ellas picadas a los cimbeles.
Pr?cticamente fueron todos unos lances preciosos, me entraron a los cimbeles muy bien, y me hicieron disfrutar por dos cosas, la primera es por que los pichones se estaban portando muy bien, y segunda porque me sent? lleno al estar cazando en un rastrojo de trigo, nada de comedero, era un tradicional rastrojo de trigo puro y duro.
Mientras tanto Jose Luis tambi?n tiraba de vez en cuando, posiblemente mas que yo. ?Cuando comprend? que la cosa hab?a llegado a su fin baj? los cimbeles ?de sus posaderos y los met? en el jaulon para que comieran y bebieran.
Mientras tanto quit? el puesto de donde estaba y lo coloqu? en la parte contraria de la encina que me daba la sombra, pues tenia intenci?n de cazar al d?a siguiente en el mismo sitio, pero sabiendo que el viento vendr?a de diferente frente lo coloqu? mirando al sureste.
Cuando recog? lo que no deb?a dejar en el rastrojo y lo met? en el coche me cerqu? a ver a Jose Luis para interesarme por lo que hab?a hecho. Me coment? que hab?a cobrado cuatro t?rtolas y cinco torcaces, y que pod?a haber cobrado algunas mas pero que no pudo ser.
Al momento llegamos a la casa y colocamos las palomas y t?rtolas cobradas en un frigor?fico que Jose Luis tiene all? para estos menesteres, nos lavamos un poquito, y nos sentamos los tres a deleitar una maravillosa cena que nos hab?a preparado la mujer de mi amigo Jose Luis.
Durante la cena estuvimos charlando de diferentes temas muy amenos, y sobre las diez y media me desped? de ellos quedando para el d?a siguiente a las seis cuarenta y cinco en la casa para ponernos de nuevo en el rastrojo.
Una vez que llegu? al hotel, y despu?s de darme una ducha, baj? a la cafeter?a y me tom? un refresco de lim?n, pero mas que nada para pedir una botella de agua y sub?rmela a la habitaci?n por si las anchoas que hab?a tomado durante la ?cena les daba por hacer de las suyas.Sobre las doce de la noche me met? en la cama, y di por concluida la primera jornada de tarde en Salamanca.
A las cinco treinta de la ma?ana y antes de que sonara el despertador me levant?, y despu?s de pasar por la ducha y afeitarme me vest? ?recog? la ropa y la bolsa de viaje, mi almohada y las escopetas, y media hora mas tarde ya estaba en camino hacia la finca, fui muy despacio pues me sobraba tiempo, y ,media hora mas tarde estaba en la puerta del palomar de Jose Luis que es donde estaba este recogiendo los cimbeles.
De all? nos fuimos al rastrojo, y cuando llegamos al puesto remolque nos despedimos, Jose Luis se iba a cambiar a otra zona ?del mismo, y yo al mismo sitio de la tarde antes.
Unos minutos despu?s y con la linterna de cabeza encendida coloqu? los dos pichones en sus respectivas cimbeleras verticales, y al otro en la vara Portuguesa, unos minutos despu?s llev? al coche a la sombra de una gran encina como a unos trescientos metros ?y me volv? al puesto.
Yo estaba convencido de que la jornada en cuesti?n iba a ser de poco movimiento pues se les hab?a molestado por la ma?ana del s?bado, las molestamos tambi?n por la tarde, y lo mas normal es que estas estuvieran mosqueadas y optaran por buscarse otro rastrojo. Sin embargo esa era la ?esperanza que yo tenia, que las tiraran en los diferentes rastrojos de los alrededores y se movieran.
Al rato de amanecer vi pasar cerca de mi cinco t?rtolas a una velocidad incre?ble, al rato otras cuatro, y despu?s tres mas, pero ninguna paloma torcaz. No fue hasta pasada una hora desde que amaneciera cuando la primera torcaz cruz? a doscientos metros de mi puesto y que despu?s de haberla trabajado con los cimbeles se vino picada entrando en la plaza a huevo, no le di oportunidad y me qued? con ella, quince minutos despu?s otra torcaz que venia de la parte de donde estaba Jose Luis, entr? ciega a los cimbeles y de nuevo me qued? con ella. Estaba viendo algunas torcaces pero pasaban de largo para posiblemente posarse en la linde del rastrojo, pero en la otra finca.
Unos minutos despu?s a seis palomas que ven?an de mi izquierda consegu? meterlas a base de cimbeleo, pero con tan mala suerte que se pararon en una encina que hab?a a cien metros. Estuve unos minutos sin moverme para ver que ocurr?a, incluso mov? de nuevo a los cimbeles y lanc? dos ciegos al aire por ver si alguna se animaba a moverse, pero nada, no se mov?an de las copas de la encina. Fue por lo que decid? dar unas fuertes palmadas y esperar acontecimientos, y as? fue, estas se levantararon al ruido de las palmadas, pero r?pidamente comenc? de nuevo a trabajarlas y estas se picaron de nuevo y se vinieron rectas a los cimbeles, a la primera la par? en el aire veinte metros antes de llegar a mi, y al tiro las dem?s repiaron d?ndome la oportunidad de irme ?con otra que tambi?n ?qued? muerta en el aire. Un bonito doblete, pero hay que reconocer que ?mucho ?mas bonito fue el lance en cuesti?n.

La cosa segu?a muy parada, Jose Luis tiraba de vez en cuando pero la verdad que muy poco.Ya sobre las nueve treinta el cimbel que tenia a mi derecha vol? el solo y ?pens? que pod?a ser una rapaz por lo que cog? la escopeta, (solo para espantarla ) si se acercaba y me coloqu? debajo ?de la encina donde estaba el cimbel, le tir? dos veces seguidas de la cuerda para ver si estaba tranquilo y de pronto vi aparecer una torcaz que se pos? junto a el en lo mas alto de la encina. L?gicamente mi intenci?n fue aprovechar la ocasi?n y tirarla, pero pens? que ?la iba a destrozar por lo que baj? la escopeta, al momento me di cuenta de que le estaba viendo la cabeza, por lo que pens? en apuntarla a dicha cabeza y as? no la estropear?a, y as? lo hice, le apunt? a la cabeza , y la dispar?, esta salio volando con mas salud que tenia antes de posarse y se march?, no la toqu? ni un vago, y fue por que en mi obsesi?n por no destrozarla apunt? fuera de la cabeza esperando que alg?n vago le diera en ella, pero no pudo ser, y esta se march?, de lo cual mientras escribo estas lineas me alegro.
Viendo el panorama, recog? todo el equipo y al momento fui a por el coche y cargu? todo en el, de all? me fui en direcci?n a donde estaba Jose Luis, pero este ya me estaba esperando en el camino. Me hizo mucha gracia verle dentro del coche y con el «remolque puesto» enganchado, daba gusto verlo , daba gusto ver a sus volantines dentro de las jaulas que tiene incorporadas a dicho puesto, y que l?gicamente para estos es su palomar,Tambi?n vi que tenia incorporado un bebedero para las palomas soldado al carro . El carro puesto en cuesti?n es un punto, Jose Luis lo lleva todo dentro, p?rtigas , cimbeleras, rodillos, cartuchos, silla, en una palabra todo, todo, todo. Desde ?all? nos fuimos a la casa, pero antes Jose Luis solt? sus palomas en el palomar para que estas descansaran, comieran y bebieran. Una vez all? ?de nuevo nos ?estaban esperando en el jard?n la mujer de Jose Luis, y su bonita hija.
Ellos ten?an intenci?n de que me quedara a comer, de hecho hab?an sacado carne para hacer una barbacoa, pero despu?s de mucho pensarlo decid? que me marchar?a a casa, pues mi mujer se quedar?a sola a medio d?a, y no me parec?a bien dejarla sola, porque si me hubiera quedado, hubi?ramos cazado por la tarde y me habr?a quedado de nuevo en el hotel hasta las seis de la ma?ana del d?a siguiente que saldr?a hacia Caceres. Por eso pens? que lo mejor era marcharme y as? lo hice, una vez que metimos las palomas y las t?rtolas en la nevera que llevo para tal fin, me desped? de todos, y a las once treinta sal? direcci?n Caceres.

El fin de semana en Salamanca hab?a llegado a su fin, seg?n iba hacia casa estuve pensando en todo lo que hab?a vivido desde que sal? de Caceres el s?bado a las dos y media de la tarde, iba muy contento, no por que hubiera hecho una gran percha, ?eso es lo de menos, si no porque realmente hab?a disfrutado. Me gustan estas salidas de media veda para entre otras cosas probar ?los pichones del a?o, tanto de copa, como ciegos, y la verdad es que se hab?an portado como aut?nticos campeones, pero realmente iba contento, muy contento ,porque cada vez que voy a ver a mi amigo Jose Luis a su finca lo paso muy bien en todos los aspectos, he congeniado muy bien con el. y ya fuera de la afici?n que pueda tener al hablar de torcaces que ?por cierto es mucha, es por que lo considero un buen amigo, y me encanta estar a su lado, espero que sea por muchos a?os.
Ya solo queda un fin de semana de Media Veda, ya os contar? donde me dejare caer, si es que llego a salir, que espero que sea que si.