Cimbelera Doble para Picas.-

6.- Cimbelera doble para palomas de» Pica.»

Este tipo de ?cimbelera ?lo normal y m?s frecuente, es ?encontrarla por la zona de Andaluc?a, aunque cada vez m?s se va utilizando en diferentes puntos de nuestra geograf?a, como puede ser? Extremadura, Castilla Le?n, Castilla la Mancha, etc. Principalmente suele ser utilizadas con razas de palomas llamadas ?«Picas». Aunque eso no quiere decir que no se utilice con otros tipos? de palomas. Todo va en funci?n del celo que pueda llegar a coger la paloma en cuesti?n.

Cimbelera de Pica con dos bases
B?sicamente se trata de una cimbelera que esta compuesta por ?dos bases en un mismo m?stil, ?l?gicamente preparada para colocar una pareja de palomas picas en ella, una que se quedar? fija (hembra) con apenas movimiento, y la otra (macho) en la otra base estar? libre sin pihuelas, que al ser impulsada realizar? unas vueltas alrededor de la encina donde se encuentra ?y por su celo volver? de nuevo al posadero al lado de la hembra. Aunque en muchas ocasiones el macho saldr? solo sin necesidad de que le animemos nosotros a base de tirones de la cuerda principal.
Tambi?n puede estar constituida por una cimbelera vertical u horgadera con una plataforma de base mucho m?s grande, con la medida suficiente para colocar las dos palomas.

Pero yo opino que es mas completa la que muestra la fotograf?a superior, entre otras cosas por que aunque el macho este dando vueltas alrededor de la encina y fuera de su posadero, nosotros podremos darle vida a la hembra tirandole de la cuerda principal obligandola a aletear llamando tambi?n la atenci?n de las torcaces, y entre otras cosas sera mucho menos aparatosa.

Es un tipo de cimbelera muy f?cil de fabricar, por lo que os aconsejo que en el caso de entrar en este bonito mundo de la caza de torcaces con Picas os anim?is a preparar un par de ellas.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo

 

Horgaderas de suelo

LAS HORGADERAS DE SUELO

 

Lineas atr?s hablamos de las horgaderas que solemos emplear para centrar a las torcaces reclamadas a nuestra plaza, y l?gicamente a nuestro puesto.

Al margen de utilizar este tipo de horgaderas de copa, tambi?n podemos utilizar las mismas horgaderas para hincarlas en el suelo y aumentar as? nuestro poder de atracci?n.

La horgadera en cuesti?n, en si es la misma que la que utilizamos para subirlas a lo mas alto de la encina, totalmente igual. simplemente que tendremos que adaptarle un trozo de ferralla, o pincho macizo de hierro que tenga un calibre inferior al grosor del tubo de dicha horgadera.

Dicho pincho de hierro que puede llegar a ser de unos 30 cent?metros de largo, lo clavaremos en el suelo y simplemente tendremos que acoplar dicha horgadera y esta quedar? a unos 20 cent?metros del suelo.

La forma de cazar con este tipo de horgadera de suelo es mas que sencillo, yo personalmente utilizo dos a la vez, conectadas entre si con una anilla y que va conectada a la cuerda principal de tiro que va hasta el puesto. L?gicamente al tirar de la cuerda las palomas sujetas a la horgadera aletearan llamando la atenci?n de las torcaces.

Se pueden utilizar ?para tal fin palomas adiestradas y conectadas a dicha horgadera mediante una corta pihuela, o por el contrario se les puede colocar una caperuza para privarlas de la vista, y simplemente colocarla en el posadero de las mismas. En ambos casos las dos palomas en el caso de ser dos, aletearan a la vez haci?ndolo mas convincente.

Seria conveniente colocarlas en ?medio de varias palomas de pl?stico, de fibra, e incluso de torcaces previamente abatidas en sus respectivas cunas, esto dar? a la torcaz reclamada en acci?n de caza la sensaci?n de hallarse ante un bendito de sus cong?neres que est?n tranquilamente comiendo, o chineando.

Yo he llegado a utilizar cinco de estas horgaderas a la vez, y os puedo asegurar que es todo un espect?culo, y en algunas ocasiones no me hizo falta reclamar a las torcaces de la zona con ning?n otro tipo de cimbeleras, incluso me ha ocurrido el posarse alg?n que otro bandito de torcaces sin previamente haberlas reclamado. L?gicamente tiene algo mas de trabajo al montarlas, pero se tarda muy poco tiempo el conectarlas entre si, y el espect?culo esta asegurado.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

Entrevista a Juan Manuel Alonso Rabazo

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PERFIL DE UN CAZADOR

 

Entrevista a Juanma Alonso Rabazo

 

 

Nombre:?Juan Manuel Alonso Rabazo

Algunos datos biogr?ficos:?C?ceres, 1955. En esta ciudad ha transcurrido su vida, junto a sus padres ?y hermanos. Aqu? se cas? con Juani, y ambos han llevado ?junto a sus cu?ados ?adelante el negocio familiar. Trabajo y familia. Y la caza alrededor de C?ceres, y donde haga falta.

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?C?mo naci? tu afici?n a la caza? ?C?mo fueron tus primeros a?os? Pues como a casi todos, a m? tambi?n me naci? acompa?ando a mi padre de morralero, y enseguida una escopeta y luego ya con todas las de la ley. Los primeros a?os fueron decisivos porque descubr? mi devoci?n por el monte y que la mejor manera de quererlo es cazando.

 

 

?Qu?, d?nde, con qui?n y cu?ndo has cazado??Caza menor sobre todo, y tambi?n mayor en much?simas ocasiones. En mano con los m?os, al salto, y ahora sobre todo torcaces con cimbel. He cazado siempre dentro de la ley y como la misma autoriza. Ni un a?o sin caza, solamente en la temporada 75-76 por estar defendiendo a Espa?a en Melilla, en Regulares 5.

 

 

?C?mo empez? tu modalidad favorita y qu? encuentras en ella??Una vez vi cazar con cimbeles a un se?or, ?en ?El Corral de los Toros? (Sierra de San Pedro) y me pic? la curiosidad. El flechazo fue imponente. Desde entonces, caza la que sea, pero donde est? un d?a de torcaces con cimbeles que se quite todo.

 

 

?Qu? te parece la actual situaci?n de la caza menor en Espa?a, y sobre todo de tu regi?n??La caza menor en Espa?a ofrece perspectivas muy diversas. Se oyen maravillas de algunos sitios y cat?strofes en otros. Como quiera que sea, la caza artificial va sustituyendo a la natural. Y eso creo que no tiene vuelta de hoja, por desgracia. La presi?n del hombre ? y no precisamente del cazador ? acaba con los espacios v?rgenes en los que la caza se refugia. Repoblaciones artificiales, es lo que hay. En nuestra regi?n, un desastre absoluto.

 

 

Perros, armas, munici?n. Cu?ntanos lo tuyo.?He tenido perros de b?squeda y de cobro, y de distintas razas. Empec? con una paralela y luego he tenido superpuestas y repetidoras. Munici?n del 6, del 7 y ahora sobre todo del 8. Me va divinamente.

 

 

Cu?ntanos brevemente cu?l y c?mo es tu jornada ideal de caza.?Un d?a soleado y limpio, con algo de aire y mis cimbeles en su sitio. Que se muevan las palomas en los alrededores y yo las traiga al puesto para intentar tener un mano a mano con ellas, yo o el amigo que me acompa?e. Eso, y el taco a mediod?a, el para?so terrenal.

Cualquier tiempo pasado fue mejor o conf?as en el futuro. No soy muy optimista si miro a lo que tenemos delante. Por el contrario, con frecuencia echo de menos aquellos a?os setenta y ochenta.

Unas palabritas para los ecologistas anticaza que nos amenazan continuamente.?Les hemos dicho ya tantas cosas in?tilmente, que no merece la pena perder un minuto con ellos. Que estudien, a ver si aprenden algo.

?Gracias, Juanma!

Autor: Salvador Calvo Mu?oz

REFRESCAR A NUESTROS CIMBELES

REFRESCAR A NUESTROS CIMBELES

 

En estos d?as? de principios de verano ya nuestros ?nuevos pichones? nacidos en los ?ltimos meses, ?suelen estar ejerciendo? de cimbeles, vamos que suelen pasar algunas horas al d?a subidos en los diferentes posaderos? de nuestras cimbeleras, bien sean de bomba, de horgadera, o de cualquier otro tipo.

Lo ideal, siempre que sea posible es colocar a dichos pichones bien temprano y mantenerlos en los posaderos el mayor tiempo posible para que se vayan acostumbrando a los mismos, y siempre procurando que est?n a la sombra, que nunca les d? el sol de lleno.

Esto en casi todos los casos suele ser sencillo de poner en pr?ctica, y a ninguno de nosotros se nos ocurrir?a colocar a nuestros pichones ?a pleno sol en las horas centrales del d?a.

A pesar de todo, y teniendo presente que estos estar?n a la sombra, y si los vamos a dejar varias horas ser?a conveniente darles de beber en algunas ocasiones.

Dependiendo de si son pichones criados a mano o no, algunos pichones que no lo est?n, son reacios a beber de nuestra mano, y en la mayor parte de los casos se negaran aun estando necesitados de agua.

Para evitar todo esto yo suelo poner en pr?ctica lo siguiente, y la verdad es que me da buenos resultados.

Normalmente los pichones colocados en los diferentes tipos de cimbeleras est?n a 1,50 metros del suelo, normalmente en una porta cimbelera clavada en el suelo o de otro tipo, lo que quiere decir que los tenemos a mano.

Nada m?s sencillo que hacernos de un difusor manual, lo podemos encontrar en cualquier tienda del sector, o en tiendas ?de todo a cien, la llenaremos de agua, y lo dem?s est? m?s que claro.

Es conveniente, y dependiendo del calor que haga en esos momentos, rociar a nuestros pichones por todo el cuerpo, incluyendo cola y cabeza. Al principio a algunos de ellos no les gustar?, incluso aletear?n porque les molesta, pero poco a poco y en cuanto se acostumbren ellas mismas se colocaran frente al difusor esperando el agua, y en algunos casos incluso levantaran una de sus alas para que dicha agua les refresque bajo ellas.

Yo como consejo os dir?a que lo hicierais cuando os pareciera bien, pero ellas mismas y cuando est?n acostumbradas con su nerviosismo os dir?n cuando est?n dispuestas ?a dejarse rociar.

Y ya est?, una forma sencilla de mantener a nuestros pichones en pr?cticas hidratados al menos exteriormente, y as? evitar los tan temidos golpes de calor.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

 

 

 

 

 

 

Cimbelera de Horgadera

?Cimbelera de Horgadera.

Pod?amos decir abiertamente que b?sicamente la cimbelera de Horgadera, u (Horguera) es lo mismo, o al menos act?a en acci?n de caza igualmente que el anteriormente comentado Rodillo, pero no es as?. Una de las grandes diferencias que existen entre uno y otra, es que el rodillo en sus giros al ser accionado por la cuerda principal desde nuestro puesto, es mas nervioso que la horgadera, pod?amos decir que en si, no es el rodillo, si no que trasmite a la paloma que est? sobre el un movimiento mas en?rgico ?que ?la horgadera, En una palabra hace que la paloma aletee mas r?pidamente , Por el contrario la horgadera al ser manejada a trav?s de los oportunos tirones de las cuerdas principales hace que ?esta caiga hacia atr?s en un peque?o recorrido que no hace otra cosa que obligar a la paloma a ?mover sus alas mas sinuosamente, con movimientos menos acelerados que con el rodillo. Es un movimiento algo corto, mucho mas tranquilo, y que yo personalmente pienso que a la torcaz reclamada le gusta mas que el movimiento que hace el rodillo, No es que exista una diferencia exagerada, pero si que la hay. ?La horgadera en cuesti?n es una??base de madera o corcho atravesada aproximadamente por el centro ?por una varilla de las medidas elegidas , y ?por una horquilla de pletina unida a un m?stil. Para evitar que la base se incline hacia un lado u otro tiene colocado un tope o freno, y un muelle recuperador en uno de sus extremos.

Cimbelera de Horgadera
En la parte contraria de la base tiene colocado una anilla, o hembrilla, donde sujetar la cuerda para tirar desde el puesto, y as? hacer inclinar la base, y por consiguiente lograr el deseado aleteo de la paloma.
Los aficionados Franceses las utilizan muy a menudo,pr?cticamente en todas sus salidas cimbeleras, incluso algunos de ellos cazan exclusivamente con ellas colocando varias en las copas de los arboles donde suelen cazar, creando un efecto llamada y reclamo para los grandes bandos de torcaces que vuelan por los alrededores.
Estas horgaderas pueden fabricarse en diversos materiales, y ?con diferentes caracter?sticas, yo tengo algunas con mas de 45 a?os fabricadas en hierro, y a medida que ha ido trascurriendo el tiempo se han mejorado, en cuanto a presencia, aunque como ya comento en acci?n?de caza el resultado suele ser el mismo.

Horgaderas antiguas ?Met?licas

Hace cuatro a?os mas o menos, un buen amigo mio, y muy aficionado a esta bonita modalidad de caza, fabric? un tipo de horgadera que seg?n creo va muy bien, digo creo, pues ?a pesar de haberme regalado una, y yo haberla ? copiado haciendo varias unidades, no he llegado a probarla, esta fabricada con medio tubo cil?ndrico de unos diez cent?metros de di?metro, y forrada con laminas de corcho, dicha horgadera tiene buena pinta y la acci?n de esta es la misma que cualquiera de las ya existentes en el mercado, incluso tiene una ventaja con respecto a las otras, y es que la cola de la paloma no toca para nada en la base trasera de la misma, debido a su forma medio cil?ndrica, pero hasta que no la pruebe no os podr? decir que tal va, aunque yo creo que debe marchar muy bien.

Como es normal y ?hab?a que ponerle nombre, seg?n creo la llaman Horgadera de Media Ca?a.

Horgaderas de Media ca?a
Todas estas cimbeleras como dec?amos anteriormente ? tienen casi ? la misma funci?n que el rodillo, se deben ?colocar en el ?rbol donde tengamos el puesto,(el que suele darnos la sombra), o delante del mismo ?pinchadas en el suelo, y sirven, para centrar aun mas ?la torcaces en la plaza de tiro.

Juan Manuel Alonso Rabazo.-

Trofeo Caza, una jornada palomera con JuanMa

Torcaces con un maestro del cimbel
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Caza menor nacional

Torcaces con un maestro del cimbel

Tradici?n palomera en el coraz?n del Monfrag?e

Viajamos hasta la provincia de C?ceres para acompa?ar a Juan Manuel A. Rabazo, uno de los mayores expertos de nuestro pa?s en la pr?ctica de esta modalidad cineg?tica, durante una divertida jornada en la que nos desvelar? todos los secretos que se esconden tras este tradicional arte.

Los palomeros est?n pendientes de la llegada de las torcaces a la Pen?nsula meses antes de que se oiga la primera voz anunciando su entrada. ?Entran por Roncesvalles, como los peregrinos, o es por Somport? Que se lo pregunten a los palomeros de Echalar.

El caso es que unos a?os s? y otros no tanto, mediado el oto?o, un n?mero incre?ble de palomas torcaces procedentes del centro y norte de Europa se extiende por la vieja piel de toro.

Habr? palomas en Arag?n, por el norte, por ambas Castillas, por el norte de Andaluc?a (C?rdoba, Los Pedroches); pero algo es incuestionable: la paloma gusta de la energ?a que le proporciona la bellota, y dehesas de encinas y alcornoques en Extremadura hay bastantes.

Luego, no es de extra?ar que, antes o despu?s, acaben viniendo a los predios extreme?os en pos del fruto origen de tan deliciosos jamones. Y al Alentejo, no lo olvidemos, o a la Beira Baixa portuguesa.

Tradicionalmente, Sierra de San Pedro fue hogar invernal de los bandos de torcaces, y lo ser? cuando lo sea, que no entraremos ahora en dilucidar si lo fue y ya no lo es, o si lo sigue siendo.

El caso es que en el escenario que se extiende entre las cuencas del Almonte y el Tajo, ra?as, navas, serrijones, llanos, vaguadas, etc., y en el irregular cuadrado que forman los municipios de Talav?n, Monroy, Torrej?n el Rubio y Serradilla, es donde se da, si el a?o viene propicio, la atractiv?sima caza de las torcaces.

La modalidad viene de antiguo, pero con el tiempo, sin duda, los palomeros han perfeccionado su utillaje para el arte (que lo es) de atraer a las esquivas palomas con el im?n de sus cimbeles.

No queremos excluir otras geograf?as, nacionales, regionales o provinciales, como cazaderos palomeros abundosos en torcaces, sino que nos fijamos ahora en el paraje citado, dado que all? fuimos a ver c?mo las caza con cimbel un experto y diestro (aunque sea zurdo) en el manejo de los m?ltiples achiperres que requiere un buen puesto de palomas.

Torcaces-con-maestro-Cimbel_torcaces

Inmenso bando de torcaces sobrevolando el puesto, durante la jornada de caza.

LA CORRECTA ELECCI?N DE CARTUCHOS Y ESCOPETAS

Juanma emplea dos escopetas gemelas repetidoras, de tres tiros, de una marca italiana conocida y especiales para zurdos, de las que tienen el cargador a la izquierda, l?gicamente.

Normalmente, a cada una de ellas las coloca una boquilla de tres estrellas, aunque a veces la alterna con otra de cuatro. Depende del d?a que tengan las palomas y de c?mo entren al tiro. Los cartuchos son tambi?n de marca conocida.

Normalmente los emplea de 32 gramos y munici?n del 8, aunque no tiene reparo alguno de emplear frecuentemente el 7. Con lo cual, ese cuento de que a las palomas munici?n gorda no deja de ser eso: un cuento, pues yo he visto a Juanma abatir torcaces con octava a la maravilla fiel.

Y aqu? es donde un servidor, amigo y admirador de Juanma, palomero de post?n, entra en conflicto amigable con el actor principal de esta historia: ?cu?nto m?s bella y ajustada a tradici?n la caza con las cl?sicas paralelas!?

Pero, buenas ganas, las repetidoras se imponen inexorablemente para dolor de los que vemos c?mo nuestras tradicionales paralelas se van quedando olvidadas en los armeros.

?Qu? le vamos a hacer!

EL CAZADOR Y EL PUESTO

Juan Manuel Alonso Rabazo es un cacere?o de cincuenta y tantos a?os que ha cazado todo lo habido y por haber, pero que desde muy joven se sinti? atra?do por esta modalidad de caza, en la que es hoy d?a un aut?ntico maestro. Juanma ha cazado la torcaz por donde quiera que ella haya ido; pero, como es l?gico, conoce la geograf?a palomera regional como la palma de su mano. ?ltimamente comparte con un grupo de amigos unas fincas acotadas del paraje susodicho.

Torcaces-con-maestro-Cimbel_transportines

Las caseras se llevan hasta el cazadero en estos ?transportines? artesanales.

Si el amigo lector quiere saber todo lo que sabe Juanma de la caza con cimbel, no tiene m?s que acceder a su libro ?La caza de la paloma torcaz con cimbel?, ?O ?a su segundo, «Torcaces ?y Cimbeles 2016», ?ambos editados por la Editorial Canchales de ?C?ceres . Y ahora nos vamos con ?l de caza.

Ni la del alba era cuando junto a Juanma desayunamos caf? con churros en una t?pica churrer?a cacere?a: la Ruiz. Y desde all?, de noche a?n, salimos carretera de Torrej?n adelante.

A la media hora escasa llegamos a la finca donde iba a montar el puesto.

Abrimos la cancilla, entramos y circulamos por el carril del encinar, mientras ya en el cielo empezaba el claror del alba.

Una vez llegados al sitio en el que montar el aparejo, Juanma fue descargando el voluminoso equipaje y deposit?ndolo todo en el suelo; luego, mont? en el coche y lo alej? para dejarlo apartado del escenario de la caza.

Primero, el puesto. Una lona con varillas de metal formada por cinco cuerpos y, sobre ella, el empalme de la parte superior.

Ajust? las varillas al suelo y las reforz? con unos clavos de amarre; luego, una capa de lona de camuflaje; y alrededor de todo el paramento, ramos de encina que dejaron el lugar propicio para el mimetismo y la espera.

Dentro del semic?rculo de la pantalla, una barra para posar los ?ciegos?, las escopetas, las bolsa de los cartuchos y alg?n que otro aditamento.

Segundo, los cimbeles. Dos p?rtigas de empalme, con el balanc?n en la punta donde ha de ir el cimbel.

Fue izando la paloma en su balanc?n por el interior de una encina hasta que asom? en la copa. Colocada una, los mismos pasos para colocar la segunda, una a la derecha del puesto y otra a la izquierda.

Torcaces-con-maestro-Cimbel-desp-2Desde la base de cada p?rtiga, una cuerda se acerca al puesto, que ser? de la que tire cuando quiera que el cimbel aletee.

A veces Juanma coloca un tercer reclamo en la encina m?s pr?xima al puesto, en la horgadera.

Ya estamos listos y oteando de continuo el horizonte en torno para detectar el vuelo de alguna torcaz. Cartuchos a las escopetas y atenci?n.

La normativa actual ordena que la caza de la torcaz ha de hacerse entre las 9.00 horas y las 16.00 horas, en invierno; mientras que en verano la cosa var?a, prohibi?ndose la caza con cimbel por estos pagos cacere?os, naturalmente.

Como quiera que sea, el d?a que compartimos la caza con Juanma nos ense?? muchas cosas. Entre ellas que la paloma se mueve por la ma?ana temprano, que a media ma?ana hace una parada y no se ve una pluma por el horizonte y que luego, a las 14.00 horas m?s o menos, vuelve a su actividad de traslados.

Obviamente, los mejores momentos de la caza de la torcaz se dan en las horas susodichas y aprovechamos el receso previo al mediod?a para tomar el tentempi? oportuno, que bien puede ser, y fue, una suculenta tortilla y alguna delicia c?rnica caracter?stica del pa?s.

Si aderezamos el aperitivo con un vasito de vino, m?s que mejor. La jornada, magn?fica. Juanma A. Rabazo, un maestro que contagia su fervor por las palomas y al que agradecemos en inefable placer de haber disfrutado de un inolvidable d?a de caza.

TORCACES CON CIMBEL, TODO UN ARTE?

CimbelComo haya algo que brille, estamos perdidos. Juanma les puede contar, y lo hace en su libro, varias an?cdotas de c?mo un m?nimo brillo en el puesto ha supuesto que la torcaz que ven?a derecha a entrar se diese media vuelta? y adi?s muy buenas.

De modo que colores opacos y en consonancia con el ambiente. Si el entorno es ocre, tonos marrones; si es el verde del invierno, verdes o marrones oscuros, en concordancia con el cromatismo del paisaje inmediato.

Nada de objetos brillantes o de grandes bultos opacos que destaquen en el escenario. De ah? las capas de camuflaje entreveradas sobre la pantalla del puesto.

Al contrario que en la caza de las esperas, que hay que tener el aire en la cara, aqu? ha de estar en la espalda. La paloma entra siempre al cimbel con el viento de pico. Y quietud y silencio.

Las torcaces oyen. Una voz alta o algo parecido las pone en alerta r?pidamente y el lance puede irse al traste.

La ciencia del palomero est? en saber mover cimbeles con la cadencia y frecuencia ?oportunas para atraer a la paloma lejana que, al ver un aleteo, se sienta atra?da por el mismo y entre confiada.

Dice Juanma: ?Los cimbeles de las p?rtigas cazan a las palomas; el de la horgadera, las mata?. Esto es: los de las dos p?rtigas aletean de modo que son vistos por las torcaces desde lejos.

Y cuando vienen, con la natural desconfianza, ven el suave aleteo de la paloma de la horgadera, y entonces ya entran ?a huevo?, ?hasta la cocina?, y el tiro es a placer.

Adem?s del cimbel de la horgadera, Juanma, as? como los otros palomeros que conocemos (como Pedro Moreno, palomero y esperista), emplean los ?ciegos? para rematar la faena, es decir, para meter a las palomas en el radio de acci?n de las escopetas.

Los ?ciegos? son simplemente palomas con una caperuza puesta que, cuando la torcaz libre empieza a acercarse, el cazador lanza desde el interior del puesto al aire, dan un vuelo corto y se posan en el suelo, suficiente para ser vistos por la torcaz y entrar ?sta m?s confiada.

Salvador Calvo Mu?oz

Cimbelera de Rodillo Manual

?Cimbelera de Rodillo Manual

El cimbel de Rodillo manual se trata b?sicamente como su nombre indica, de un cilindro hueco atravesado por una varilla y cogido por una horquilla, o mas bien a un m?stil de metal. La acci?n del mecanismo se logra a trav?s de un sistema de freno, es decir, el rodillo tendr? en su di?metro unas 3 o 4 muecas donde se encaja un tirador accionado por muelles que van unidos al m?stil, que cuando se contrae el rodillo gira, y cuando se suelta coge una de las muecas quedando frenado.

Tambi?n hay otros modelos que llevan incorporadas unas gomas envueltas en la polea exterior del rodillo, y tensada hace que al accionar la cuerda principal de tiro haga girar a dicho rodillo sobre si mismo, esto hace que la paloma colocada en el mismo pierda el equilibrio y se vea forzada a aletear, (mover las alas ) para equilibrarse, con lo que produce una atracci?n hacia las torcaces que previamente han sido llamadas a plaza con los cimbeles de larga llamada, y centrarlas en dicha plaza cimbelera.

Pero al fin y al cabo, el mecanismo es pr?cticamente ?lo mismo que el mencionado anteriormente

Cimbeleras de Rodillo Artesanal

Otro sistema para accionarlo es que el rodillo tenga un rebaje en su parte central, enganchar un cable fino de acero y tensar unas cuantas vueltas, pasando la otra punta por una carrucha colocada en el m?stil a unos 15 cm de la parte superior, que tendr? un freno para quedar tenso el cable, as? cuando tiremos el rodillo gira y cuando soltemos el tope quedara frenado.

En cualquiera de los ?casos, y como mencionaba anteriormente su funci?n es la de hacer que la paloma al girar el rodillo quede desequilibrada y haga batir sus alas, dando la sensaci?n que se esta acomodando en las ramitas superiores de la encina.

Es una cimbelera que se puede utilizar con doble rodillo en cualquier parte de la copa de los arboles, o tambi?n en el suelo, con la particularidad de que el m?stil es mucho m?s corto y acabado en punta para ser clavado a ras de suelo para que parezca que la paloma esta comiendo.

A mi particularmente me gusta montarlo en la encina que suele darme sombra, la que suelo tener detr?s del puesto, para as? con un leve toque intentar centrar m?s en plaza de tiro esa torcaz que primero hemos llamado con otra cimbelera, bien sea de bomba, o con un balanc?n de paleta cl?sico.

En una palabra, el cimbel de rodillo es una ?parte muy importante, y casi ?necesario de nuestro equipo cimbelero.

 

Juan Manuel Alonso Rabazo.-